Euskadi aspira a una alta cuota en el plan para el vehículo eléctrico, dotado con 4.300 millones
El Gobierno presenta el PERTE para transformar la industria, pero las comunidades deberán esperar a febrero para conocer el reparto de los proyectos
El Gobierno destinará 4.295 millones de euros en recursos públicos para la reconversión de la industria de automoción y su adaptación al vehículo eléctrico ... y conectado. Así lo explicó ayer el presidente, Pedro Sánchez, en la presentación del primer Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), una fórmula especial creada para poder aprovechar los fondos europeos. La cifra es una de las pocas informaciones que se aportaron del plan, que se aprobará hoy en el Consejo de Ministros. Y es que este trámite no es más que el pistoletazo de salida de un proceso para la selección de proyectos que se prevé largo y peleado. En él se juega mucho Euskadi, con gran peso en la automoción, y que ha presentado iniciativas como la fábrica alavesa de baterías Basquevolt Gigafactory, con una inversión total de 882 millones, o Basque CCAM LAB, para la conectividad.
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El acto, desplegado con mucha pompa en el primer día hábil tras la remodelación del Gobierno, contó con las principales asociaciones del sector, líderes de grandes compañías implicadas como el de Iberdrola, Ignacio Galán, y representantes de las comunidades autónomas. Por parte del Gobierno vasco acudió Zigor Urkiaga, director de Proyectos Estratégicos. Según explicó, no hubo apenas concreción sobre el PERTE, con el que se pretende impulsar una inversión de 19.000 millones del sector privado hasta 2023. «Hay que tener en cuenta que solo se han planteado las líneas generales. Ahora se tienen que abrir las convocatorias y las propuestas se presentarán en concurrencia competitiva», precisó. Se espera que no haya decisión final hasta febrero de 2022. A la vuelta del verano se abrirá el plazo para la recepción de proyectos, que deben cumplir varios requisitos: que abarquen, al menos, a dos comunidades; que incluyan la fabricación de coches; también de baterías o pilas de hidrógeno, así como de otros componentes; y que cuenten con un 40% de pymes.
Lo que tiene claro el Gobierno vasco, añadió Urkiaga, es que Euskadi va a tener una importante cuota debido al peso que tiene en la cadena de suministro de la automoción. Aparte de la planta de Mercedes, el País Vasco supone la mitad de la industria española de componentes, con gigantes como Gestamp, Cie Automotive o MCC, implicados en varios proyectos. Y no hay que olvidar la parte energética y de recarga para el coche eléctrico. Iberdrola tiene un papel protagonista en este ámbito y, aparte de apoyar varias iniciativas vascas, está en la alianza de Seat para Martorell, que incluye una fábrica de baterías. En la industria de las electrolineras también destacan otras firmas vascas como Ibil (promovida por el EVE y Repsol), Ingeteam, Ormazabal, ZIV o Jema.
El plan vasco para aprovechar los fondos europeos coloca en primer lugar el paquete ligado al PERTE estatal de automoción, con el que aspira a movilizar 2.106 millones. Dentro de este apartado, el proyecto más ambicioso, con 882 millones, es Basquevolt, que se ubicará en Álava y está impulsado por empresas como Iberdrola y Cie, así como el EVE y el CIC Energigune. Consiste en desarrollar una nueva tecnología de baterías, con celdas de litio sólido, que permiten a los vehículos hacer más kilómetros sin necesidad de recarga. Pero no es una iniciativa aislada, sino un eslabón de una cadena con presencia en varias comunidades. El consorcio Battchain arranca en las minas de Extremadura para extraer litio; las celdas de Basquevolt se ensamblarán en baterías en Navarra, en una fábrica de Fagor Ederlan; y la empresa andaluza Scoobic pondrá a disposición su factoría para el montaje de vehículos enchufables.
Urkiaga cree que Basquevolt podría convertirse también en proveedor de otras gigafactorías de baterías. Valora positivamente que en la presentación de ayer se hablase de que el dinero debe llegar a toda la cadena de suministro, lo que incluye a las pymes. Pero teme una gestión centralizada del PERTE por parte del Ministerio de Industria. En este sentido, el Gobierno anunció que se va a crear una Alianza para el vehículo eléctrico, en la que estarán las comunidades autónomas, y que al frente se colocará a «una persona de reconocido prestigio».
El papel clave de Extremadura por sus minas de litio
En el acto de presentación del PERTE para el vehículo eléctrico fue significativa la asistencia del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Pero hay una razón lógica que la explica. La comunidad que lidera tiene un papel clave en esta transformación al albergar dos minas de litio.
Una de ellas está ubicada a tres kilómetros de Cáceres y la firma australiana Infinity Lithium pretendía su explotación, pero se le denegó el permiso. Otra está en la localidad Cañaveral y parece encauzada. Ocurre que el gestor de esta segunda, Phi4Tech, ha ligado el proyecto a la construcción de una fábrica de baterías en Badajoz. Atendería así la aspiración de Fernández Vara de utilizar la baza de estos yacimientos para atraer industria a su comunidad.
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