Iberdrola proyecta una red de hidrogeneras para atender al transporte en el País Vasco

El transporte pesado, los camiones, los autobuses e incluso el transporte industrial y comercial ligero -las furgonetas-, tiene un difícil encaje en la tecnología del vehículo eléctrico convencional, debido a la enorme exigencia de potencia así como los problemas que acarrearía dedicar mucho tiempo a tareas de recarga. Es en ese contexto en el que cobra cuerpo la idea de que la tecnología conocida como 'pila de combustible' -una reacción química de hidrógeno y oxígeno que se convierte en electricidad-, puede ser la solución para que también ese segmento de actividad se incorpore a la transición energética y abandone los motores de combustión.

El proyecto de Iberdrola contempla la instalación de hidrogeneras -estaciones de recarga de hidrógeno para esos vehículos- en las inmediaciones de Vitoria (Jundiz), así como en Bilbao y Pasaia. De ahí que el proyecto se haya bautizado con el nombre de 'Y del Hidrógeno', estableciendo así un paralelismo con el nombre adjudicado a la conexión ferroviaria de alta velocidad entre las tres capitales vascas. Quizá haya que cruzar los dedos para desear que esta iniciativa no tarde en materializarse tantas décadas como en el caso de la alta velocidad.

«Estos desarrollos contribuirían a la creación de un proyecto transversal para impulsar un modelo industrial sostenible, basado en el hidrógeno verde. Asimismo, permitiría la reducción de la dependencia energética a partir de energía renovable producida con recursos autóctonos. Y potenciaría las sinergias entre los sectores logístico, energético e industrial», explicó este miércoles Millán García-Tola, director global de Hidrógeno de Iberdrola.

Iberdrola ha firmado ya un acuerdo de intenciones con una treintena de potenciales clientes -usuarios intensivos de redes de transporte en el País Vasco-, entre los que se encuentran Pepsico, Alsa, Aena, CAF, Irizar o Solaris, así como un compromiso con empresas proveedoras en Euskadi. Entre ellas figuran Arteche, Ormazabal, Tubos Reunidos, Tamoin, Idom y Consonni.

Fuentes de Iberdrola han asegurado que esta iniciativa es «modular y escalable», ya que junto a cada una de las hidrogeneras se instalarán también pequeñas plantas de producción de hidrógeno (electrolizadores), al tiempo que se generará electricidad de forma local mediante placas solares. Ello permitirá que todo el ciclo de producción y de utilización del combustible se realice sin emisiones de carbono. El proyecto global es incluso más complejo, ya que Iberdrola quiere dotar a cada una de estas instalaciones de sistemas de almacenamiento de electricidad -baterías-, con el objetivo de canalizar la electricidad excedente que se genere y no se consuma en la producción de hidrógeno.

La empresa ha indicado que en la fase de construcción y también de explotación de esta red se crearán 1.700 puestos de trabajo. Esta red en el País Vasco complementará otras que Iberdrola ya ha diseñado en Zaragoza y en la zona franca de Barcelona.

Iberdrola ha presentado 175 manifestaciones de interés -proyectos en fase de diseño- al programa Next Generation de la Unión Europea, que suponen una inversión global de 30.000 millones de euros y una capacidad potencial de generación de 60.000 puestos de trabajo.

De ellos, 53 proyectos, con una inversión de 2.500 millones de euros, están ligados a la tecnología del hidrógeno. Una tecnología que aún no ha alcanzado los niveles de eficiencia suficiente como para ser competitiva, pero que puede tener una curva de maduración acelerada gracias a las inversiones masivas que se van a materializar en el curso de la próxima década.