Adeslas ofrece comprar acciones de IMQ para dar una salida al conflicto de la compañía
Se compromete a no superar el 50% del capital en la aseguradora para gestionar por consenso
SegurCaixa Adeslas ha trasladado a IMQ una propuesta, que incluye compra de acciones, con el objetivo de aportar una salida al importante conflicto que ... mantienen desde hace ya dos años los accionistas de la principal aseguradora de salud del País Vasco. Como ya es conocido, un número muy significativo de accionistas de IMQ, agrupados en la asociación PAI, apuesta por vender libremente sus acciones, mientras que otro colectivo, agrupados en Ademi, quiere evitar que los médicos pierdan el control de la compañía. El accionariado está compuesto por algo más de 1.000 médicos y Adeslas ofrece 255.000 euros por cada paquete de acciones.
La propuesta de Adeslas, que en todo caso será una pieza adicional en el conjunto de medidas que se deben adoptar para pacificar la vida interna de IMQ, deberá ser ratificada por los accionistas en una próxima junta para tener validez. Adeslas se ofrece para adquirir la acciones y permitir con ello la salida de quienes quieran vender pero se ha comprometido a no superar un porcentaje del 50% en la filial aseguradora de la que ya posee el 45%, para mantener una gestión compartida con los médicos. Con esa fórmula todas las decisiones estratégicas deberán ser adoptadas por consenso entre Adeslas y los médicos. También ha garantizado que no forzará un cambio de sede, ni desplazamiento de los centros de decisión; que se mantendrá la marca IMQ; también su modelo asistencial; que no habrá ajustes de plantilla y que los médicos conservarán los baremos de remuneración por sus actuaciones. También contempla, según ha indicado la compañía, el compromiso de mantener las aportaciones al plan de pensiones de los accionistas y empleados jubilados. Aspectos estos últimos que siempre han sido considerados como 'lineas rojas' por una inmensa mayoría de los accionistas. Adeslas también ha indicado que facilitará el acceso de nuevos médicos accionistas a la sociedad.
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El precio ofrecido por Adeslas a los accionistas supone valorar la propiedad de los médicos en casi 300 millones de euros. Una cifra que hasta ahora no se había manejado ni en las valoraciones más optimistas, que se situaban en torno a los 280 millones de euros. Con ello, Adeslas se compromete a que cada médico que quiera vender su participación pueda recibir 255.000 euros por cada paquete de 1.000 acciones. Ese es el número mínimo de títulos en poder de cada médico, aunque hay algunos que poseen 2.000 acciones. El 'precio razonable' fijado hasta ahora por IMQ para recomprar las acciones era de 173.000 euros. Adelas ha indicado que para inyectar el dinero necesario compraría primero acciones de la filial aseguradora, hasta ese límite del 50% y a continuación adquiriría títulos del grupo.
Este movimiento de Adelas se produce después de ocho meses de negociaciones con el consejo de administración de IMQ y responde a un mandato aprobado por mayoría en la pasada junta de accionistas. Así, el consejo recibió un amplio respaldo para estudiar y elaborar una propuesta de solución del conflicto, que incorporarse la compra de acciones por parte de la propia empresa y también una negociación con Adeslas para buscar un socio de respaldo. El objetivo, además de intentar que los médicos no pierdan el control de la compañía, es garantizar que alguien respaldará siempre la compra de acciones. Tanto en el corto plazo y para el supuesto de que haya un número muy elevado de accionistas que quieran vender, como en el futuro.
Desde la asociación Ademi, sin embargo, siempre han defendido la necesidad de exprimir al máximo las posibilidades de IMQ para absorber estas salidas de accionistas y también la opción de buscar un socio financiero en caso de que sea imprescindible recurrir a la aportación de capital externo. En cualquier caso la pacificación del accionariado de IMQ no será una tarea sencilla, ya que el enfrentamiento prolongado ha trufado el proceso de innumerables demandas judiciales. Algunas están vinculadas a las fórmulas de protección incluidas en los estatutos para dificultar la entrada de socios externos, pero también hay numerosas impugnaciones sobre los votos y los acuerdos de la última junta de accionistas.
La propia Adeslas mantiene un equilibrio accionarial como el que ahora propone para IMQ, ya que el 50% de las acciones de la compañía pertenecen a Mutua Madrileña, mientras que el 50% restante es de CaixaBank. Una situación que le permite tener un alto grado de autonomía y de independencia en relación con esos dos propietarios.
El conflicto en IMQ se inició hace ahora dos años, después de que los accionistas que querían vender se organizasen en torno a la PAI, con el objetivo de remover los bloqueos estatutarios que les condenaban a vender sus acciones a la propia empresa, a un precio supuestamente «razonable» pero que se ha revelado ficticio. Eran 60.000 euros por cada paquete de acciones en ese momento, a principios de 2019. La presión se hizo insostenible en apenas unos meses porque el 45% de los accionistas de IMQ son médicos jubilados que ya no están en activo y son muchos los que quieren vender ahora o poder hacerlo a medio plazo, a un precio de mercado.
La próxima junta de accionistas y el lógico juego de las mayorías será la que decida si la propuesta que debe formular el consejo de administración y que previsiblemente incorporará como uno de sus elementos la oferta de Adeslas, sirve para reconducir la situación de la compañía.
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