El diputado general de Álava plantea eliminar el Impuesto de Patrimonio en Euskadi
Su reflexión enlaza con la idea expuesta por Bizkaia de que hay fuga de contribuyentes
Si el pasado lunes fue el diputado de Hacienda de Bizkaia, José María Iruarrizaga, quien reconoció que hay fuga de contribuyentes hacia otras comunidades con ... una presión fiscal inferior –lo hizo en relación al Impuesto de Sucesiones y Donaciones–, ayer fue el diputado general de Álava, Ramiro González, quien decidió sincerarse y expresar en alto lo que piensa para proponer «una reflexión sobre el mantenimiento del Impuesto de Patrimonio». Lo hizo así, con sordina, en formato de político prudente que lanza una sugerencia para evitar sentar cátedra, pero dejando claro cuál es el trasfondo de sus ideas. «España es el único país de Europa en el que se mantiene, porque todos los demás lo han ido eliminando», puntualizó. La Diputación de Gipuzkoa reaccionó también, pero lo hizo en sentido contrario: «No nos planteamos una modificación del Impuesto de Sucesiones», señaló un portavoz del Ejecutivo. En las tres instituciones forales gobiernan los mismos partidos: PNV y PSE.
Lo cierto es que lo que expuso Iruarrizaga y lo que ayer dejó sobre la mesa el diputado general de Álava son las dos caras de una misma moneda. Desde hace años hay un goteo de fugas de contribuyentes del País Vasco caracterizados por un perfil similar: rentas elevadas y patrimonio muy abultado. Algunos casos, con nombres y apellidos –entre ellos algunos que jamás han ocultado su ideario nacionalista–, son de sobra conocidos. Las razones, también. Hay otras comunidades autónomas en España donde ese colectivo –reducido en números absolutos, pero de elevada aportación per cápita a las arcas públicas– puede pagar menos impuestos. Es el caso de Madrid –el tipo marginal del IRPF es 4 puntos más bajo; no hay impuesto de Patrimonio y el 99% del Impuesto de Sucesiones está exento–, pero en los últimos meses se han sumado también comunidades como Castilla y León y Andalucía, con una rebaja importante en las herencias. Explicado en términos sencillos, la fuga del contribuyente se produce en vida –huye del Impuesto de Patrimonio y del tipo marginal del IRPF–, pero sus herederos se benefician también cuando fallece, con una menor tributación de la herencia.
El diputado general de Álava señaló que, en su opinión, en este territorio el Impuesto de Sucesiones no genera «fuga de contribuyentes» como al parecer sí sucede en Bizkaia. También delimitó con claridad el terreno de juego sobre el que debe producirse esa «reflexión» que él propone, y que puede llevar aparejada la desaparición del Impuesto de Patrimonio. Así, puso dos condiciones. La primera, que esa consideración se realice dentro del proceso de análisis al que PNV y PSE se han comprometido para 2020 en torno a la fiscalidad del País Vasco. «La fiscalidad es un todo que no se puede cuartear», dijo. De ahí que no proponga un análisis individual de Patrimonio, sino del conjunto de impuestos. La segunda condición, quizá más trascendente, es que el efecto de recaudación debe ser neutral. «Si se toca un impuesto para hacer más atractivo el territorio, habrá que tocar otro para mantener los ingresos», señaló, para defender que el gasto público no debe resentirse. En la misma línea, Ramiro González recordó ayer que la recaudación de Patrimonio apenas significa el 1% sobre el total de los ingresos por impuestos.
Reflexión en 2020
El Partido Popular exigía una revisión de los impuestos –en especial del IRPF– antes de que finalice el año, pero PNV y PSE han preferido que ese melón permanezca cerrado hasta 2020. Los efectos de cualquier variación, por tanto, no entrarían en vigor hasta principios de 2021.
En torno al Impuesto de Patrimonio –que amplios sectores del PNV estarían dispuestos a abolir, precisamente para poner coto a la competencia y al atractivo que ejerce Madrid–, el Partido Socialista de Euskadi siempre se ha mostrado partidario de su mantenimiento. En alguna ocasión, su secretaria general, Idoia Mendia, lo ha llegado a calificar como una «línea roja» ante la hipótesis de cualquier pacto en materia fiscal con sus socios de gobierno.
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