Euskaltel se diluye en la batalla de compras y fusiones de las tecnológicas

Las compañías avanzan hacia una configuración de mayor tamaño, con más capital internacional -en los dos últimos dos años se han movilizado más de 10.000 millones- y con centros de decisión más alejados. De ahí los esfuerzos del Gobierno de España por mantener la nacionalidad de Telefónica para el control de un activo estratégico: las redes, que se han convertido en oro. En oro, pero a muy largo plazo porque sus dueños hoy son incapaces de acometer las inversiones necesarias para desarrollarlas, aunque todo el mundo las quiere.

¿Por qué ocurre todo esto? ¿Por qué estas empresas son a la vez tan codiciadas y tan vulnerables? A las tecnológicas, el Gobierno les ha encargado asumir la inversión de la red de 5G. Pero es demasiado voluminosa para unas compañías que no ingresan lo suficiente por la guerra de precios que les enfrenta. Mantener cuota de mercado es a costa de perder márgenes. Así que la apuesta del sector es buscar fusiones y reducir las siglas que compiten entre sí.

Ahí es donde encaja la operación del dueño de Euskaltel, MásMóvil, que espera fusionarse con Orange a cambio de vender a Digi parte de la red móvil. Es lo que fuentes conocedoras del proceso dan por hecho para las próximas semanas, según explican a EL CORREO. El hecho de que el regulador europeo de Competencia haya apostado por Digi como el beneficiario de la venta de los activos duplicados -lo que en el argot recibe el nombre de 'remedies'- no ha hecho especial ilusión al sector. La compañía rumana ha llegado como un 'outsider' al mercado nacional con una política muy agresiva en precios en la que, sin tener redes propias, ha alcanzado 5,7 millones de clientes. Una cifra que supone un crecimiento en solo un año del 32%. Pero Bruselas quiere cuatro operadores en cada país -el resultante de la fusión, Telefónica, Vodafone y Digi- para asegurar la competencia.

Y en medio de este ecosistema, Euskaltel, los restos de las siglas vascas de color naranja que nacieron gracias al apoyo del PNV a la investidura de José María Aznar. Hoy es una marca del conglomerado de MásMóvil cuya principal aportación está en la cuota de mercado, líder en el País Vasco, con 400.000 clientes de fibra y 900.000 de telefonía móvil. Pero son cifras cada vez más pequeñas que se diluyen entre gigantes como Telefónica (29,6 millones de clientes), Orange (20,5 millones) o MásMóvil (18,3 millones).

Fuentes de MásMóvil explican a este medio que la «apuesta por Euskaltel es firme y de futuro». Valoran la posición de control en el mercado vasco con 1,3 millones de usuarios gracias a un aumento de 14.000 en banda ancha y 35.000 en móviles. Además, recuerdan, «hemos invertido más de 150 millones en su red de clientes para adaptar la fibra a la última tecnología». Es la que se denomina FTTH, mucho más rápida y que permite transportar los contenidos de más de un operador. Pero su desarrollo exige inversiones que los anteriores propietarios de Euskaltel -el fondo Zegona- no hicieron.

La red de Euskaltel -que integró las de RCable y Telecable- fue el activo con 1,5 millones de conexiones que despertó el interés de MásMóvil. Se trata de la fibra más importante del norte de España (Euskadi, Asturias y Galicia) por detrás de la de Telefónica. La estrategia de MásMóvil ha sido establecer dos partes. Una es la troncal, la que generó el propio Gobierno vasco con 455 kilómetros y que vendió a Euskaltel por 65 millones. Y la segunda es la que cubre la acometida desde ese tronco a cada uno de los puntos de conexión en hogares y oficinas. Esta es la que requiere la actuación y el cambio de 'routers' y dispositivos.

Para financiarse, MásMóvil ha vendido el 51% de esta infraestructura a un grupo de empresarios vascos entre los que están José Galíndez, Carmen Ybarra y la familia Urrutia. Podrán explotar el alquiler de la red a otros operadores o vender su participación en esta tormenta financiera. El caso es que hoy representan el último elemento de arraigo a Euskadi de los activos de la compañía.