El Parlamento da luz verde al Gobierno vasco para volver a ser accionista de Euskaltel

La iniciativa permite intuir que el Ejecutivo tiene ya entre sus planes, de momento no oficiales, la adquisición de acciones de la compañía a través del fondo Finkatuz. Así se desprende de las intervenciones realizadas en la Cámara por el portavoz del PNV, Luis Javier Telleria, y la del PSE, Susana Corcuera.

El origen del acuerdo adoptado ayer fue una moción planteada por EH Bildu, en la que se proponía que el Gobierno tome de nuevo el control de la operadora de telecomunicaciones mediante la compra de «un número suficiente de acciones para hacerse con la mayoría». Una propuesta que, en términos económicos, significaría el desembolso de unos 800 millones de euros del Presupuesto del Gobierno vasco para adquirir al menos el 50% del capital social. El portavoz abertzale aclaró que sería suficiente con comprar un 6% –96 millones de euros– para ejercer, junto a Kutxabank, una minoría de bloqueo que impediría la deslocalización.

La propuesta de EH Bildu fue rechazada por la mayoría parlamentaria, pero una moción presentada por jeltzales y socialistas –que recibió también el respaldo de la coalición abertzale y la abstención del PP– sirvió para moderar esa exigencia y conducir la iniciativa a un punto más equilibrado. Se llevará a cabo un «estudio en profundidad» sobre la cuestión, pero que anticipa por dónde va a ir la actuación del Ejecutivo.

El Gobierno vasco se ha comprometido a presentar en los próximos meses la estrategia del nuevo fondo de inversión Finkatuz, que de momento solo cuenta con una dotación de 100 millones de euros y dos participaciones accionariales: el 7,3% de Kaiku adquirido el pasado mes de octubre y el 1,24% de la guipuzcoana CAF, comprado a finales de 2017. Ambas operaciones fueron un mero trasvase de acciones de la cartera de participadas de Kutxabank al Gobierno vasco, para ayudar al banco que preside Gregorio Villalabeitia.

El Ejecutivo autonómico salió del accionariado de Euskaltel en 2012 –fue una decisión del Gabinete socialista liderado por Patxi López– cuando poseía el 7,45% de la operadora, que había nacido gracias a un acuerdo del PNV y el Partido Popular. Esa venta coincidió con la entrada en el capital de los fondos de inversión Investindustrial y Trilantic, que consiguieron dar un auténtico 'pelotazo', en apenas dos años y medio, al lograr una plusvalía de 514 millones de euros con la salida a Bolsa de la firma de telefonía.

Todo apunta a que el objetivo de esa, por el momento hipotética, vuelta del capital público vasco al accionariado de Euskaltel, tendría como propósito introducir algo de 'calma social' en la agitada vida de la empresa que tiene su sede social en el Parque Tecnológico de Bizkaia, dentro del municipio de Derio.

Desde que la operadora salió a Bolsa y Kutxabank aceleró su estrategia de venta de acciones, las maniobras especulativas de los fondos de inversión han acrecentado los temores a una deslocalización de la compañía. La entrada del fondo de inversión británico Zegona, que con un 21% de las acciones en sus manos se ha convertido en el accionista mayoritario y de referencia, junto a los cambios en el equipo directivo, también han contribuido a acrecentar esa sensación de que el arraigo de su cuartel general en Euskadi puede tener los días contados.

El reciente nombramiento de Xabier Iturbe, vicepresidente de Kutxabank, como presidente de la operadora aunque sin poderes ejecutivos, parece orientado en esa misma onda de intentar calmar el excesivo 'ruido ambiental' que rodea la vida de la firma. Una empresa formalmente privada, pero sobre la que existe una especie de aureola invisible que la hace parecer de propiedad pública.