Al Gobierno vasco «le gustaría» ser accionista de ITP
La multinacional Rolls Royce ha puesto en venta la empresa
Rolls Royce ha abierto la puerta a que el Gobierno vasco participe como accionista en ITP, la empresa vasca de la que es propietaria ... y que se dedica a al fabricación de piezas destinadas a motores de avión. El Gobierno vasco, por su parte, reconoció ayer que «le gustaría» participar en el capital de esa empresa que está en venta, siempre que alcance un acuerdo con los futuros propietarios y con el objetivo de garantizar el arraigo y el futuro de la compañía.
La manifestación de intenciones la hizo este martes la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, en la rueda de prensa posterior a la reunión del gabinete de Iñigo Urkullu. Tapia señaló que el Ejecutivo vasco estaría interesado en convertirse en accionista de esta empresa, en el contexto para el que se ha creado el fondo de participaciones Finkatuz, dotado hasta ahora con 160 millones de euros. Pese a todo, Tapia señaló que lo fundamental en relación con esta empresa es que «haya un proyecto de futuro», de tal forma que el nuevo propietario o el grupo de fondos que se forme para adquirir la compañía tenga un plan claro de inversiones y de crecimiento.
Cartel de «se vende»
Hace ya un año que Rolls ha puesto en venta ITP, una de las joyas de la corona de la industria vasca, debido a su necesidad de liquidar activos y reducir su abultado endeudamiento. Algunas fuentes han situado en torno a los 1.500 millones de euros el ingreso que Rolls quiere obtener con la venta de las acciones de la que hasta ahora ha sido su filial, aunque la cifra será el resultado de una negociación que aún no ha entrado en la recta final.
El proceso de venta, sin embargo, ha chocado con varios problemas. De una parte, la oferta tan sólo ha despertado interés en grandes fondos de inversión, que si bien resuelven el problema del vendedor generan muchas dudas sobre el futuro. Este tipo de inversores no tiene vocación de permanencia y sus decisiones responden únicamente a criterios económicos, sin vincularse a intereses de desarrollo económico local. Este riesgo ha llevado al Gobierno español a condicionar la venta de ITP al hecho de que sea una empresa nacional la que actúa como líder en la compra, extremo que se ha revelado como muy difícil. La tarea se plantea casi como un imposible. Las empresas españolas del sector aeronáutico atraviesan grandes dificultades en este momento y no tienen potencia financiera suficiente para asumir ese elevado riesgo económico.
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