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La negociación en Michelin sigue abierta. Empresa y sindicatos de todas las plantas de la Península, salvo la de Lasarte, en Gipuzkoa, mantuvieron este martes ... un encuentro en Burgos que sirvió, al menos, para que las posiciones no se enquistasen. La dirección elevó una propuesta de subida salarial ligada al IPC, una de las reivindicaciones de los sindicatos, más una paga de 1.500 euros por firmar el convenio y estos acordaron someterla a la votación de sus bases. El plazo de vigencia de la oferta empresarial es de 72 horas, mientras que el proceso de consulta a los trabajadores arranca hoy.
Ese referéndum no es sencillo y obligará a los sindicatos a moverse con rapidez. La decisión de votar surgió en la noche de este martes por parte de la mayoría del comité intercentros, con la oposición de ELA. El proceso se empieza a preparar desde este mismo miércoles porque el tiempo aprieta y hay que tener una respuesta lista para el viernes. «La parte social ha considerado que la plantilla debe hablar y opinar si esta oferta de convenio es válida o no, entendiendo que el posicionamiento negativo a la oferta supone la confrontación y el conflicto prolongado vía huelgas», rezaba el comunicado emitido por Comisiones Obreras, hacia las diez de la noche.
Al filo de la medianoche el sindicato ESK pidió a los suyos votar contra la propuesta de la empresa asegurando que «sigue habiendo trampas» en este planteamiento con respecto al IPC y pidiendo una mayor reducción de jornada y de la necesidad de una «subida consolidable y equivalente a lo perdido».
La nueva oferta de Michelin mejora sustancialmente la anterior, introduciendo tres mejoras. Por un lado, se desvincula el índice ROS de la subida salarial que inicialmente se ofreció a los sindicatos. Ese baremo, que se ha cumplido siempre a lo largo de estos últimos años con la única excepción de 2020, es una cifra que sirve a la empresa para dar cuenta de sus resultados y es un indicador que toman los accionistas como referencia para fiarse o no de una empresa industrial como Michelin.
La oferta salarial vigente hasta ahora planteaba un incremento en las nóminas del 12% a lo largo de cuatro años: un 5% en 2023, un 3% en 2024, un 2% en 2025 y otros 2% en 2026. Sin embargo, como garantía salarial, la empresa se abría a subir un 2% más en cada bienio si la inflación superaba los incrementos pactados: un 8% entre 2023 y 2024 y un 4% entre 2025 y 2026. Sin embargo, esa subida no estaba sólo condicionada por el IPC; tenía que darse también que ese índice ROS, los resultados de la empresa, permitiesen esos aumentos en las nóminas de sus empleados.
De ahí que hubiese sindicatos que gritasen 'IPC con trampas' en las manifestaciones. Ahora ese obstáculo quedaría salvado y la subida salarial sí podría subir en caso de que la inflación fuese superior a lo acordado; algo que, en cualquier caso, se antoja improbable en un contexto económico de subida de tipos de interés y con la inflación ya en el 3,2%.
A eso se le suma la eliminación del 'Team Building', que ha sido otro de los lemas que más han copado la cartelería de los trabajadores durante estos últimos días. Las jornadas de desarrollo, que se usaban para formación interna de la plantilla del turno de 5x8, también desaparecerían en esta nueva propuesta de convenio formulada por la multinacional. A este planteamiento se le incorporaría una tercera mejora: una paga única y no consolidable de 1.500 euros -la primera oferta del día fueron 800 euros, 700 menos- en caso de firmar un nuevo convenio.
La parte social intentará que hoy mismo se pueda empezar a votar, pero todo apunta a que las urnas se abran esta medianoche. Mañana los sindicatos informarán a los trabajadores en dos asambleas en la cúpula de Zurbano, junto al Buesa Arena, a las 10:00 horas y las 18:00 horas. En cualquier caso, el objetivo es conseguir que la gente pueda votar «lo antes posible y hasta que acabe el plazo otorgado por la empresa para que pueda decidir el máximo número de trabajadores posibles», señalaba Octavio Álvaro, delegado de CC OO en declaraciones a EL CORREO.
Al igual que ocurrió en las decisiones de CC OO y UGT para acudir a las huelgas, el resultado que será vinculante para los sindicatos no será el que arroje solo la votación en Vitoria, sino la suma de todos los trabajadores de Michelin en la Península -salvo Lasarte, en Gipuzkoa-, lo que incluye los centros de producción repartidos por puntos como Aranda de Duero, Valladolid o Almería. Aun así, el peso de Vitoria será clave, ya que aúna a casi la mitad (3.500) de los 7.500 empleados del grupo francés en España.
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