Euskadi reclama hoy en Madrid 6.000 megavatios más por su peso industrial
El consejero Jauregi se reúne con el Gobierno central para reclamar nuevos accesos a energía para reactivar un centenar de proyectos
«Nosotros tenemos nombres y apellidos de las empresas que necesitan conexión eléctrica. Luego hay otras comunidades que quieren tener 'data centers'. Hay empresas que ... te dicen 'te voy a asegurar una inversión de 3.500 millones si me consigues potencia'. Y están todos los territorios haciendo cola en el Ministerio con el mismo proyecto». Con esta contundencia defendió el consejero de Industria, Mikel Jauregi, el pasado junio en una entrevista EL CORREO, la necesidad de que Euskadi reciba una discriminación positiva en el reparto energético por su capacidad y arraigo manufacturero. Una postura que ya despertó las críticas de los presidentes autonómicos del PP durante la conferencia de Barcelona y que, pese a ello, esta misma mañana puede materializarse en un compromiso concreto si el Gobierno central abre la mano.
La cuestión es que a la diez de la mañana el consejero Jauregi se reunirá en Madrid con el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, para concretar cuántos de los 27.700 megavatios que liberará el Gobierno central corresponderán a Euskadi. El Ejecutivo vasco se muestra confiado -«vamos con los deberes hechos», apuntan en la Consejería de Industria- en que, tras meses de negociaciones, Moncloa acceda a su petición de inyectar 6.000 megavatios adicionales a Euskadi. Sería un 50% más de la potencia actual y abriría la puerta a reactivar un centenar de proyectos empresariales hoy bloqueados, además de permitir el desembarco de una veintena más.
La reunión de esta mañana adquiere una relevancia especial: el lehendakari, necesitado de ofrecer resultados tangibles a su electorado ante la dificultad de cerrar las transferencias del estatuto pendientes antes de fin de año, dio la semana pasada un ultimátum a Sánchez de diez días para dar solución al colapso de la red. Una cuestión que Lakua ha elevado en el arranque de este curso político a la carpeta de máxima prioridad, pues las eléctricas vienen de advertir una saturación prácticamente total. Una encrucijada que, advierte el Ejecutivo, podría poner en jaque hasta 70.000 empleos.
El Gobierno vasco confía en que la apuesta de Moncloa por dar prioridad al «protagonismo de la industria» -en palabras de la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, el pasado viernes- se traduzca en un reparto favorable para Euskadi. En esencia, lo que reclama Lakua es que el 21% de la potencia que se liberará en el próximo periodo de planificación de la red, correspondiente a 2025-2030, tenga como destino el País Vasco.
Aunque la cifra pueda parecer elevada, lo cierto es que el 26% de la potencia liberada por el Gobierno central este año ya se ha concentrado en dos enclaves estratégicos para la industria vasca: la nueva planta de Mercedes en Vitoria y la cementera Heidelberg en Arrigorriaga. Esta apuesta por proyectos concretos alimenta la confianza del Ejecutivo, que, a la espera de cerrar aspectos técnicos, ve factible que su demanda salga adelante.
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