El Gobierno trata de crear un grupo con un líder nacional para la compra de ITP Aero
Rolls cierra la puerta a las pretensiones de la alemana MTU, que se había interesado por adquirir la firma vasca
La multinacional británica Rolls Royce pretende vender la empresa vasca ITP Aero, y esa es una posición que no genera dudas, pero no quiere que ... los competidores merodeen en busca de una presa. La compañía alemana MTU dio a entender ayer que Rolls le ha cerrado las puertas a cualquier intento de negociar la adquisición del fabricante vasco de componentes aeronáuticos. «No nos han invitado al proceso», apuntaron desde la empresa germana. Algunas fuentes señalan que entre los candidatos interesados se encontraría también la firma francesa Safran Aircraft, la antigua Snecma, que puede seguir la misma suerte que la de los alemanes de MTU. Mientras tanto, el Gobierno de Pedro Sánchez trata de impulsar la creación de un grupo empresarial, con un líder nacional, como futuro propietario de ITP Aero.
Como ya es conocido, Rolls Royce, que posee la totalidad de las acciones de ITP Aero, cuya sede se encuentra en el Parque Tecnológico de Bizkaia, colgó hace ya tiempo el cartel de 'Se vende' en la puerta de su filial. ITP fue la joya de la corona del proceso de reindustrialización del País Vasco tras la crisis siderúrgica y naval de finales de los años 80 y principios de los 90, y nació por el impulso de la ingeniería vasca Sener y su alianza para participar en el avión europeo de combate Eurofighter.
Desde su creación, ITP ha experimentado un importante crecimiento hasta alcanzar una cifra cercana a los 4.000 empleados, si bien la crisis que ha generado el Covid-19 en el sector aeronáutico les ha obligado a afrontar importantes medidas de ajuste. La razón esgrimida por Rolls Royce para la venta de su filial es la necesidad de desprenderse de algunos de sus activos, coger efectivo y sanear su maltrecha situación patrimonial. La banca les ha sacado la 'tarjeta amarilla' para advertirles de que el endeudamiento tiene límites.
El Ministerio de Defensa tiene la potestad de autorizar o denegar las opciones de compra
autorización
El plácet gubernamental
Pero la venta de ITP no es una tarea sencilla, ya que además de las cuestiones relativas al precio o las relaciones con los competidores, la operación requiere el plácet del Gobierno español. La vinculación de la compañía con los programas militares de aviones de combate -el actual Eurofighter y el futuro FCAS- hace que el Ministerio de Defensa tenga la última palabra.
En el ánimo de hacer un poco más atractiva a ITP e incrementar el precio de venta, Rolls ha decidido traspasar a su filial la factoría de producción de componentes de motores que tiene en la localidad británica de Hucknall, con cerca de 700 trabajadores, además de dejar en manos de la empresa vasca la exclusividad en la producción de los soportes que unen los propulsores a la estructura de los aviones.
Competidores
Fuentes del sector han señalado que el 'portazo' de Rolls a MTU y previsiblemente también a la francesa Safran en esta operación, está relacionado con el temor a la competencia. MTU tiene una muy estrecha relación como proveedor del fabricante de motores Pratt & Whitney, al tiempo que los franceses tienen una relación similar con otro motorista, en este caso General Electric. Rolls, Pratt y General Electric se reparten la práctica totalidad del mercado de motores de aviación en el mundo y aunque las relaciones con los proveedores siempre están cruzadas, la prudencia para evitar fugas de desarrollos tecnológicos también está a flor de piel.
Fuentes consultadas por EL CORREO aseguran que el Gobierno de Pedro Sánchez está tratando de impulsar una solución para este callejón de difícil salida. Esa fórmula, señalan, pasaría por la búsqueda de un accionista español que asuma la responsabilidad de liderar ITP Aero en el futuro, con vocación de estabilidad. En ese esquema, añaden, se puede dar entrada también a fondos de inversión aunque como acompañantes y no como líderes ya que, argumentan, este tipo de inversores genera siempre una permanente inestabilidad en las empresas: presiones para obtener beneficios a corto plazo y vocación de abandonar la firma y venderla en no más de cinco años.
En el verano de 2019 la española Indra ya intentó adquirir ITP e incluso las conversaciones habían prosperado, pero diferencias finales de criterio hicieron que fracasase el acuerdo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión