El tráfico del Puerto de Bilbao se ha reducido como consecuencia de los aranceles. Manu Cecilio

El escudo vasco contra los aranceles solo moviliza 12 de los 450 millones disponibles en avales

Las empresas apenas han recurrido a la oferta de financiación canalizada a través de Elkargi, que únicamente cuenta con 24 beneficiarias

Martes, 9 de diciembre 2025, 00:06

«Tenemos que poner toda la carne en el asador». Esta es la premisa bajo la que el lehendakari ha situado la política industrial en ... el centro de su acción de Gobierno, con el objetivo de reactivar un tejido productivo debilitado por la falta de inversión. Este ánimo, sin embargo, chocó en abril con «una amenaza que no se veía en décadas». Así describió entonces Imanol Pradales la andanada arancelaria desatada por Donald Trump, quien impuso a Europa unos mal llamados aranceles recíprocos del 20% que en julio, tras un acuerdo con Ursula von der Leyen –firmado en los campos de golf del magnate–, rebajó al 15%. Sin embargo, sectores como la automoción y la siderurgia fueron excluidos de la rebaja y siguieron enfrentando tasas más altas.

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Aquellos días de abril –con la imagen de Trump sosteniendo la cartulina arancelaria que sacudía los cimientos del comercio mundial– hicieron saltar las alarmas en todas las instituciones europeas. Gobiernos de todo el continente, desde los regionales hasta la propia Comisión, se vieron obligados a activar contrarreloj planes de respuesta que blindaran el tejido productivo. Y el vasco, con una economía profundamente exportadora, no fue la excepción.

El Ejecutivo autonómico, subido a la ola de la autonomía estratégica europea, activó el 9 de abril un «escudo comercial» de 2.150 millones de euros. El plan, anunciado en el parque tecnológico de Miñano y en el marco del Grupo para la Defensa Industrial –el foro creado específicamente para responder a los aranceles– llegó solo una semana después de que Trump desatara la ofensiva comercial su 'Día de la Liberación'. Su objetivo era claro: «no ahorrar esfuerzos para proteger a las personas, el empleo y las empresas». Esta estrategia, similar a la implementada durante la pandemia, incluía una serie de medidas como ayudas para los ERTE, incentivos para la contratación, inyecciones de capital y apoyo para explorar nuevos mercados.

En esta batería de medidas, que combinaba partidas ya previstas con nuevos anuncios, destacaba un plan extraordinario de 450 millones de euros en avales directos para la pequeña y mediana empresa, canalizado a través de Elkargi. Su objetivo era aportar certidumbre a las compañías más expuestas de forma directa a Estados Unidos. La línea de crédito, todavía abierta, ofrece hasta cinco años de amortización y dos años de carencia, lo que permite a las empresas contar con un margen de tiempo para hacer frente a los pagos, aliviando su carga financiera en un contexto de incertidumbre económica.

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Pese a que la intención de lanzar esta línea de financiación se hizo pública en abril, no fue hasta junio cuando el Consejo de Gobierno dio su visto bueno, activando un primer tramo de 100 millones de euros en avales, con la posibilidad de ampliarlo en otros 350 millones si la demanda lo justificaba. Sin embargo, el número de solicitudes ha quedado muy por debajo de este umbral. En los seis meses que han transcurrido desde la apertura de la línea de ayudas, solo 53 empresas se han acercado a Elkargi para solicitar el apoyo.

El Gobierno vasco destaca que al conocer la cuantía de los aranceles «se han reducido los niveles de incertidumbre»

Sin embargo, diez de las solicitudes han sido rechazadas por no cumplir con los requisitos establecidos. Otras 19 se encuentran aún en fase de evaluación, mientras que 24 han recibido el visto bueno. Esto ha permitido movilizar un total de 12,15 millones de euros, de los cuales 3,8 ya se han entregado y otros 8,3 están pendientes de firma. En términos relativos, esto representa el 2,67% del dinero previsto.

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El escaso uso de estos fondos no necesariamente debe considerarse negativo. Fuentes del Gobierno vasco recuerdan que son las propias empresas las que deciden si acceder o no a estos avales. Además, destacan que «se han reducido los niveles de incertidumbre» desde el anuncio de los aranceles. Las empresas ahora conocen con claridad la carga impositiva a la que se enfrentan, lo que les permite planificar mejor sus inversiones. Asimismo, desde el Ejecutivo señalan que existen otras líneas de ayudas estructuradas específicamente para las pymes, lo que diversifica las opciones de apoyo disponible.

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