Bizkaia decide orientar su normativa fiscal hacia el desarrollo sostenible

La Diputación de Bizkaia cree que las próximas modificaciones fiscales deben estar orientadas a colaborar con los 'Objetivos de Desarrollo Sostenible', los ODS, un listado de metas que fue definido por la ONU en 2015 y que forman parte de la denominada Agenda 2030. Entre ellas, cuestiones como la erradicación de la pobreza, la energía asequible y sin emisiones de carbono, la igualdad de género, la innovación industrial o el crecimiento económico razonable. Así, el diputado general, Unai Rementería, anunció este viernes que el Ejecutivo foral da los primeros pasos para tramitar ya una norma, que previsiblemente se aprobará en mayo y que servirá como marco para las futuras reformas de los impuestos.

Rementeria recordó que el País Vasco tiene pendiente una reflexión sobre los efectos que han tenido las últimas reformas fiscales, así como la elaboración de una propuesta de modificaciones que deberán ser discutidas por las tres diputaciones y el Ejecutivo de Vitoria. Ese proceso se abordará a lo largo de 2021, con el objetivo de que las nuevas medidas puedan entrar en vigor en enero de 2022.

Mientras tanto, el marco regulatorio que prepara la Diputación vizcaína, que Rementería calificó como pionero porque no se han dado pasos similares en ningún país, condiciona los futuros cambios a que se adapten a esos objetivos fijados por la ONU. Más en concreto, Bizkaia cree que se debe poner especial atención en la aprobación de medidas fiscales que colaboren en el desafío demográfico debido al envejecimiento de la población; el cambio climático junto a la transición energética; y el desarrollo de la actividad económica «desde la óptica de la innovación».

En este camino, la Diputación de Bizkaia ha contado con la colaboración de la economista italiana Mariana Mazzucato, profesora de la University College de Londres, que participó ayer de forma telemática en un acto de presentación de esta iniciativa. Mazzucato, cuyos trabajos se han dedicado principalmente a poner de relieve la necesidad de que las administraciones tomen un papel más activo en la economía, defiende la necesidad de utilizar la fiscalidad como instrumento estratégico. En este caso, para incentivar que las empresas privadas y los ciudadanos adopten medidas que contribuyan a alcanzar esos objetivos definidos por la ONU.

La economista se mostró favorable a la existencia de impuestos que «penalicen el uso de combustibles», pero advirtió de que esto no puede ser una medida aislada sino que debe ser combinada con otros impulsos. En concreto, con «la incentivación de aquellas vías que permiten abandonar el uso de los combustibles, por ejemplo». En su opinión, es un «deber de los estados aplicar medidas para conducir el funcionamiento de una sociedad hacia una estrategia de sostenibilidad».

Rementeria no desveló por el momento qué medidas fiscales concretas va a proponer la Hacienda foral para impulsar esa orientación hacia los objetivos sostenibles, pero dio a entender que puede haber un «conjunto de incentivos que se dirijan a las empresas a través del Impuesto de Sociedades». Esto es, un catálogo de subvenciones a las que tendrían acceso las compañías si realizan inversiones que contribuyan a alcanzar alguno de las metas que se han fijado.

Mariana Mazzucato también se mostró favorable a adoptar decisiones fiscales que apoyen las inversiones de largo plazo, frente a la dinámica actual en la que ganan protagonismo las operaciones especulativas de corto plazo. «Tenemos que cambiar la forma en la que hacemos el capitalismo», apuntó Mazzucato, que será nombrada presidenta de un consejo de la OMS sobre economía y salud.