Tecnología de aprovechamiento

Siempre hay margen de mejora. Aunque a veces para lograr la mejora, primero hay que acotar el margen. La digitalización ofrece hoy tantas posibilidades para incorporar innovaciones a una empresa que puede resultar complicado centrar el tiro. ¿En qué áreas concretas hemos de actuar? ¿Con qué tecnologías? Y, dentro de éstas, ¿con qué soluciones y proveedores? Qué bien -y qué apañadito de precio- viene en esos casos alguien que te diga que lo que quieres hacer ya lo han hecho otros y puedes aprovechar parte de su esfuerzo.

Más o menos eso es lo que ofrece la innovación basada en plataforma ('platform innovation'); la posibilidad de crear la solución específica para una empresa a partir de las ya probadas en otras con necesidades similares. «Lamentablemente, también en la digitalización el marketing ha ganado a la ingeniería y a menudo nos encontramos con modelos de innovación basados en el proceso y no en el resultado. Importa más cuánto se hace y cómo se hace que para qué se hace. Hay empresas que, a la hora de emprender su transformación digital, se ven empujadas a crear sus propios procesos simplemente porque alguien les ha dicho que tienen que partir de cero. Y no siempre es así. Puede que realmente haya necesidad de innovar en el proceso, pero en la mayoría de las ocasiones puedes partir de soluciones desarrolladas por otras empresas que en algún momento han tenido que solucionar problemas para los que la tecnología ofrece las mismas soluciones que te va a ofrecer a ti». Así lo explica Sebastián Priolo, fundador junto a Fernando Tadakuma de Woza Labs, una 'startup' especializada en esta especie de 'tecnología de aprovechamiento'.

«No tiene sentido pagar a alguien para que desarrolle soluciones específicas y te 'acompañe' en esa búsqueda cuando lo más probable es que ya haya 'software' de código abierto y calidad industrial que proporcione el mismo servicio. Es como intentar construir algo original con bloques de Lego; no hace falta que inventes los bloques, sólo que escojas los que necesitas y los unas como te convenga», resume. Siguiendo con el ejemplo, asegura que para mejorar cualquier proceso gracias a la digitalización basta con contar con cuatro 'bloques de construcción': uno de datos, otro geoespacial, un tercero de computación cognitiva y un último de 'blockchain'. «Estos cuatro bloques son el núcleo de todas las transformaciones digitales y de sostenibilidad que necesitan las empresas, así que basta con tener en cada uno de ellos una serie de elementos predefinidos que se pueden agrupar de diversas maneras. En función de los resultados que deseemos. En vez de los elementos, lo que hay que hay que construir son las conexiones que los unen», insiste.

Imaginemos que una multinacional del sector agroalimentario necesita saber cómo evolucionan los cultivos de los distintos productores a los que compra en un país. Quiere saber quiénes están ya listos para iniciar la recolección y cuánto puede faltar aún a quienes necesiten más tiempo para, a partir de ahí, ajustar la organización de su cadena logística a esa producción. La única manera de hacerlo es contando con información veraz, actualizada y simultánea de todas las plantaciones. Se la puedes pedir a cada uno de los productores, pero lo más práctico es dejar que ellos se ocupen de lo suyo y eches un ojo por ti mismo a través de imágenes satelitales. Con ellas puedes crear un único mapa para tener todas esas plantaciones bajo control constante.

«Para hacer accesible esa información sobre cada productor y permitir que la multinacional la ordene según lo que necesite saber en cada momento, hemos utilizado el módulo de imágenes satelitales y el de inteligencia artificial. Es decir, los bloques geoespacial y de computación cognitiva. Si después de hacer ese trabajo una empresa energética nos pidiera una forma de controlar el estado de todo su tendido eléctrico en una región, para ver qué estructuras hay que sustituir sin necesidad de enviar operarios que las revisen una a una, podríamos reutilizar mucho del trabajo anterior. Las imágenes satelitales se sustituyen por unas tomadas por dron y el módulo de computación cognitiva mediría los niveles de oxidación en vez de los de maduración de un cultivo. Los usos son distintos pero la tecnología es la misma, con la ventaja de que al estar ya desarrollada se tarda menos en implementarla para dar una solución concreta», subraya el promotor de Woza, que ofrece servicios a los sectores agroalimentario, energético e industrial.

Su modelo de negocio se dirige tanto al usuario final como a compañías que quieran emplear sus plataformas para ofrecer soluciones a terceros. La empresa, que espera facturar 300.000 euros durante el próximo ejercicio, actualmente está cerrando una ronda presemilla de 120.000 destinados a márketing y, sobre todo, a incrementar el equipo. «Son perfiles muy técnicos y está siendo muy difícil encontrarlos, pero esperamos pasar de seis a once trabajadores en los próximos meses», explica Priolo, quien acudirá los días 18 y 19 de octubre a B-Venture, el evento de 'startups' organizado por EL CORREO con el patrocinio del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao. Y la colaboración de BStartup de Banco Sabadell, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank, BBVA y la Universidad de Deusto.

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