La inyección de los fondos UE en el País Vasco sube un 50% este año y alcanza los 2.339 millones

A la luz de los datos del Informe de Ejecución del Plan de Recuperación correspondiente a diciembre y al que ha tenido acceso EL CORREO, Euskadi se ha beneficiado de ese impulso. Al menos en la adjudicación de proyectos realizada por la Administración General del Estado. Así, los 1.591 millones que habían llegado al País Vasco el pasado febrero se han incrementado hasta 2.339 en diciembre. Son 748 millones más, un incremento del 47% en solo diez meses, sin contar los 426 del plan React EU -destinado a cuestiones de inclusión social y salud- que se ejecutó el año pasado.

Esos 2.339 millones se reparten, además, al 50% entre los gestionados por el Gobierno vasco y los asignados directamente por el Ejecutivo central. Pero es este segundo el que más ha aumentado su parte al pasar de los 739 millones de febrero a los 1.187 de este diciembre, un crecimiento del 60%.

La razón es el aumento del ritmo en la adjudicación de las ayudas en las convocatorias de los Proyectos Estratégicos (PERTE). Se trata de la línea que se reservó el Gobierno de España para adjudicar unos 35.000 millones a proyectos liderados por grandes grupos de la industria en cada sector y que pudieran hacer de tractor. Estos PERTE se atascaron en 2022 por su complejidad administrativa. De hecho, la primera convocatoria dedicada al vehículo eléctrico solo asignó el 30% de los casi 3.000 millones con que estaba dotada. Pero a lo largo de este 2023 se ha avanzado mucho en una licitación en cascada. En el conjunto del país se han resuelto convocatorias por 33.600 millones, un 90% de los dineros recibidos por España.

En Euskadi, se enmarcan en esta línea las ayudas a la fábrica de baterías de Basquevolt, que contará con 15 millones para afrontar la inversión de 100 que requiere su línea de fabricación piloto. También en esta segunda convocatoria del PERTE del coche eléctrico, Gestamp ha obtenido recursos para la planta de ensamblaje de baterías que diseña en el polígono alavés de Subillabide con un presupuesto de 26 millones.

Otra de las iniciativas que ha engordado la cifra de euros recibida se encuadra en el PERTE del hidrógeno. Es el proyecto del Corredor Vasco del Hidrógeno que se quedó fuera de la convocatoria del año por defectos de forma y que ha obtenido algo más de 15 millones en este 2023. Unos recursos para financiar acciones de la primera fase de la planta de combustibles sintéticos de Petronor y que plantea también el germen de una red de estaciones de servicio en las que participa el Gobierno vasco.

Para el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, se evidencia una «cadencia ininterrumpida de transferencias de fondos europeos que benefician a Euskadi por la alineación de sus industrias con los vectores de transformación como el vehículo eléctrico, el hidrógeno o la salud de vanguardia». Itxaso destaca, además, los 11 millones para proyectos de atención especializada, a pacientes con ELA o desarrollos médicos basados en genómica.

El Gobierno vasco se ha venido quejando, precisamente, de su poca participación en estas líneas estratégicas para las que ha reclamado insistentemente la necesidad de crear la figura de los PERTE regionales, a los que el Ejecutivo central no ve encaje en la filosofía europea de los Next Generation.