Las empresas piden a las diputaciones medidas para relajar el pago del Impuesto de Sociedades

Es probablemente uno de los últimos eslabones de la cadena tributaria que queda por retocar, para ayudar a las empresas, especialmente a las medianas y pequeñas, a sobrellevar los problemas de tesorería que está generando ya la crisis ligada al Covid-19. De una forma amplia, las empresas vascas reclaman a las haciendas forales que adopten alguna medida ligada al Impuesto de Sociedades, cuya liquidación debe presentarse el próximo mes de julio.

Las compañías han trasladado esta inquietud en las encuestas semanales que están realizando las patronales vascas para seguir de cerca la situación que atraviesan las empresas en estos momentos y, también, para evaluar sus necesidades. El Consejo de Ministros, precisamente, adoptó ayer una medida ligada a este impuesto, aunque tan solo vinculada a los pagos fraccionados, que en el caso del País Vasco se aplican únicamente a las medianas y grandes -a partir de 10 millones de euros de facturación y con más de 50 empleados-, pero que tiene plazos diferentes. «Aún hay tiempo para adoptar medidas relacionadas con el Impuesto de Sociedades», aseguraron ayer a EL CORREO fuentes de las haciendas forales vascas.

El problema que plantea ahora el Impuesto de Sociedades para las empresas es bastante sencillo de comprender. Este tributo grava los beneficios del año anterior, de ahí que el próximo mes de julio deben ingresar el que corresponde al obtenido en el pasado ejercicio. No hay muchos datos, pero todo apunta a que 2019 no ha sido uno de los mejores años en beneficios de la última década -ya se apreció una acusada desaceleración de la economía-, pero tampoco de los peores.

Así las cosas, y salvo que se adopte alguna medida excepcional, el próximo mes de julio las pymes tendrán que hacer la liquidación de Sociedades -con un tipo de gravamen que va desde el 20% al 24% en función del tamaño de la empresa-, en una coyuntura especialmente delicada. Para la mayor parte de las empresas -salvo algunas excepciones en sectores que tienen máxima actividad en estos momentos-, la pandemia del coronavirus significa también ausencia total de ingresos o al menos una reducción importante de los mismos. Las tensiones de tesorería son evidentes, como lo demuestra la gran demanda de avales públicos, tanto del ICO como del Gobierno vasco, para obtener créditos inmediatos. Y, sin embargo, las haciendas forales mantienen por el momento sin alteraciones esa cita de finales de julio para el pago.

La radiografía del Impuesto de Sociedades en Euskadi también es bastante contundente. De acuerdo a los últimos datos agregados que existen, correspondientes a la liquidación de 2017, hay en la comunidad autónoma unas 23.500 empresas que declaran beneficios, pero la mayoría de una forma muy moderada. Nada menos que 22.000 de esas sociedades declaran una base liquidable -el beneficio ya ajustado a las normas fiscales- inferior a 300.000 euros. Y tan solo 950 empresas declaran beneficios superiores a los 600.000 euros. El ingreso que se realiza en el mes de julio se acerca a los 1.000 millones de euros, para una recaudación anual total que el pasado año fue de 1.300 millones. Este año sería algo inferior, ya que el pasado octubre las empresas medianas y grandes realizaron un pago a cuenta.

Las haciendas forales ya han adoptado medidas equiparables para los autónomos, al suspender los pagos fraccionados de los dos primeros trimestres, que debían ser ingresados a finales de abril y en la última semana de julio. También han movido las fechas para las declaraciones de IVA y retenciones del IRPF de pymes y autónomos y, por último, van a conceder aplazamientos de nueve meses sin intereses para esos mismos pagos.