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El Gobierno vasco comenzará a aplicar este año el nuevo canon a las grandes instalaciones de energías renovables, con el que prevé recaudar unos 700. ... 000 euros anuales. El gravamen afecta a los parques eólicos y las plantas solares del territorio y busca compensar el impacto medioambiental y social que generan estos proyectos.
La medida forma parte de la Ley de Transición Energética y Cambio Climático, aprobada por el Parlamento vasco en el tramo final de la pasada legislatura con el voto favorable de PNV, PSE-EE y EH Bildu, y convierte a Euskadi en una de las primeras comunidades en poner precio al uso intensivo de suelo para las renovables. El impuesto fue introducido en la normativa a propuesta de una coalición soberanista obligada a hacer equilibrios internos entre su apuesta por la energía limpia y la defensa de la conservación de los entornos naturales.
El viraje de la izquierda abertzale hacia posiciones más pragmáticas, favorables a la construcción de parques eólicos y solares para garantizar la soberanía energética del territorio, ha generado importantes discrepancias en su base social, que rechaza la transformación del paisaje. Estas tensiones internas -agravadas en las últimas semanas por la dimisión de tres concejales en Arratzua-Ubarrundia, frustrados por no poder frenar un macroproyecto solar, y por el ataque a la casa del hermano de Pello Otxandiano- impulsaron a EH Bildu a reclamar la implantación de este canon.
El propósito de la tasa, por lo tanto, es el de compensar económicamente a los municipios afectados por las energías renovables de su instalación. Aunque el dinero que prevé recaudar el Gobierno vasco con este impuesto es anecdótico -700.000 sobre un Presupuesto de 15.000 millones- su valor simbólico y político es considerable.
Este impuesto excluye, en cualquier caso, a instalaciones pequeñas y a proyectos de bajo consumo. Solo afecta a las grandes instalaciones repartidas por los tres territorios. Es decir, a los parques eólicos del Oiz, Elgea, Urkilla, Badaia y el Puerto de Bilbao, además de las plantas solares de Ekian, según se desprende una respuesta parlamentaria firmada por el consejero de Industria, Mikel Jauregi, a solicitud de EH Bildu.
El canon que deberán abonar los parques eólicos varía en función del número de aerogeneradores y de su potencia, con importes por unidad que oscilan entre los 2.600 y los 5.400 euros anuales. En el caso de las plantas solares de Ekian, ubicadas en el polígono alavés de Arasur, tienen que pagar hasta 700 euros por cada una de sus 55 hectáreas. Es decir, que aportarán a la Administración hasta 38.500 euros.
Iberdrola será la empresa que más dinero tenga que desembolsar por este canon, ya que es la propietaria de los parques eólicos de Elgea, Urkilla y Badaia y mayoritaria en Oiz. El Ente Vasco de Energía (EVE), por su parte, tiene participaciones en el Oiz, el Puerto de Bilbao y en el parque fotovoltaico de Ekian, donde también figura el Grupo Mondragón como socio.
En cualquier caso, esta medida llega en un momento especialmente delicado para Euskadi en materia energética: la generación renovable atraviesa uno de sus peores registros históricos, con un desplome de la producción en 2023 hasta los niveles más bajos en una década, que ha puesto en evidencia las dificultades para avanzar en la transición energética.
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