El IMQ sondea a la Fundación BBK para que se incorpore como socio y garantice el arraigo
El objetivo es superar la crisis generada por un sector de accionistas dispuesto a vender a un precio de mercado
El IMQ, la aseguradora de salud que ostenta una posición de liderazgo en el País Vasco en ese segmento de actividad -principalmente en Bizkaia y ... Álava-, sopesa la oportunidad de dar entrada en su accionariado a un inversor que garantice el arraigo de la compañía, evite tentaciones especulativas de corto plazo y respete las especiales características de la empresa. Una sociedad anónima, en la que la totalidad de las acciones están en manos de unos 1.100 médicos, pero que sin embargo tiene mucho de cooperativa en la filosofía de su funcionamiento. En ese contexto, fuentes de toda solvencia han asegurado a EL CORREO que representantes del IMQ han contactado con la Fundación BBK -la entidad que tiene la mayoría en Kutxabank- con el objetivo de que se convierta en ese accionista. Una operación con la que se persigue de forma muy especial superar la crisis abierta por un colectivo de accionistas -por el momento no más de un centenar-, que lideran un movimiento con el fin de poder vender sus títulos de forma libre en el mercado y al máximo precio posible.
Portavoces oficiales de IMQ y de BBK han coincidido en manifestar un «no vamos a hacer comentarios», a propósito de esta alternativa y debido al lógico interés por preservar, hasta donde sea posible, la discreción en esta hipotética operación. Las mismas fuentes consultadas por este periódico aseguran que por el momento «se trata de conversaciones verbales», que no se han materializado en documento alguno y que están pendientes de «maduración». Al mismo tiempo, sin embargo, anticipan que la «idea ha sido muy bien acogida por el presidente de la fundación, Xabier Sagredo», porque este tipo de inversiones son las que BBK desea afrontar en el futuro.
La fundación ya ha anunciado que quiere diversificar sus inversiones, para que en el horizonte del año 2023 el 10% de las mismas no estén ligadas a su participación en Kutxabank. En ese mismo umbral temporal, espera obtener el 15% de sus ingresos como dividendos de inversiones ajenas al banco. Y todo ello en empresas que contribuyan al arraigo de sus centros de decisión y al crecimiento económico del territorio.
Una empresa rentable
En los últimos años el grupo IMQ ha mejorado de forma notable su rentabilidad. Con unos ingresos consolidados en torno a 300 millones de euros, cerró el último ejercicio con un beneficio neto de 20,5 millones. Las previsiones para los próximos años tienen también un tono muy positivo. Es precisamente esa elevada rentabilidad la que ha convertido en extraordinariamente atractivas sus acciones.
Como ya es conocido, la Plataforma de Accionistas del Igualatorio se ha organizado para intentar romper las barreras estatutarias que existen para una venta libre de sus acciones. Barreras -sobre todo el derecho del IMQ a adquirirlas a un precio tasado e inferior al valor contable-, que condicionan las posibilidades de desprenderse de esos títulos. La iniciativa ha generado un enfrentamiento público con el consejo de administración del IMQ y también entre accionistas, ya que los miembros de esta plataforma no ocultan que el objetivo es buscar un comprador.
Algo que puede perfilarse como una aseguradora de ámbito nacional o un fondo de inversión, dispuesto a pagar hasta 3,5 veces el dinero al que hoy el IMQ recompra sus acciones. Se entiende que ese precio se alcanzaría en el caso de adquirir una mayoría suficiente para asumir el control de la aseguradora. Para el consejo de administración, y aparentemente también para una mayoría de médicos-accionistas, esta estrategia puede suponer la pérdida de la filosofía de la entidad y el alejamiento de sus centros de decisión.
Las conversaciones entre el IMQ y la Fundación BBK, aseguran fuentes conocedoras del proceso, se iniciaron hace ya algunos meses. Antes incluso de que la plataforma de accionistas hiciese públicos sus objetivos. El propio IMQ reconoció hace ya algunas semanas que buscaba la incorporación de un socio, para intentar cuadrar una operación complicada. En torno al 40% de los accionistas son pensionistas o están a las puertas de serlo -lo que aumenta su disposición a vender-, y comprar las acciones a un precio elevado exige también recapitalizar la sociedad o buscar un socio externo dispuesto a financiar ese canje.
Según el esquema que se ha analizado entre el IMQ y la Fundación BBK -aunque de forma incipiente-, la entrada del nuevo accionista no se produciría en la cabecera del holding - la Sociedad de Médicos del IMQ-, sino en un 'subholding', que en la actualidad es propiedad al 100% de la anterior, denominado Grupo Igualmequisa.
La clave
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1.100 accionistas, todos ellos médicos o herederos, controlan la totalidad del capital social del holding.
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Percepción En la fundación bancariala operación se ve con interés, aunque no hayaún un análisis detallado
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