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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. afp
S&P anticipa el frenazo de la economía española, que crecerá un 0,9% este año

S&P anticipa el frenazo de la economía española, que crecerá un 0,9% este año

La agencia de rating estima que el riesgo de recesión «no está completamente descartado» en la zona euro y llama a los gobiernos a actuar sobre el empleo para reducir el déficit de la Seguridad Social

Clara Alba

Madrid

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Jueves, 19 de enero 2023, 14:35

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La resistencia del mercado de trabajo, los menores riesgos en las cadenas de suministro y cierta contención de precios en la economía global han logrado tapar lso peores augurios que sombreaban la economía mundial hace unos meses. Sin embargo, el frenazo económico es un hecho y, sobre todo en la zona euro, pocos se atreven a poner la mano en el fuego por unas previsiones muy afectadas por la incertidumbre que aún persiste en torno a la evolución de la guerra en Ucrania.

Bajo este escenario, la agencia de rating S&P Global ha presentado este jueves sus previsiones económicas, reconociendo que «el riesgo de recesión no está completamenet descartado». En el caso español, estiman que la economía crecerá solo un 0,9% en 2023, lo que supone una fuerte ralentización frente al crecimiento superior al 5% que el Gobierno estima para el pasado ejercicio (que la agencia rebaja al 4,6%).

No obstante, las previsiones para España son mejores que para otros países de la región. Y uno de los factores fundamentales para ello es la menor dependencia del gas ruso. Este es uno de los motivos que también invitan al optimismo en Europa, donde las reservas se encuentran actualmente en el 90%. «Esto es muy importante porque, a pesar del frío, la final del invierno las reservas deberían estar aún por encima del 50%, lo que facilitaría los esfuerzos para rellenar esas reservas y evitar un riesgo de desabastecimiento», indican los analistas.

Para lograr esquivar la recesión, hay dos riesgos a vigilar: la inflación y la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) para frenarla y, también en el caso español, la situación de las cuentas públicas, con elevados niveles de deuda y déficit que pueden suponer un problema en caso de producirse nuevos shocks inesperados. Y es que, tras un año de récord para las finanzas públicas europeas, con cifras históricas de ingresos gracias a la resistencia del mercado laboral frente a la crisis y al efecto de la inflación en determinados tributos, España llega a 2023 con serios retos fiscales, entre los que destaca el control del déficit de la Seguridad Social.

Los expertos estiman que para 2023 habría que añadir 15.000 millones para tener una cifra real de esa brecha del déficit, que rondaría 1,8% de PIB. Recuerdan que cubrir el déficit de la Seguridad Social por parte del Estado, como ocurre en España con las transferencias, es una práctica muy habitual en muchos países. Y en este punto, hacen un llamamiento para que, más allá de la reforma de las pensiones, el Gobierno actúe sobre el empleo para reducir ese agujero. «Una de las soluciones en el caso español sería reducir el paro para aumentar las cotizaciones«, indican.

Consideran que el problema del déficit de la Seguridad Social es común en Europa. «Todos los países están envejeciendo y tiene que ver con el cambio demográfico. Se requieren reformas más allá de las de pensiones para conseguir que los sistemas de seguridad social sean sostenibles». «Ahora mismo no es el caso», advierten.

Respecto a la inflación, Marko Mrsnik, Director de Ratings Soberanos de la firma, estima que se irá moderando a lo largo del año -no así la subyacente- y el BCE subirá los tipos de interés hasta el 3%, frente al 2,5% actual, indicando que «las condiciones de financiación serán más difíciles y puede haber un problema para familias y empresas con grandes necesidades de financiación». Sus previsiones apuntan a que la inflación no bajará del objetivo del 2% al menos hasta 2025 en la zona euro.

Con esta perspectiva, prevén que tras el pico del 3% que se podría alcanzar a mediados de año, para ver la primera bajada de tipos en 2024 y «alcanzar el equilibrio entre el 2% y el 2,25%».

En este punto, y aunque el consumo había sido más fuerte de lo que se preveía el pasado año, los expertos reconocen que la tasa de ahorro de los hogares empieza a reducirse y hay menos para seguir impulsando esta partida clave para el crecimiento económico, «sobre todo teniendo en cuenta que los tipos de interés se van a meter en el bolsillo de los ciudadanos y la capacidad para consumir será menor», insisten.

La banca controla el riesgo

La agencia de calificación, que el próximo 17 de marzo publicará su nota para España sin cambios a la vista, también sigue de cerca la evolución del sector bancario español, ante la dependencia de las entidades a la evolución económica del país. Luigi Motti, Responsable de Análisis de Instituciones Financieras EMEA de la firma, explica que las carteras con más riesgo de ver impagos son las de préstamos a pequeñas y medianas empresas en sectores más intensivos en el uso de energía y en carteras de crédito al consumo.

Frente a estos riesgos, la exposición a estas carteras es «bastante contenida y las entidades ya tienen identificados a esos clientes, que ya están incluidos en stage 2 -donde la banca incluye los créditos que empiezan a dar las primeras señales de alarma, aunque no han caído en impago-, es decir, que ya aestán provisionados».

La firma no espera tampoco incremento de la morosidad en las carteras hipotecarias. «Los hogares llegan a esta fase del ciclo con unos niveles de ahorro históricamente elevados y con un endeudamiento mucho más contenido», explica Motti, que recuerda además que en los últimos años la mayoría de las hipotecas se han concedido a tipo fijo, préstamos menos expuestos al alza del euríbor.

«La variable más importante para los pagos hipotecarios es el empleo y desde ese punto de vista no esperamos una subida. La capacidad de los hogares para hacer frente al pago de las hipotecas se va a mantener en niveles satisfactorios», insiste.

Otro elemento que juega a favor de la banca es el entorno de subida de tipos. Según S&P, el margen de intereses del sector apunta a un incremento medio de un 20% en 2023, lo que da mayor fortaleza para absorber el incremento de los costes operativos derivados de la inflación. Una situación que también se ve mitigada por los recientes años de ajuste de oficinas y plantilla en el sector.

En este punto, la capacidad para gestionar el diferenciar el margen entre préstamos y depósitos, en un entorno en el que la firma considera que los clientes presionan para ver mejorada la remuneración de su ahorro.

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