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Si hay unas siglas relacionadas con la historia industrial y financiera del País Vasco son las de BBVA. En su origen está, además, una de ... las fusiones bancarias, la del Banco Bilbao y el Banco de Vizcaya, más importantes del sector en España y que generó capítulos inolvidables en la historia mercantil, aunque en su proceso de crecimiento, aún manteniendo la sede social en Bilbao, se ha ido produciendo cierta mudanza de cuadros directivos. Ayer, en contraste con la reacción de Cataluña, Euskadi mantuvo la tónica de silencio político e institucional con el que ha venido siguiendo la operación en el último año.
El Gobierno vasco declinó realizar valoraciones sobre la aprobación que Competencia acordó de la opa el pasado miércoles. Y es que las intervenciones del Ejecutivo en este campo han sido muy escasas. El lehendakari, Imanol Pradales, se ha referido directamente a la cuestión solamente dos veces en lo que llevamos de año. Una fue, precisamente, en la última entrevista que concedió a EL CORREO. Esquivó valorar las cuestiones internas de la oferta y posicionarse a uno u otro lado, pero sí pidió al BBVA «una mayor presencia en Euskadi a muchos niveles». «Creo -señaló- que, en la medida en que mantiene la sede social en Bilbao, debe contribuir con más fuerza en esta política financiera que queremos desarrollar, ligada a la reindustrialización del país».
Se trata de un mensaje en el que subyace la posición que el Ejecutivo vasco viene marcando desde que inició su andadura en esta legislatura. Y es que favorecer y afianzar la posición financiera de Euskadi es uno de los objetivos fundamentales con medidas como la Alianza Financiera Vasca. En ese contexto, la posición es que, con fusión o sin ella, BBVA refuerce su vinculación con Euskadi.
La otra intervención de Pradales en la que se refirió al proceso del banco vasco y la entidad vallesana fue en febrero. En un acto reclamó una mayor participación de las instituciones vascas en los órganos de Competencia que han regulado la opa. Un mensaje que lanzó a modo de pregunta: «¿No sería lógico que las instituciones vascas tuviesen capacidad de decisión de emitir un informe vinculante con relación a esta operación?»
Desde el ámbito empresarial, fuentes del Círculo de Empresarios Vascos señaló ayer la necesidad «obligada» de «respetar» el aval de la CNMC. Un órgano supervisor que, recordó, es el que garantiza el buen funcionamiento de los mercados y, desde ahí, de la relación entre clientes y empresas. Por eso insistió en que, tras el visto bueno de Competencia, «lo que procede ahora es dar la voz a los accionistas». Precisamente ese es el trámite final que decidirá la compra o no del Sabadell, el voto de sus 200.000 accionistas.
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