La mayoría de los médicos del IMQ avala la opción de vender las acciones a Adeslas
El consejo de administración recibe un amplio respaldo, lo que abre la vía para solucionar el conflicto interno
Manu Alvarez
Miércoles, 30 de junio 2021
Los accionistas de la aseguradora vasca de salud IMQ respaldaron ayer por una mayoría significativa la propuesta realizada por el consejo de administración de la ... compañía, que implica permitir la salida de los socios que quieran abandonar la sociedad, cobrar 255.000 euros por cada paquete de mil acciones y financiar la operación con una mayor presencia en el grupo de Adeslas. La firma propiedad de Mutua Madrileña y CaixaBank ya tenía una participación del 45% en la filial de seguros de IMQ. La propuesta recibió el respaldo de accionistas que representan 620.000 títulos, lo que supone el 53% de la totalidad del capital social de la compañía. Este apoyo supuso también el 58% de los accionistas presentes y representados en la junta.
A partir de ahora se abre un proceso extraordinariamente complejo, ya que pese a la decisión adoptada ayer aún queda un largo recorrido hasta que se pueda normalizar la vida interna en el accionariado de IMQ. Así, el consejo de administración tendrá que negociar ahora con Adeslas todos los detalles del acuerdo, ya que implica la formalización de pactos de accionistas para garantizar que esa compañía tendrá limitada su capacidad de actuación.
Acuerdos de entrada
Adeslas se ha comprometido a que no superará el 50% de participación en la filial de seguros y que desarrollará una gestión «consensuada» con la representación de los médicos. Ese acuerdo definitivo deberá ser ratificado en una nueva junta, en este caso extraordinaria, antes de que pueda entrar en vigor. Pero no será suficiente. Además, será necesario que los accionistas aprueben una modificación de los estatutos y también que se despejen algunos recursos judiciales que están en marcha. La junta de accionistas definitiva, que debería servir para marcar el inicio en la venta de títulos, tardará algunos meses en celebrarse. En el mejor de los casos se convocaría para finales de este año, según fuentes de IMQ.
El notable apoyo permite al consejo proponer las modificaciones de los estatutos para permitir la entrada de socios externos
La junta, con ello, rechazó también la propuesta de la asociación Ademi, que defiende el mantenimiento del control del grupo en manos de los médicos y que había propuesto una opción alternativa. Así, promovían la utilización de recursos propios del IMQ, endeudamiento y en última instancia la entrada de un accionista cuya identidad no habían desvelado, con el objetivo de financiar la salida de los socios que quieren desprenderse de sus títulos. El resultado, al menos, permite visualizar con claridad cuál es la tendencia mayoritaria entre los propietarios de la compañía, lo que permitirá avanzar con mayor rapidez en la búsqueda de una solución definitiva al conflicto.
En el transcurso de la junta de accionistas, la presidenta de IMQ, Beatriz Astigarraga, defendió la opción que ha propuesto el consejo como la más adecuada para garantizar el futuro de la compañía, también la pervivencia del modelo asistencial -Adeslas se ha comprometido a ello- y, asimismo, facilitar la inmediata salida de los accionistas que quieren vender. Algo más de 450 de los 1.176 accionistas ya se habían identificado y mostrado su interés por una venta a corto plazo, atendiendo a una solicitud que hizo el consejo de administración a mediados de este mes. La junta también supuso ayer un refrendo a la gestión realizada por Astigarraga al frente de la sociedad. La nueva composición del consejo de administración refleja con claridad el respaldo a la línea oficial.
Dos años de pelea
El conflicto en el seno de IMQ surgió hace algo más de dos años cuando un colectivo de accionistas, agrupados en torno a la asociación PAI, comenzó a exigir la capacidad para poder vender libremente y a un precio de mercado. En ese momento, el IMQ tenía el derecho de ejercer el derecho de retracto para impedir la venta a terceros -todavía hoy existe en los estatutos-, pero a un precio tasado de 60.000 euros. En este periodo de tiempo el conflicto y la tensión han ido en aumento, al colisionar los intereses de quienes querían tener acceso a una venta de acciones a precio de mercado y quienes, agrupados en otra asociación, Ademi, han defendido que el control de la compañía debía permanecer en manos de los médicos. Según los datos actualizados proporcionados ayer por IMQ, el 50,79% de los accionistas ya no ejercen la medicina. Son médicos pensionistas o herederos, de ahí que esa situación genere una enorme presión vendedora y justifique el apoyo a la propuesta del consejo.
El respaldo también por mayoría absoluta se reprodujo en todos los puntos que se sometieron a votación, con una clara división de los accionistas en dos bloques. Un resultado que también se registró en el apoyo al informe de gestión realizado por el consejo, en relación al ejercicio del pasado año. El resultado y esa mayoría absoluta permite al consejo, además, avanzar en una reforma de los estatutos que supere los blindajes aprobados en 2019. Tener el apoyo del 50% más una acción es clave para desmontar esos blindajes que impiden el acceso a la sociedad de accionistas externos.
LA VOTACIÓN
SÍ
53%
NO
37%
ABSTENCIÓN
10%
Duelo de letrados: «Los partidos se ganan en el campo y no en los despachos»
La junta de accionistas también fue el terreno abonada para una batalla pública entre abogados. Algunas señales apuntan ya que la asociación Ademi puede utilizar la vía judicial para demorar la resolución del conflicto mediante la oferta de Adeslas, pese al holgado respaldo que recibió esta opción. Así se desprende de la intervención de dos de los abogados que representaban a Ademi. Quizá por ello, otro letrado, este en representación de la asociación PAI, defendió que «no hay nada más democrático que la voluntad expresada hoy por los accionistas», para concluir que «los partidos se ganan en el campo y no en los despachos».
La propia presidenta de IMQ, Beatriz Astigarraga, también tuvo un mensaje en la misma longitud de onda. «Esperemos que seamos capaces de llegar a acuerdos y no tener que vernos en los juzgados», concluyó la máxima responsable de la compañía, la principal aseguradora del País Vasco.
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