Iberdrola cierra el primer año del Covid con un beneficio récord de 3.661 millones

Pese a que ha sido un año difícil para todas las empresas, Iberdrola consiguió el pasado año romper varios límites, como consecuencia de su política de expansión internacional. El primero de ellos fue el beneficio, que alcanzó la cifra de 3.611 millones de euros. Un récord histórico que la compañía presidida por Ignacio Galán ya anticipa que espera superar de nuevo en 2021. Supone un crecimiento del 4,2% en comparación con el resultado neto reportado en 2019. También las inversiones han batido otro récord, al alcanzar el pasado año los 9.246 millones de euros y adjudicar pedidos por un importe de 14.000 millones a sus proveedores. Iberdrola estima que la pandemia tuvo un impacto negativo en su cuenta de resultados de 218 millones de euros.

Los buenos resultados de Iberdrola en 2020 van a tener su recompensa lógica para el accionista, que verá incrementada su rentabilidad en la compañía. Con cargo al beneficio del pasado año la eléctrica habrá pagado 0,42 euros por acción, lo que supone un aumento del 5% en comparación con el dividendo del ejercicio precedente. Esta remuneración está pendiente de que se apruebe el reparto de 0,252 euros por título como dividendo complementario, desembolso que ya ha sido propuesto por el consejo de administración.

El presidente de la compañía ha reiterado la estrategia de acelerar las inversiones en los próximos años, para aprovechar la ola de la transición energética que se ha planteado ya como una de las palancas sobre las que basar la recuperación económica tras la pandemia. Así, la empresa se propone realizar una media de inversiones de 15.000 millones cada año durante los próximos diez ejercicios. Si el beneficio de 2020 fue un récord, no será un límite. Iberdrola ha anunciado que su crecimiento le va a permitir aumentar esas cifras a partir de ahora. Para 2021 ya ha anunciado que el beneficio neto se moverá entre los 3.700 y los 3.800 millones de euros. Y no quedará ahí. En su comunicación oficial realizada este miércoles, la eléctrica ha realizado una proyección a medio plazo para apuntar que «las inversiones previstas y la evolución de los negocios a 2030 permitirían a Iberdrola alcanzar un beneficio neto de 5.000 millones de euros a 2025 y de alrededor de 7.000 millones a 2030. La compañía prevé un dividendo de 0,56 euros por acción para 2025 y de alrededor de 0,75 euros por título en 2030.

«El crecimiento de los próximos años -indicó este miércoles la empresa en su comunicación de resultados- vendrá también de la mano del aumento de su base de clientes. En 2020, Iberdrola registró 43,8 millones de contratos, que prevé elevar a 48,5 millones a finales de 2021. Y serán aproximadamente 60 millones en 2025 y unos 70 millones en 2030».

La clave del buen comportamiento de la empresa en los últimos años es el acierto en buena parte de sus inversiones y también la expansión internacional, en países con economías dinámicas y solventes. Ello ha compensado la debilidad de la economía española, ya que en 2020 y como consecuencia del parón de la actividad el consumo de electricidad en la península ibérica cayó un 5,1%. Las operaciones fuera de España aportan ya dos tercios del Ebitda de la compañía y el resultado neto conseguido en España el pasado año cayó un 13%. A pesar de ello la empresa ha indicado que mantiene un ritmo elevado de inversiones en el país y que el año pasado destinó 2.100 millones de euros a la consolidación de su negocio en España.

De cara al futuro, Iberdrola ha destacado la oportunidad de utilizar los fondos del programa europeo de recuperación para realizar nuevas inversiones que respalden la transición energética. En ese contexto se enmarcan los proyectos ligados al 'hidrógeno verde'.