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«Cuando parece que la inflación está en una situación mucho más suave, nos encontramos ante la incertidumbre arancelaria». Así responde Rosa Carabel, la mujer ... que dirige Eroski, ante la situación que atraviesa el negocio de la distribución de alimentación. Todavía no han percibido un impacto -reconoce-, pero alerta de que no se puede prever nada y señala la importancia de «vigilar» lo que ocurre con proveedores, precios y en el comportamiento del cliente. La primera ejecutiva de la cooperativa desafía a quienes acusan al sector de aprovecharse de la subida de precios para aumentar las ganancias a «mirar en los libros», porque «con una rentabilidad del 2%» no hay margen para esas prácticas. Y sobre la expansión de tiendas del grupo, se muestra extremadamente «prudente» para abrir supermercados fuera de la zona norte, que es donde la marca goza de un posicionamiento más sólido. «Queremos crecer. Miedo cero, pero hay que crecer bien», dice recordando la importancia de «aprendizajes» pasados.
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- ¿La crisis arancelaria puede romper la moderación que se preveía este año en los precios?
- Desde 2020 hemos pasado una pandemia, un proceso inflacionario como no conocíamos con un incremento del 30% en el precio de la cesta de la compra y, ahora, nos encontramos esta situación de incertidumbre. ¿Qué va a pasar mañana? ¿Qué va a pasar dentro de 90 días? No sabemos qué va a ocurrir. Estamos muy al albur de lo que les pase a nuestros proveedores y de cómo reaccione el consumidor ante la situación que estamos viviendo.
- ¿Están percibiendo cambios ya en el negocio?
- De momento no hemos visto impacto. Hay movimientos en precios, pero los que tienen que ver con el devenir del propio negocio, como la subida del café y del cacao o la bajada del aceite. Las previsiones fijan para el sector este año un crecimiento del 3% y se está cumpliendo hasta ahora, crece el valor y crece el volumen. Pero desde el proceso de inflación, el cliente ha cambiado su patrón de consumo. Cada vez es más importante el precio en su decisión y tiende a compartir su compra en diferentes supermercados. Ese es el entorno que tenemos que gestionar y concibo el negocio como algo en continua evolución.
- ¿De ahí la apuesta por la marca propia?
- Es clave, muy importante. Tenemos ahora 5.000 referencias y el último año incorporamos 350 más, las mismas que prevemos para 2025. Es la mejor relación calidad precio que podemos ofrecer y tratamos, además, que represente nuestros valores, como la sostenibilidad o la cercanía con el producto local. Por ejemplo, la leche de Eroski en Euskadi es de granjas vascas y en Navarra, de productores de allí.
- ¿Qué porcentaje representa en sus ventas y cuál quieren alcanzar?
- No tenemos un objetivo de venta de marca propia. Ahora es el 35%, pero no somos un operador de surtido corto, un 'discount' (referencia a tiendas que ofrecen poca gama de marcas para centrarse en precios bajos). Queremos trasladar una oferta amplia a nuestros clientes. Nuestro 65% de las ventas son marca de fabricante y somos para ellos un actor muy importante.
- ¿Están notando el desembarco en Euskadi de marcas como Lidl o Aldi?
- No. Nos conocemos muy bien entre los actores del sector. Competimos desde hace mucho tiempo y cada uno trata de pelear a muerte por el consumidor, eso es lo que hay. Como ahora es muy importante el precio, los operadores de surtido corto están teniendo un crecimiento por encima del que habían venido cosechando los últimos años.
- ¿Se han sentido los malos al ser acusados incluso por algunos responsables políticos de aprovecharse de la subida de precios?
- Hemos pasado de héroes durante la pandemia a villanos en seis meses. Creo que ha habido poca comprensión. Nuestro beneficio sobre ventas, en el mejor de los casos, puede estar algo por encima del 2%. Ya me dirán si hay capacidad de usura con ese porcentaje. No hemos trasladado todos los incrementos de costes al mercado, hemos hecho malabarismos. Y se lo puedo demostrar a quien quiera, con los libros abiertos.
- Están denunciado la aplicación de normativas y de impuestos, como el del plástico, que han llegado en plena inflación. ¿Repercutirán en los precios?
- La carga regulatoria es terrible. Solo el año pasado hubo que aplicar unas 1.200 normas, a un ritmo de tres o cuatro diarias. Y las que van a venir. Eso va a incrementar los costes de toda la cadena de valor. Hasta ahora no los hemos trasladado al 100% en el precio. Pero una parte, obviamente, llegará al mercado y significará un aumento de precios.
- Están abriendo tiendas a un ritmo de 75 al año. ¿Qué objetivo tienen con ese avance?
- Lo estamos haciendo en el perímetro donde somos más fuertes (Galicia, País Vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña, Baleares...). Es donde más oportunidad tenemos porque somos bien valorados y percibidos. En el resto del territorio nacional, seguimos con nuestra red de franquicias. Nos permite estar presentes con menos inversión para cuando decidamos volver a crecer fuera.
- ¿Y en 2027 la expansión seguirá en el resto de España?
- Tendremos que hacer la reflexión de si es ese el momento de volver a crecer fuera de nuestra zona natural. Ahora tenemos el foco puesto en el perímetro de Galicia, Asturias, Castilla y León, Euskadi, Navarra...
- Es muy prudente cuando habla del crecimiento fuera.
- Me gusta tener los pies en el suelo. Es respeto. Miedo, cero. Queremos crecer, pero hay que hacerlo bien. Es una cuestión de aprendizajes, de hacer las cosas con cabeza.
- La emisión del bono corporativo de 500 millones fue un hito para normalizar su situación financiera. ¿Ayuda eso a estas inversiones?
- Estamos muy cómodos con la actual estructura financiera. En 2023 emitimos ese bono de 500 millones y tenemos con entidades bancarias un préstamo a largo plazo y las líneas de circulante. Tenemos una deuda de 2,3 veces el ebitda (resultado antes de impuestos y costes financieros). Así que sí, hemos dejado atrás situaciones complicadas.
- Pero ahora quieren revisar el coste de la financiación.
- Hemos seguido avanzando en la reducción de deuda, que está mucho más normalizada. Pero de lo que no estamos satisfechos es del coste que tiene. El interés del bono es público (10,62%). Tengo la cabeza bien puesta y, obviamente, tenemos que resolver ese problema. Así que estaremos muy alerta ante las oportunidades que se puedan abrir.
- El Gobierno vasco se ha fijado el objetivo de invertir en empresas estratégicas, ¿tiene ahí una oportunidad Eroski?
- No puedo responder porque no lo sé. Pero sí puedo decir que me alegro de esa decisión que ha tomado el Gobierno.
- ¿Cree que el Ejecutivo podría invertir en las emisiones de deuda de Eroski, por ejemplo?
- No sé si esa es una opción o una alternativa, pero en el momento en que trabajemos el futuro de nuestra estructura financiera, como estamos en permanente contacto, hablaremos.
- ¿Siguen abiertos a dar con un socio al que vender parte del negocio de Forum o de las gasolineras?
- Sí, esa opción sigue abierta. Pero sin prisas y sin pausas. Estamos abiertos a cualquier oportunidad que tengamos de alianzas con terceros que nos ayuden a reforzar los negocios no alimentarios.
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