Las exportaciones vascas siguen débiles, pero ponen fin a siete meses de caídas
La actividad de Petronor creció un 43% en noviembre y cambió la tendencia negativa de las ventas de Euskadi al exterior, que subieron un 0,8%, aunque caen los productos no energéticos y las importaciones
Es la tendencia lo que da información precisa más allá de una fotografía puntual. Y tras caídas continuadas desde abril en las ventas al exterior ... de las empresas vascas, el pasado mes de noviembre dio un respiro. Según los datos publicados por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat) este jueves, las exportaciones, aunque por poco, salieron de la zona roja con un crecimiento del 0,8%. Son 3.152 millones de euros que hacen un acumulado en 2023 de algo más de 30.000. Una cifra que queda prácticamente plana respecto a 2022 con un crecimiento del 0,2% y que evidencia el proceso de desaceleración económica que atraviesa Euskadi.
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El dato, aún siendo positivo, no esconde la debilidad de una balanza comercial que, como es normal, refleja el enfriamiento de países como Francia, Alemania o Inglaterra, los principales compradores de Euskadi. El pasado noviembre fue Petronor la que dio alivió a las exportaciones. La refinería vasca de Repsol capitaliza casi el 10% de las ventas al exterior y aumentó su comercialización internacional en ese mes un 45%.
Debilidad de la industria
En cambio, los productos no energéticos, donde el protagonismo es de la industria, siguen en parámetros negativos. Su evolución, según reflejan los datos del Eustat, retrocedió un 3,1%. Un dato que es más que relevante porque este capítulo exportador representa la inmensa mayoría de las ventas, casi un 90%.
Además, las compras que realizan las compañías de Euskadi en el extranjero, que representan un termómetro de la provisión de material para hacer frente a la carga de trabajo, siguen en caída. En noviembre fue de un 12%, con 2.200 millones. Este descenso supera el efecto de la caída de precios en algunas materias primas, ya que el peso en toneladas de las importaciones -subió un 8,2%- no cubre la caída del importe.
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La radiografía ratifica el diagnóstico que instituciones públicas vascas y asociaciones empresariales vienen realizando. Una desaceleración económica que mantiene un crecimiento bajo, pero suficiente para esquivar la recesión técnica. Una situación muy sensible a los impactos de riesgos geopolíticos como la guerra en Oriente Próximo o los problemas en el mar Rojo, así como a la evolución de los tipos de interés.
Por territorios, Bizkaia subió las importaciones un 10,4%, mientras que en Álava cayeron un 8,3%. En este caso, es el efecto Mercedes el que pesa en la estadística. La fábrica germana de la capital alavesa representa cerca del 10% de toda la exportación vasca y, en noviembre acusó un descenso del 15%. Por su parte, Gipuzkoa, siguió en cifras negativas con una caída del 1,2%.
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