Indra ha perdido el 15% de su valor en Bolsa desde el golpe de mano del Gobierno

Este jueves se cumple el plazo pactado para la venta de ITP, congelada a la espera de la autorización del Ejecutivo

Manu Alvarez

Bilbao

Miércoles, 29 de junio 2022, 12:28

La cotización de Indra sufre los efectos derivados de la crisis que se ha desatado en su cúpula, después de que el Gobierno haya forzado la toma de decisiones en la compañía, aliándose con otros dos accionistas de la firma, el inversor Joseph Oughourlian y la empresa guipuzcoana Sapa. Las acciones de la tecnológica, que tiene una importante división de negocio dedicada a defensa, cayeron de nuevo este miércoles para acumular ya un retroceso del 15% desde el pasado miércoles, un día antes de la junta de accionistas en la que se consumó la crisis de su consejo de administración.

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Por otra parte, este jueves finaliza el plazo que Rolls había pactado con el fondo norteamericano Bain para venderle la empresa vasca de aeronáutica ITP. El deseo del Gobierno de que Indra participe también en esa operación y la crisis desatada en la compañía tecnológica han situado de momento esa venta en una especie de congelador. El Ejecutivo no ha concedido por el momento la autorización necesaria para que se pueda formalizar el traspaso de las acciones.

Las consecuencias palpables de lo sucedido en Indra son evidentes. Cuatro consejeros fueron cesados por la alianza en las votaciones del Gobierno -que tiene sus acciones a través del grupo Sepi-, Sapa y Oughourlian; una más no fue renovada en el cargo y dos más han dimitido con posterioridad. Todos ellos eran consejeros independientes que se habían opuesto a las maniobras del Ejecutivo de Pedro Sánchez -en concreto a otorgar poderes ejecutivos al presidente, Marc Murtra- y que no se han quedado callados. En los escritos que han remitido a la compañía y que ha dado a conocer la CNMV, denuncian la existencia de una acción concertada de los tres accionistas -entre todos controlan aproximadamente el 38% del capital social de Indra-, con un desprecio olímpico por las normas de buen gobierno corporativo.

Al fondo de esta maniobra y de la crisis que se ha generado está el deseo de que Indra ejerza un papel de liderazgo en la industria española de defensa, ya que el Gobierno está empeñado en propiciar una fusión de sociedades para crear una gran compañía en este sector. Una de las operaciones que el Gobierno ha reservado para Indra -de ahí su interés en tomar el control para imponer sus deseos- es la toma de una participación significativa en la empresa vasca ITP, fabricante de componentes para motores aeronáuticos.

Por otra parte, Indra anunció este miércoles que ha conseguido un contrato para equipar con sus radares y sistemas de defensa electrónica seis submarinos, propiedad de las marinas de Noruega y Alemania.

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