Solarpack en su salida a Bolsa en diciembre de 2018.

Solarpack se dispara un 43% en Bolsa tras recibir una OPA por 881 millones

Los fundadores, liderados por Galíndez y Burgos, han pactado ya la venta de su 51% a la firma sueca EQT por 449 millones

Miércoles, 16 de junio 2021, 10:03

Cuesta creer que en el País Vasco se pueda hacer negocio con el sol pero los dueños de la fotovoltaica Solarpack han logrado sacarle millones. ... La empresa, con sede en Getxo, ha recibido una oferta de compra por parte del grupo de capital riesgo sueco EQT –dueño entre otras firmas del portal inmobiliario Idealista– por un importe de 881 millones de euros, lo que supone una prima del 45%. Es una valoración elevada, consecuencia del 'boom' de las renovables, que triplica aquella con la que la firma vasca salió a Bolsa en 2018. La operación ha sido pactada con los socios fundadores, encabezados por José Galíndez y Pablo Burgos, que se han comprometido a vender de forma irrevocable el 51% que controlan, por el que ingresarán 449 millones de euros.

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El precio de la oferta es de 26,5 euros por acción, un 45% superior al cierre del martes, y se abonará en efectivo. El anuncio de la OPA, que se dirige al 100% del capital y está condicionada a la aceptación del 75%, hizo que la cotización de Solarpack se disparase desde primera hora del día, hasta acabar en los 26,15 euros, tras revalorizarse un 43%. Las atractivas condiciones hicieron que otras renovables como Grenergy también subieran, después de que este año hayan corregido por temor a una burbuja.

La operación se enmarca en la fiebre por las renovables debido a la transición energética. La empresa fotovoltaica salió a Bolsa en diciembre de 2018 con un precio de 8,3 euros y la oferta es a 26,5. Eso quiere decir que en apenas dos años y medio su valoración ha pasado de 275 millones a los 881 millones de la OPA, lo que da una idea del 'pelotazo' que han dado sus accionistas. En enero la compañía llegó incluso a superar los 34 euros de cotización, pero luego se desinfló al vender los socios un porcentaje del 12% en el mercado y filtrarse que Iberdrola había abandonado sus planes para comprar la empresa, un extremo no confirmado oficialmente.

Como ocurre en las renovables, sus cuentas están muy alejadas de su valoración bursátil. Sus ingresos operativos, derivados del desarrollo de parques fotovoltaicos y de las explotación de sus 450 MW de potencia, fueron el año pasado de 159,2 millones, un 77% más que en 2019. El pasado ejercicio ganó 10,4 millones de euros, un 14,4% menos, y cuenta con 260 empleados.

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Otra empresa que se aleja

La salida de Solarpack a Bolsa en 2018, celebrada en Bilbao, fue un hito ya que se convirtió en la primera empresa fotovoltaica vasca en acceder al parqué. En esa operación los fundadores no vendieron y se hizo con ampliación de capital. Pero esa vez sí lo hacen, con lo que será otra compañía cuyo centro de decisión se aleje de Euskadi. No obstante, el consejero delegado, Pablo Burgos, se va mantener en el puesto. Él mismo decía en una entrevista con este periódico que la empresa compra los paneles en China, pero que recurre a proveedores vascos para otros componentes.

El pacto con los socios fundadores, firmado el pasado 15 de junio, supone el compromiso por su parte de vender el 50,957% del capital que poseen. En concreto, Beraunberri, el vehículo inversor de José Galíndez, tiene un 40%, con lo que ingresará 352 millones. Burgest 2007, de Pablo Burgos, controla un 7,9% y le corresponden casi 70 millones. Antonio Galíndez, a través de Landa LLC, tiene un 2,9%, por el que obtendrá 25,5 millones.

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En el supuesto de que la oferta triunfe, Beraunberri y Burgest 2007 se comprometen a invertir 46 y 26 millones respectivamente en la firma oferente, con lo que tendrían un 5,2% y un 3% de la misma.

Un 'pelotazo' al calor de la fiebre por las energías renovables

El precio de la OPA de Solarpack resulta impactante y hay que enmarcarlo en la fiebre por las renovables. Los fundadores de la empresa han logrado así una impresionante ganancia, pero para llegar a este punto han tenido que pelear duro. La compañía nació en 2005, de la mano de José Galíndez, su hermano Antonio y su sobrino Pablo Burgos. Al de pocos años, en 2008, se dieron de bruces con el recorte en las primas en España después del desmadre de 2007, cuando salieron huertos solares como champiñones debido a una remuneración exorbitante.

Tras el parón total del sector en España, tuvieron que marcharse fuera y empezaron por Chile. De ahí fueron saltando a otros países como Estados Unidos, Perú, India o Malasia. Cuando se reactivó la fotovoltaica aquí en 2017 volvieron y a finales de 2018, ya con las renovables en pleno 'boom', salieron a Bolsa. En ese momento los fundadores no vendieron sus acciones, sino que se realizó una ampliación de capital y utilizaron los 100 millones captados para financiar el crecimiento. Es ahora, con la atractiva oferta de EQT, cuando han decidido vender.

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