Euskadi enfila el mejor año en empleo aunque ya nota la ralentización económica

Con todo, el incremento de noviembre es más modesto que el de ejercicios anteriores. Así, hay que remontarse al año de la pandemia para encontrar un dato más bajo. El año pasado, por ejemplo, el aumento fue de 2.563 y en los dos anteriores superó los 3.000.

El aumento de afiliados vino acompañado por una reducción del paro en 603 personas, de manera que el total de desempleados se cerró el pasado mes en 107.894. No obstante, es de destacar que esta evolución representa el menor descenso desde 2012.

En el conjunto de España los datos de empleo fueron mucho más negativos. El número de cotizantes descendió en 30.051, el doble que el año anterior, hasta quedar en 21,3 millones de personas. La caída del sector de la hostelería fue la principal causa. A nivel nacional, sin embargo, también se redujo el paro. Bajó en 16.036, un 0,6%, hasta los 2,58 millones.

Según los datos del departamento vasco de Economía, Trabajo y Empleo, en noviembre se firmaron 62.374 nuevos contratos en Euskadi, de los que un 22% tenían carácter indefinido. Estas cifras denotan una ralentización respecto al año pasado al haberse firmado un 1,2% contratos menos que en noviembre de 2023. La bajada se nota también en los contratos indefinidos. Los 13.725 actual son un 11% menos que entonces.

Para el viceconsejero de empleo e inclusión, Alfonso Gurpegui, el crecimiento del 0,21% que marca un nuevo récord de cotizantes en el País Vasco «confirma que la generación de empleo en Euskadi cuenta con un suelo consolidado». También celebra que esta mejora se deja sentir, aunque con diferente intensidad, en los tres territorios vascos -en el último mes crece un 0,12 en Álava, un 0,34 en Bizkaia y apenas un 0,05 em Gipuzkoa-, con una tendencia a la bajada del paro paro que se mantiene en todos los noviembres desde el año 2013. «Por actividades, el sector con mayor descenso de personas desempleadas ha sido servicios (-674), seguidos de industria (-128)», ha añadido.

Lo cierto es que la industria y el comercio son dos grandes ámbitos del empleo vasco que únicamente han vivido un ligero crecimiento de empleo. Una vez más ha sido la educación la que más ha tirado del carro. En noviembre sumó 1.523 nuevos afiliados a la Seguridad Social y desde agosto la cifra supera los 16.200 trabajadores. Una gran parte de estos contratos son fijos discontinuos, personas que están en el paro en verano (aunque no figuren como desempleados en el registro de Lanbide) y que son llamadas a trabajar con el nuevo curso. En cuanto a la hostelería, ésta siempre tiene un comportamiento diferente en Euskadi. La actividad evoluciona mejor con el arranque del curso y el regreso de los vascos que han pasado fuera la temporada estival.

Los sindicatos vascos han reaccionado a los datos. ELA ha denunciado el «aumento de la temporalidad» que se acerca ya al 80%. «Ante el escenario que se nos presenta, es imprescindible la organización y movilización para luchar por las medidas que acaben con la precariedad laboral y dignifiquen las condiciones de trabajo tanto en el sector público como en el privado». Abogan por adoptar «medidas firmes» contra la precariedad y la brecha salarial.

LAB, por su parte, advirtió que el descenso del paro no es proporcional a la subida a la afiliación, y ha destacado que el empleo emergente se produce en el sector servicio, «lo que nos da señales de un aumento del empleo dominado por las condiciones laborales precarias, convirtiendo la calidad del empleo en la principal preocupación».

UGT Euskadi destacó que el desempleo en el País Vasco «sigue afectando más a las mujeres», que suponen un 57,6% de las desempleadas en noviembre. «Debemos insistir en la necesidad de seguir acortando las distancias en este sentido», ha remarcado la responsable de Formación y Empleo de UGT-Euskadi, Arantxa Niño, quien también ha defendido la necesidad de seguir incidiendo en algunas cuestiones pendientes en el mercado laboral. «Hay que insistir en el aumento salarial, tanto desde la mejora del SMI como desde la negociación colectiva que permita recuperar la pérdida de poder adquisitivo», ha defendido.