UGT pide protección para los empleados de Mercedes por temor a los piquetes

La cuestión es que el seguimiento de estas huelgas está siendo elevado -del 95%, según los promotores; de en torno al 65% ayer, según la empresa-. Pero la mayoría sindical (UGT, CC OO, Ekintza y PIM) sostiene desde hace tiempo que esas cifras no responden a un ánimo de complicidad con los convocantes, sino al «miedo» a la acción de los piquetes.

El asunto lleva analizándose desde hace días en distintas mesas conjuntas con la dirección y ha salido en todas las asambleas con afiliados que han celebrado las centrales que han firmado el convenio 2021-26. «Los trabajadores que quieren entrar a trabajar nos han trasladado que temen por su integridad física y que tienen miedo porque la empresa no ha garantizado lo suficiente el acceso y las salidas» de la planta, denunció Iñaki Andrés, líder de UGT en Álava y delegado de esta central en el comité de la principal fábrica de Euskadi.

Los episodios de intimidación que se trasladan son muy dispares, desde «problemas con compañeros porque les han hecho fotos, daños en sus vehículos» o el vacío en las áreas sociales. Un ambiente enrarecido que responde a la crispación que se vive en la empresa desde hace tiempo y que ha llevado a trasladar a la dirección peticiones de medidas «protectoras» que garanticen la asistencia a sus puestos de los empleados que quieren hacerlo.

Algunas ya se han llevado a cabo, como la que permite salir antes para evitar confrontaciones con los piquetes. Otras se han considerado «inviables», como la entrada de los vehículos privados al interior de las instalaciones -la compañía que presta el servicio de transporte argumenta que se pondría en riesgo a sus conductores-. Ahora se reclama también una acción más efectiva de las unidades de la Ertzaintza desplegadas en cada turno. «Deberían habilitar un pasillo o corredor de seguridad para los que quieren trabajar», subraya Andrés.

Una situación que confluye con las primeras señales de que el malestar de un sector de la plantilla con el acuerdo podría resquebrajar los diques de contención de los propios sindicatos que promueven las movilizaciones. Un ejemplo: en la asamblea del miércoles, ELA, LAB y ESK preguntaron a los asistentes sobre dar continuidad a los paros trasladando incluso sus dudas sobre su efectividad. La respuesta en favor del sí, les superó.

Y todo entre acusaciones cruzadas de comportamientos «antidemocráticos» que ayer llegaron incluso a la información sobre los detalles de la logística del plebiscito del lunes. Igor Gebara, presidente del comité de empresa (ELA), reprochaba desconocerlos y reclamó «transparencia» durante toda la jornada.

La información se trasladó por la tarde a los más de 5.000 trabajadores de la plantilla en una circular. No habrá pregunta en la papeleta, sólo dos opciones 'Acuerdo sí' 'Acuerdo no'. Y se habilitarán dos fórmulas de votación. Una será presencial, con veintidós mesas distribuidas en distintos centros de trabajo. Las urnas no estarán permanentemente abiertas. En los turnos de mañana y tarde, se permitirá depositar el voto durante 2.45 horas. En el de noche, desde las 0.30 horas hasta 2.15 del martes. En lo que se refiere a los empleados de oficina, la votación podrá realizarse durante cinco horas.

Se habilitará también una plataforma para el voto electrónico que estará abierta a toda la plantilla (no solo a los que no puedan asistir por encontrarse de baja, permiso vacacional, etcétera). Se realizará a través de una plataforma disponible para móvil, tablet y pc identificada como 'Appsamblea'. Tendrán que solicitarlo con antelación y recibirán un mail de registro. Los resultados del referéndum no se conocerán hasta altas horas de la madrugada del martes.