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Sergio Llamas
Jueves, 17 de abril 2025, 12:17
Euskadi es ambiciosa a la hora de marcar sus objetivos para la generación de energías renovables, pero falla en su ejecución. En la actualidad se ... encuentra a medio camino para cumplir con las metas que el Gobierno vasco se ha fijado para 2030, según se desprende del informe final de evaluación del Plan de Transición Energética y Cambio Climático (PTECC) entre 2021 y 2024 que ha publicado este jueves. Hasta la fecha ha alcanzado ya una cuota del 17%, un dato que se queda por debajo del 20% fijado por el plan, y muy alejado del 32% establecido para dentro de cinco años.
El escenario no es sencillo. El rechazo social a la hora de desarrollar infraestructuras como los parques eólicos y el déficit en el balance eléctrico de Euskadi son zancadillas constantes a la ejecución de estos planes. Además, como señaló el pasado mes el propio consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, sólo una pequeña parte de la energía que se consume en Euskadi se genera dentro del territorio, y además la producción renovable vasca está a la cola de Europa. «La única manera de cumplir con la Ley de Cambio Climático sería importando masivamente energía renovable foránea. Esto invita a una reflexión como país», advirtió.
En todo caso, los resultados del plan detallado este jueves y que contaba con casi un centenar de actuaciones agrupadas en 15 grandes iniciativas se han desarrollado en un 75%, y dentro del mismo se recogen medidas como el ecosistema de producción y consumo de hidrógeno o la transición energética en la administración pública que han avanzado de forma más lenta. El desarrollo de estas dos últimas se estiman en un 43% y un 50%, respectivamente.
El PTECC se marca tres objetivos «ambiciosos»: aumentar la cuota de energías renovables, mejorar la resiliencia del territorio vasco al cambio climático y reducir las emisiones de gases invernaderos. En este último punto se ha conseguido un notable éxito. De hecho se ha reducido su cifra en un 33% en los últimos 20 años, por encima del 30% que se había establecido como compromiso.
Para desarrollar este plan se han movilizado 413,9 millones de euros, un 135% más de lo inicialmente estimado, y generando un impacto positivo en la economía vasca con un aumento promedio del PIB de 160 millones de euros anuales. Entre 2021 y 2024 habría promovido, además, la creación de más de 2.000 empleos por año.
En una nota firmada por el Ente Vasco de la Energía EVE, la sociedad pública de gestión medioambiental Ihobe y el propio Gobierno vasco ponen de manifiesto «la necesidad de acelerar la adopción de energías renovables y continuar fortaleciendo las políticas de adaptación al cambio climático». Además detallan varios ejemplos de actuaciones vinculadas al plan de Transición Energética y Cambio Climático como la iniciativa Ekiola que ayudó a generar 12 comunidades energéticas, la plataforma de energía eólica offshore (alejada de la costa) vinculada al proyecto Bimep, la instalación de un electrolizador de 10 MW y el sistema logístico asociado para el corredor vasco del hidrógeno, o el programa de ayudas Moves III para impulsar la electrificación de la movilidad en Euskadi.
También se incluyen otras apuestas desarrolladas en materia de economía circular, sumideros de carbono, mejoras de la eficiencia energética en edificios, proyectos para la mejora de la resiliencia del territorio costero, actuaciones derivadas de las auditorías energéticas realizadas en el sector público o las campañas elaboradas en torno a la concienciación ciudadana.
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