Preparados para la próxima carrera espacial
Orbital Outpost OOX compite desde el Parque Tecnológico de Álava por construir la próxima estación espacial que pondrá en órbita la NASA
iratxe bernal
Martes, 11 de octubre 2022, 00:08
Para ver cosas que no creeríamos no hace falta ir más allá de Orión ni acercarse a la Puerta de Tannhäuser en plan Blade Runner. Basta con que nos quedemos en la órbita terrestre LEO, que es la franja de espacio que hay entre los 160 y los 2.000 kilómetros sobre nuestras cabezas. En ella se sitúa, junto a la mayoría de los satélites de comunicaciones y observación meteorológica, la Estación Espacial Internacional (EEI). Si se nos escapa del presupuesto también podemos quedarnos en el Parque Tecnológico de Álava, donde tiene una de sus sedes Orbital Outpost OOX, 'startup' que desarrolla uno de los proyectos entre los que la NASA escogerá al constructor de su próxima estación espacial. Concretamente, trabaja en el que ha quedado cuarto en el primer corte del concurso.
A finales de esta década, cuando finalice la vida útil de la EEI, las agencias espaciales abandonarán el actual modelo de cooperación internacional entre administraciones para formar parte, cada cual por su lado, de la llamada economía espacial. Es decir, de la explotación comercial del espacio exterior y muy especialmente, por ser la órbita más baja, de LEO. Desde experimentación farmacéutica en microgravedad a la instalación de colectores de energía solar, pasando por los viajes turísticos o la minería en asteroides. Las posibilidades son infinitas. Ha empezado una nueva carrera espacial.
35.000 satélites
En ella, las iniciativas privadas tienen tanto que decir que, según Morgan Stanley, esta economía se habrá cuadruplicado en 2040 hasta superar el billón de dólares anuales. Gigantes de los sectores aeroespacial y de las telecomunicaciones como Astra, Boeing y OneWeb ya han solicitado licencias al Gobierno estadounidense para contar con sus propios satélites, un paso que también han dado Amazon y Elon Musk, que compiten por crear una red que ofrezca internet desde el espacio. Contando únicamente los proyectos ya anunciados en Estados Unidos, dentro de una década podría haber más de 35.000 satélites orbitando la tierra frente a los aproximadamente 8.000 que lo hacen hoy, según la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior.
«Podríamos decir que LEO se convertirá en una gigantesca autopista en la que habrá que instalar estaciones de servicio que, frente al modelo actual, serán de uso tanto público como privado. De modo que entre sus funciones estará, por ejemplo, dar apoyo a esos satélites», explica Jesús Marcos, responsable en España de Orbital Outpost OOX.
En la estación espacial los trabajos serán realizados por brazos robotizados monitorizados
Y eso es precisamente lo que quiere tener la NASA una vez que retire la EEI; una especie de hangar en el que por una parte los satélites puedan repostar o reparar componentes, y por otra se pueda realizar el ensamblaje de grandes estructuras que no pueden enviarse al espacio de una pieza. Su intención es que esté operativa a partir de 2030, por lo que ha programado para 2027 la segunda fase del concurso con el que seleccionará a quién encargará el diseño y construcción de su futura estación espacial.
Esa es, por tanto, la fecha marcada en rojo en el calendario de los 17 ingenieros que, desde Miñano, realizan la ingeniería de desarrollo de los sistemas mecánicos y robóticos de una estación que, frente a las propuestas de la competencia, presenta como principal innovación precisamente eso; será íntegramente robótica. Es decir, autónoma. «Los otros proyectos contemplan la presencia de astronautas para hacerse cargo de las tareas que haya que llevar a cabo en la estación. En la nuestra, en cambio, cualquier trabajo será realizado por brazos robóticos que podrán ser supervisados en tiempo real desde tierra», explica Marcos. Pese a que lo diferencial del proyecto es la ausencia de astronautas en siguientes fases, la estación, que será modular y escalable, sí podría contar también con hábitats para acoger personas.
Además de crear la ingeniería concurrente -la metodología que permitirá a todas las empresas asociadas implementar coordinadamente su parte del proyecto-, la firma alavesa también está trabajando en el desarrollo y demostradores de algunos elementos estructurales. Actualmente la empresa busca financiación -'tickets' por encima del millón de euros- para la fase B del proyecto, que arrancará en 2025 y presentará los próximos días 18 y 19 a B-Venture, el evento de 'startups' organizado por EL CORREO con el patrocinio del Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao. Así como la colaboración de BStartup de Banco Sabadell, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank, BBVA y la Universidad de Deusto.
Orbital Outpost OOX (SRW)
Ingeniería especializada en el desarrollo de sistemas mecánicos y robóticos para el sector aeroespacial.
Ensamblaje de grandes estructuras
Actualmente los satélites quedan en desuso por problemas que en el futuro serán solucionables desde estaciones espaciales como en la que trabajan en Orbital Outpost OOX. «Ya no hará falta prescindir de ellos, sino que se les podrá reacondicionar reemplazando o reparando elementos como las células solares, las baterías o el propelente, que son los de desgaste más común; aunque además podrán recargar los tanques de combustible. Sin embargo, donde vemos más potencial es en la posibilidad de servir como base para montar estructuras, como grandes campos o colectores solares, que obviamente habría que mandar al espacio por partes, lo que hoy es muy limitante», explica Jesús Marcos.