Azpiazu dice que «bajar hoy los impuestos no es responsable»

El Gabinete Urkullu revisó las previsiones de crecimiento de la economía vasca esta semana, rebajándolas a la mitad. Para Azpiazu, una recesión no se ve «a corto plazo», pero advierte de que si la situación empeora en países como Alemania, Francia o Reino Unido -los destinos principales de las exportaciones vascas-, habría problemas. En cualquier caso, dice, «si la hubiera (la recesión) con un -0,1% en dos trimestres seguidos, tampoco pasaría nada».

A pesar de la situación, el consejero recuerda que en 2022 el crecimiento ha sido fuerte y que se han creado en Euskadi 26.000 empleos. Es fruto de un incremento «sólido» y que ya ha permitido «recuperar todo lo perdido en el covid». El problema es la inflación y «la incertidumbre que se traslada a 2023», porque «no vamos a ignorar el entorno, la guerra, la energía, las materias primas... Eso genera muchas dudas de cara al futuro».

El caso es que Azpiazu percibe en el paisaje los suficientes detalles y señales como para lanzar una advertencia sobre el gasto público. No habla de recortar, pero sí de «establecer prioridades y ordenar». «Tenemos que hacer un esfuerzo para ver qué gastamos y si lo gastamos bien». De cara a las Cuentas del año que viene, se mantiene la previsión de presentar un nuevo máximo histórico en el techo de gasto superando los 13.600 millones de este año, aunque el consejero recuerda que «récord es con un euro más». Y es que la recaudación de las haciendas forales sigue avanzado favorablemente y «va a ser más positiva de lo presupuestado», aunque «no tanto como pensábamos hace un mes».

Aun con todo, Azpiazu asegura que «si hubiera problemas, sacaríamos más músculo» con medidas fiscales y de ayuda a los sectores más castigados por la crisis. Esta apuesta se engrana en el «modelo de Estado del Bienestar que queremos tener y de impulso a la actividad pública». Por eso, «no cabe bajar impuestos».

Sobre las figuras de recaudación que el Gobierno central quiere aplicar a bancos y energéticas, el responsable de la Hacienda vasca señala que, aunque «lo podemos llamar como queramos, es un impuesto». Así de contundente resuelve el debate en el que el Ejecutivo central defiende que es una 'Prestación patrimonial no tributaria'. Para Azpiazu se trata de dos figuras que «trataban de esquivar el Concierto», aunque ahora se ha anunciado que la «voluntad es concertarlo o, en su caso, compensarnos como sea». En cuanto a la polémica sobre el nuevo impuesto a los ricos y la pervivencia de Patrimonio, que sí se cobra en Euskadi, Azpiazu dice que no le importaría quitarlo si el dinero se obtiene, con progresividad, de los que más tienen.

Una de las herramientas del Gobierno vasco para mantener empresas estratégicas en Euskadi es el fondo Finkatuz, con el que toma participaciones en estas compañías y que recientemente ha elevado a un 3% el peso del Ejecutivo en la ferroviaria CAF. Lo justifica en que «es una empresa importante, una de las joyas de la corona del empresariado vasco».

Sobre ITP, Azpiazu insiste en que «queremos estar con lo máximo, siempre con un consejero y con el compromiso de que la empresa se quede en Euskadi».