Así trabajan y se protegen las empresas críticas de Euskadi
Compañías energéticas y de telecomunicaciones, imprescindibles durante la cuarentena, se blindan ante la amenaza del Covid-19
Controles de temperatura corporal a los trabajadores, desinfección de los puestos de trabajo cada cambio de turno, aislamiento.... Las empresas críticas se han blindado en Euskadi. Desde que se decretó el estado de alarma sanitario por la pandemia del coronavirus, las compañías energéticas, de telecomunicaciones y las infraestructuras críticas del territorio han desplegado una serie de medidas para garantizar el suministro, a la vez que protegen la salud de sus trabajadores. Algunas llevaban semanas preparándose y no es para menos, ya que la ciudadanía y el tejido empresarial del territorio dependen de ellas. Pase lo que pase, no pueden fallar.
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Petronor
'Nivel 1' de alerta en Muskiz
De la refinería de Petronor, en Muskiz, sale gran parte del combustible que se consume en Euskadi. Sin él, el transporte y el abastecimiento de los supermercados se verían afectados. El complejo se encuentra actualmente en el 'nivel 1 'de Alerta y ha hecho acopio de los materiales necesarios para continuar su actividad. Gran parte de la plantilla trabaja desde casa y dentro de la refinería solo quedan los imprescindibles. En el acceso se toma la temperatura a los trabajadores y han colocado paneles de separación entre los operadores de control para minimizar el riesgo de contagios. Cada operador debe limpiar los elementos compartidos -radio, micrófono, tablets...- al acabar su turno y un equipo de especialistas desinfecta las zonas comunes.
Se ha limitado al máximo el acceso a la sala de control, el corazón del complejo y, ante la posibilidad de que alguno de los trabajadores fuera contagiado, Petronor está formando a personal para poder desempeñar esas labores. Si las bajas laborales afectaran a más del 10% de la plantilla, se activarían medidas extraordinarias de emergencia con paradas de divisiones de trabajo y se llegaría incluso a parar ciertas unidades productivas de la refinería.
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Enagás
Relevos sin contacto físico
El gas natural representa el 31% del consumo energético en Euskadi y es fundamental durante esta crisis. Por ello, Enagás ha preparado todos sus complejos para esta situación. La plataforma de almacenamiento de gas de la Gaviota, frente a Bermeo, ha intensificado la limpieza y desinfección y se han reorganizado los turnos y retenes. «El relevo se hace sin contacto físico entre los trabajadores, se realizan desinfecciones preventivas entre turnos», indica la empresa.
En caso de que uno de los trabajadores diera positivo en coronavirus en la Gaviota, todo el turno se sometería a una cuarentena. «Se llamaría al equipo de operadores que están de retén en sus domicilios» para sustituir al turno anterior. Antes, eso sí, se procedería a la desinfección completa del complejo. La Gaviota y el resto de infraestructuras esenciales de Enagás en Euskadi -la interconexión Euskadour, en la frontera francesa, y la Planta de Regasificación Bahía Bizkaia Gas, en Zierbena, en la que la compañía tiene una participación del 50%- «están funcionando según lo previsto», aseguran desde la compañía.
Las compañías han optado por mandar a casa a la mayoría de sus empleados para evitar contagios
Teletrabajo
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Nortegas
A prueba de emergencias
Nortegas, como una de las principales distribuidoras de gas del país, es otro eslabón fundamental en el abastecimiento de gas natural. La compañía tiene a su plantilla al completo trabajando desde casa. «Hemos pospuesto todas las actuaciones que no son imprescindibles. Solo llevamos a cabo actividades que previenen potenciales riesgos de suministro y que no ponen en riesgo la salud de los trabajadores», trasladan desde la compañía.
Un equipo de emergencias monitoriza diariamente las instalaciones y atiende cualquier aviso que pueda llegar por teléfono. En menos de 30 minutos son capaces de intervenir en el punto en el que se ha dado la emergencia. Cuentan además con todos los recursos para operar de manera segura, evitando la exposición a posibles contagios.
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Iberdrola
Refuerzo en hospitales
La principal empresa energética del territorio ha reforzado sus centros de control críticos, en los que trabaja la mitad de la plantilla habitual por turnos. La compañía ha revisado la alimentación energética y de reserva de 268 hospitales y centros sanitario públicos y privados. A todos ellos les ha facilitado un teléfono de atención prioritaria las 24 horas, con el fin de solucionar posibles incidencias. Iberdrola ha establecido un plan con 65 medidas para sus empleados que incluyen protocolos extraordinarios para colectivos críticos, esquemas de movilidad eventual y la reubicación temporal de trabajadores de instalaciones o funciones esenciales en la generación, distribución y suministro eléctrico.
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Puerto de Bilbao
Gafas, guantes y mascarilla
La Autoridad Portuaria de Bilbao (APB) mantiene sus terminales operativas, ya que es esencial para el aprovisionamiento de materiales para la industria vasca y productos de consumo de la ciudadanía. Los buques siguen haciendo escala, pero el atraque de cruceros ha sido suspendido. De los 267 profesionales de la APB, la mayoría trabaja desde casa. Al puerto solo acuden unas 35 personas en el turno de mañana y doce de tarde y noche de los departamentos de protección, embarcaciones y salud, entre otros.
Se ha desinfectado el entorno portuario, así como las instalaciones de la APB, prestando especial atención a superficies de contacto. Además, los profesionales cuentan con gafas de protección, guantes de nitrilo y mascarillas, por si tuvieran que entrar en contacto de forma prolongada con personas que podrían estar enfermas o ser portadoras.
La plantilla imprescindible sigue acudiendo a su puesto de trabajo, bajo un estricto protocolo
Profesionales 'críticos'
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Telefónica
Monitorización permanente
Con el aislamiento se han disparado las comunicaciones y el trabajo de las operadoras de telefonía. Telefónica ha limitado sus trabajos de campo a «mantener la red y las comunicaciones esenciales, reduciendo el resto al mínimo y evitando contactos innecesarios entre personas», explica el director de territorio norte de la empresa, Javier Zorrilla. Se mantienen alerta para actuar ante cualquier imprevisto, como las incomunicaciones que «de momento, no se han producido».
En el Centro Nacional de Energía, situado en Bilbao, un grupo de trabajadores se encarga por turnos de supervisar las 24 horas el estado de la red. «Es el corazón energético de Telefónica en todo el país. Cuenta con grupos electrógenos que sirven para mantener los equipos cuando se produce algún fallo de energía», revela Javier Zorrilla.
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Euskaltel
Coordinación al máximo nivel
En Euskaltel también han adoptado medidas de este tipo. Actualmente casi el 100% de la plantilla se encuentra teletrabajando. Comenzaron aislando a un 'equipo táctico' una semana antes de que se decretara el estado de alarma y que se dedica a mantener la continuidad del servicio. Un comité formado por personas del máximo nivel de la empresa dirige todas las operaciones y contingencias y que se reúnen diariamente para tomar las decisiones necesarias. Aquellos que deben trabajar de forma presencial acatan las medidas de higiene y distanciamiento recomendadas por las autoridades.
Los trabajos de campo se han reducido al mínimo: solo para garantizar el servicio y reparar averías
mantenimiento
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Semantic Systems
Acceso remoto y un 'plan B'
En Semantic Systems también trabajan estos días a un ritmo acelerado. Ofrecen soluciones tecnológicas a más de 200 empresas de sectores como la automoción, aeronáutica y metalurgia, entre otros, que estos días continúan con su actividad gracias a ellos. «Facilitamos el acceso remoto a los ordenadores de la oficina para que puedan trabajar desde casa como si estuvieran allí», explica el director del área de sistemas de la compañías, Txema Taboas.
La semana pasada repararon una avería en el Data Center y montaron un equipo en casa de un cliente, «todo con el máximo cuidado», aseguran. La empresa cuenta con cuatro Data Centers, uno en Bilbao y tres en Madrid, todos conectados entre sí y con una fuente de alimentación diferente. «Eso nos permite, en caso de que uno de los sistemas falle, poder restablecer el servicio en un tiempo de entre una y cuatro horas». Una garantía de que todo podrá seguir en marcha aunque pinten bastos.