Euskadi supera las mil empresas con capital extranjero, que concentran el 10% del empleo
Tras el final de la crisis el capital foráneo ha intensificado las compras de firmas vascas, lo que está suscitando recelos
El capital extranjero no es un recién llegado a la estructura productiva vasca: lleva muchos años en Euskadi y en algunos casos, además, se sitúa ... entre los mayores inversores y empleadores de la comunidad autónoma. Como el fabricante de vehículos Mercedes Benz, en Vitoria, factoría que por sí sola da empleo directo a 5.000 profesionales y supone el 5% del PIB vasco; o el de neumáticos Michelin, con sus casi 4.000 trabajadores y que aporta otro 2%. No son los únicos con larga presencia en Euskadi; algunos de gran tamaño y otros más reducidos, como Pepsico, GKN, Bombardier, Wartsila, ArcelorMittal...
Además, en los últimos cuatro años se han incorporado nuevos inversores de capital foráneo que han tomado relevantes participaciones o el control de empresas señeras, como los grupos aeronáuticos ITP Aero y Aernnova; el eólico Siemens Gamesa, los fondos internacionales que se han hecho con Nortegas (antigua EDP y antes Gas Euskadi) e incluso la 'startup' vasca de mayor éxito de toda la historia, Ticketbis, fue adquirida por la plataforma de internet eBay por 165 millones.
Esta clara tendencia de aumento del capital exterior en las empresas vascas ha desencadenado la polémica a raíz de la operación de la británica Zegona sobre Euskaltel. Vuelven los recelos sobre el alejamiento de los centros de decisión o el temor a las deslocalizaciones.
La radiografía del capital foráneo en Euskadi, según los datos de la oficina de atracción de inversiones 'Invest in the Basque Country', muestra cómo hay 1.046 compañía con accionistas internacionales –ya sean de carácter minoritario, de control o propiedad total– lo que supone el 10% del censo empresarial de las de más de 10 trabajadores. Su contribución al PIB ronda el 13%. Este millar de compañías dan empleo directo a 52.000 personas, lo que equivale al 9,9% de la masa laboral vasca.
Un estudio sobre las firmas extranjeras que invierten en España elaborado por la consultora Informa, revela que el 39,7% de las empresas exteriores están en Madrid, otro 28,8% en Cataluña y un 7,8% en Valencia, mientras que el País Vasco alberga al 3,5%, una tasa que queda por debajo del peso económico vasco.
La inversión media anual del capital foráneo ronda los 1.000 millones de euros en el País Vasco
España en récord
El interés de los inversores industriales y financieros en España está más que constatado. El balance del Registro Inversión Extranjera en España que elabora la Secretaría de Estado de Comercio (DataInvest), contabilizó en 2018 el récord histórico de inversión bruta total (sin descontar desinversiones) de 46.827 millones. Igualmente, Ascri (asociación de inversores de capital) también contabilizó el año pasado una cifra nunca vista de inversión en España desde fondos de capital riesgo foráneos, con 4.582 millones.
En el ranking autonómico, Euskadi ya se ha consolidado como la tercera comunidad autónoma por captación de recursos procedentes del exterior. El imán es Madrid, con 39.925 millones de euros en 2018, seguida de Cataluña –2.985 millones– y después el País Vasco, con 962.
Si se profundiza en el análisis de los datos de DataInvest referidos al periodo 2008-2018, Euskadi muestra una clara evolución en la localización de inversiones. En los cinco primeros años de la crisis, la captación media anual de fondos foráneos rondaba los 300 millones, para empezar a crecer sustancialmente a partir del ejercicio 2013, al elevarse la media hasta los 1.000 millones anuales.
En este último periodo hay dos picos notables, en 2016 y 2017 –que se contabilizan 2.016 y 2.961 millones, respectivamente– que se corresponden con las operaciones excepcionales de Siemens Gamesa, ITP y Aernnova. De ahí que en 2018 se produjera un descenso para recolocarse en el nivel medio, exactamente en 969 millones.
La oficina vasca 'Invest' captó 100 proyectos, que han creado 1.974 empleos y 441 millones de inversión
Seducción activa
En 2014 el Gobierno vasco decidió intensificar las acciones para la atracción de inversiones exteriores, como una estrategia «clara y proactiva» con el fin de potenciar la industria y la creación de empleo. Así se monta una oficina específica para la inversión exterior, denominada 'Invest in the Basque Country', y al frente de la misma se sitúa a la bióloga y master en gestión empresarial Marian Ibarrondo.
En sus cinco primeros años de existencia, la oficina Invest ha gestionado casi 400 proyectos de empresas de capital exterior, de los que han cristalizado con éxito 100 con un impacto acumulado de casi 5.000 empleos (1.974 puestos de nueva creación y el mantenimiento de otros 3.013 empleos). En conjunto los proyectos materializados en el quinquenio han movido 441 millones de inversión, que se han canalizado hacia 47 plantas productivas, 22 unidades de I+D+i, 4 centros logísticos, 23 oficinas y 4 establecimientos de otro tipo. Un ejemplo de proyecto internacional, de nuevo sector altamente tecnológico, es el caso de Viralgen, una empresa estadounidense que ha ubicado en San Sebastián el mayor centro de producción para terapia génica de Europa.
Marian Ibarrondo destaca que las firmas que vienen a Euskadi no buscan ayudas públicas o bajos costes laborales –porque carecemos de ambos–, sino que llegan «atraídas por el ecosistema industrial, donde en pocos kilómetros encuentran una gran y diversificada red de proveedores, centros tecnológicos, personal formado e infraestructuras». Ibarrondo recalca que el capital exterior no supone una amenaza, «sino una oportunidad de generación de inversión y empleo» y añade que desde Invest no sólo se mima al capital foráneo para captarlo, sino que luego se le hace un seguimiento pormenorizado. «Nos reunimos periódicamente con estas empresas para saber qué necesitan y para favorecer que sigan creciendo aquí», explica Ibarrondo.
En Álava, donde se asientan grandes multinacionales vitales para la economía vasca como Mercedes o Michelin, hace justo diez años se creó el Foro de Grandes Empresas en el seno de la patronal SEA, que está formado por 54 firmas. El director general de la organización empresarial, Juan Ugarte, considera que el Foro está permitiendo atender las especificidades de este tipo de compañías. En estos diez años, subraya, «se ha logrado estrechar aún más los lazos con estas grandes empresas y ellas, a su vez, se han ido involucrando más con el territorio y los proveedores e interactúan mucho más con la sociedad».
Urkullu pide al capital riesgo entrar en el fondo vasco de arraigo
En los últimos años hay voces que lamentan la pérdida de mecanismos de arraigo empresarial en la economía vasca. Dicho de otra manera, ya no hay instrumentos financieros locales como en su día fueron la Corporación IBV o las amplias carteras industriales que llegaron a tener las antiguas cajas de ahorro vascas. Al contrario, la entidad financiera heredera de dicha cartera industrial, Kutxabank, ha vendido ya la mayor parte de la misma, forzada también por la regulación europea que penaliza este tipo de inversiones por parte de la banca.
Tampoco desde la iniciativa pública hay un gran margen de maniobra, ya que el control de Bruselas es muy estricto.
De ahí que el lehendakari, Iñigo Urkullu, esté liderando la conformación de dos fondos –uno público de 100 millones y otro privado de 250 millones– que permitan financiar el crecimiento de las empresas vascas en expansión y al mismo tiempo, anclar su capital, su sede y su centro de decisión al País Vasco.
Y es en este segundo fondo –de capital mayoritariamente privado y dinamizado desde el ámbito público– donde el jefe del Ejecutivo hizo una invitación directa a participar a los grandes fondos de capital riesgo que en abril acudieron a Bilbao a la asamblea de Ascri.
«Nuestro objetivo –dijo– es que consideren una oportunidad trabajar junto a la inversión institucional en favor del desarrollo económico de las empresas vascas». Para seducir a los inversores, destacó que «nuestro compromiso es claro: estabilidad, cercanía a la empresa y colaboración» en un país en el que «hablamos su mismo lenguaje: inversión, industria, innovación e internacionalización».
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