Mercedes Vitoria afronta un verano de seis semanas sin producción y no disipa la amenaza del ERTE

Esa parada complica todavía más la alta 'deuda' de días de trabajo que tienen los trabajadores con la marca de la estrella. El inicio de la producción a dos turnos a partir de marzo genera un excedente de plantilla de unas 600 personas, fundamentalmente empleados de Montaje Final a los que hay que reubicar internamente. El calendario de 2025, pactado por la empresa con ELA, UGT y Ekintza, habilitó unas 'jornadas de ausencia' para salvar la situación durante los meses de marzo, abril y mayo. Las cinco fechas que Mercedes activó como días de trabajo entre el 13 y el 17 de enero sirven para que cada semana un grupo de trabajadores, de entre 300 y 500 personas, se ausente de los talleres durante estos tres meses.

Sin embargo, a partir de junio la situación es diferente. Y es ahí donde es necesario dar con medidas de flexibilidad para evitar el ERTE, que es algo que la mayoría de los sindicatos quieren evitar. Antes ya se han desplegado fórmulas como el movimiento de más personal a labores de formación -algunos empleados incluso han viajado a Sindelfingen, la planta estrella de Mercedes, a conocer mejor los procesos de la furgoneta eléctrica que se empezará a fabricar en 2026- o la finalización de contratos de trabajadores eventuales, una medida que ha causado polémica en varias centrales.

En paralelo está, además, la interpretación de cómo impactan los días activables en la cuenta de referencia de la fábrica. Un asunto que ha llegado hasta la intermediación laboral del Preco y que queda ahora a expensas de lo que dicte la justicia.

En la mente de la empresa está, asimismo, la opción de planificar una semana de vacaciones como jornada industrial y hacer que los trabajadores la disfruten en el periodo estival. Esta medida, directamente ligada a una hipotética activación de las segundas novenas horas, se sumaría a las cuatro semanas sin trabajo para toda la plantilla y las otras dos sin plantilla en la Avenida de Los Huetos por la 'block pause' de la plataforma eléctrica.

Toda esta situación llega cuando el margen para la flexibilidad está agotado. El acuerdo para ampliar la bolsa de deuda de la plantilla hasta las 38 jornadas de trabajo ya está amortizado, de modo que hay que buscar alternativas para dar encaje a un año complicado en producción y pedidos al que se le suma la llegada de la plataforma VAN.EA. Un peligroso cóctel que aboca a Mercedes a un larguísimo estío sin fabricación de furgonetas y que requiere dar con nuevas fórmulas, sea ampliando la flexibilidad, con el ERTE por causas técnicas o con otra fórmula si es que existe. Si se llegase a ese escenario, haría falta un pacto con la mayoría de las centrales si se quieren mejorar las condiciones fijadas por ley, con un 70% de la base reguladora de los salarios a cargo de las arcas públicas.

En las subcontratas, los expedientes no son desconocidos. Firmas como Gestamp Bizkaia, Gonvarri o Lear ya han pasado por este tipo de paradas ante el bajón de pedidos en la Avenida de Los Huetos, que arrancó el año con la previsión de producir un total de 124.634 vehículos de sus naves de Montaje Final, Pintura y Montaje Bruto.