BBK refuerza su consejo con el fin de ampliar la participación en empresas

Fuentes conocedoras del proceso de renovación interna señalan que la incorporación más destacada al nuevo plantel de consejeros es la del exdirectivo de Goldman Sachs Antón Arriola. Un refuerzo para el consejo en la nueva etapa que debe abrir la entidad, con una estrategia más activa en la toma de participaciones empresariales.

El consejo de la fundación está formado por 15 miembros -en la actualidad tan sólo estaban ocupados 13 puestos- con distintas procedencias. Las entidades fundadoras de las antiguas cajas de Bizkaia -el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación foral- designan a tres miembros. Otros tres son elegidos entre profesionales dedicados a actividades ligadas a la Obra Social, al tiempo que uno más representa a asociaciones en ese mismo área. Los ocho restantes son designados entre profesionales que tengan una vinculación directa con el sector financiero. Dentro de este colectivo renovará su cargo en el consejo el actual presidente de la Bolsa de Bilbao, Manu Ardanza, y será en este grupo en el que se produzca la entrada de Antón Arriola.

Arriola (Durango 1967) es licenciado en Empresariales por la Universidad de Deusto y hasta 2009 ocupó un alto cargo directivo en Goldman Sachs, como responsable para España y Portugal de su banca de inversiones. Hijo de la exsenadora del PNV y más tarde de EA Inmaculada Boneta, y casado con Laura Abásolo, directora financiera corporativa de Telefónica, siempre ha sido identificado como un personaje singular. Con una sólida trayectoria en el sector financiero y en especial en las operaciones corporativas, abandonó de forma radical esa actividad en 2009 -cuando tan sólo contaba 41 años- para iniciar su andadura en lo que algunas veces ha definido como su «auténtica vocación»: escribir novelas.

En los últimos años, y de forma paralela a su faceta más conocida como novelista, Arriola ha mantenido también una discreta actividad como inversor en proyectos empresariales avanzados, alguno de ellos en Israel.

La nueva etapa que debe abordar BBK mantendrá el plano ya conocido de su Obra Social -las actividades a las que van destinadas la mayor parte de los recursos que obtenga-; el mantenimiento de su posición destacada como accionista del banco (Kutxabank) y un mayor impulso a la toma de participaciones en empresas. En 2017 el presidente de BBK anunció la creación de un fondo de 100 millones de euros -su dotación está prevista para un periodo de cinco años- destinado a tomar participaciones accionariales en empresas.

La estrategia responde a una lógica habitual en el mundo financiero, ya que BBK está obligada a buscar ingresos alternativos a los que obtiene por los dividendos que le entrega Kutxabank. Hasta ahora, aseguran fuentes de la propia fundación, BBK ha tenido una actitud «excesivamente prudente» en esa faceta de las inversiones, acumulando la tesorería sin «ponerla a funcionar». La renovación del consejo, aparentemente, pretende cambiar esta dinámica y dirigir esos recursos hacia la inversión. La hipotética entrada de BBK como accionista de referencia de la aseguradora de salud IMQ es una de las operaciones que están sobre la mesa, pendiente de algunas negociaciones.