La consejera Tapia y el lehendakari Urkullu, con el presidente de la patronal vasca, Eduardo Zubiaurre. EP

Malestar del Gobierno vasco con los empresarios por su visión crítica

Traslada en privado el enfado de Urkullu al entender que se ofrece un diagnóstico catastrofista y alejado de la realidad «en el peor momento»

josé v. merino y o. barriuso

Jueves, 14 de abril 2022, 00:36

El Gobierno vasco, y en particular el lehendakari, están extremadamente molestos con el informe del nuevo foro de debate Zedarriak, que ha concluido que Euskadi « ... ya no ocupa posiciones de liderazgo». Un mensaje asumido de forma expresa por el mundo económico vasco que representa la patronal Confebask. Las cosas han llegado al punto de que en la actualidad las relaciones entre el Ejecutivo autonómico y el empresariado se encuentran muy deterioradas.

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Todo arrancó el pasado 6 de abril, cuando EL CORREO publicó en exclusiva las conclusiones del informe elaborado por el 'think tank'. En su diagnóstico, de 64 páginas, catorce destacadas personalidades del mundo de la empresa y el ámbito social subrayan que hay un problema de deslocalización de centros de decisión, falta de atracción de nuevos inversores y de profesionales de alta cualificación, una educación no alineada con las necesidades de las empresas, un déficit demográfico importante y una débil situación en materia de investigación y desarrollo.

A partir de ese momento, y a pesar de conocer en su totalidad el documento, las diferentes administraciones vascas optaron por guardar un inusual silencio sobre el concluyente informe, que cuestiona el optimista mensaje oficial. Un mutismo apenas roto por una opinión muy prudente del alcalde de Vitoria y presidente de Eudel, el peneuvista Gorka Urtaran, quien prefirió subrayar las fortalezas de Euskadi.

Pero en privado, sí ha habido reacción. «Indignada», según varias fuentes. Hasta el punto de que firmantes del estudio y empresarios relevantes que forman parte de las cúpulas de las patronales, han recibido llamadas trasladando el «enfado» del lehendakari, que se habría sentido «traicionado». Sobre todo por el fondo de la cuestión. Pero también por el hecho de que entre los firmantes del trabajo que ha desatado la polémica y en las direcciones de las organizaciones empresariales que han compartido sus puntos de vista, hay personas de su confianza; además de compañeros de militancia en el PNV.

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Problema añadido

La asistencia de relevantes líderes al desayuno de Ayuso ha contribuido a deteriorar las relaciones

En esas llamadas, se ha manejado un triple mensaje. Por una parte, los defensores de que Euskadi ha perdido el liderazgo han sido reconvenidos por entender que han lanzado un mensaje «catastrofista y alejado de la realidad». Por otra parte, se les ha echado en cara que hayan «escogido el peor momento», cuando la recuperación tras la pandemia se ve amenazada por la guerra. También se les censuró que no hubieran enviado el estudio días antes de que se conociera.

«Se nos ha dicho que esas cosas se comentan en privado, pero no en público. A lo mejor si se hace en público es porque no se nos ha hecho nunca caso en privado», apunta una de las personas contactadas. «¿Cómo se puede decir que todo va bien y que esto es Hollywood cuando el 80% de la gente que sale de algunas universidades se tienen que ir a trabajar fuera?». Otro de los implicados subraya el «derecho» a pensar diferente y a decirlo sin temor a «desatar las iras del Gobierno».

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Sin química

El informe de Zedarriak no ha sido el único motivo de enfrentamiento del Gobierno vasco con los empresarios. La asistencia de destacados líderes económicos a la conferencia ofrecida en Vitoria por la presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, con cuya política Urkullu se ha mostrado muy crítico, ha contribuido a enturbiar «aún más» el ambiente.

El ala nacionalista del Gobierno vasco no quiere entrar en público en debates con los integrantes de Zedarriak ni con la cúpula de la patronal, con la que nunca ha tenido demasiada química, «que están en su derecho de plantear todo lo que quieran». Pero puntualiza que le resulta difícil compartir el análisis crítico cuando «estamos en el tope del empleo desde 2008 o agencias de evaluación como Fitch acaban de reconocer el buen estado de las finanzas vascas». «Se ha hecho una fotografía partiendo de lo sucedido desde antes de la muerte de Franco, en vez de analizar los últimos diez, cinco o tres años». Y en relación a Ayuso, y sin entrar en críticas a los asistentes, agregan que «entienden» a los empresarios que «prefieren el modelo de Madrid, un paraíso para quienes no quieren pagar tantos impuestos».

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El socio socialista del Gobierno es mucho más sensible que el PNV a las opiniones críticas sobre el pulso real de Euskadi. Sostienen, en privado, que los nacionalistas son «presos de haber alimentado» al sindicato ELA y su discurso, y están de acuerdo en que se están perdiendo cotas de competitividad. «Valencia o Málaga nos ganan», dicen, tras percibir un cierto conformismo en una juventud que asume recibir salarios más bajos u opta por el funcionariado.

A la vista de lo ocurrido, medios de Zedarriak han señalado que «continuarán adelante» con su papel de «tender puentes» para buscar «un diagnóstico compartido». «No hemos nacido para enfadarnos con nadie, pero vamos a seguir. ¡Queremos trabajar, no discutir!».

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