Empresas y administraciones mantienen por ahora el trabajo presencial pese a la sexta ola

Y Euskadi no es una excepción. Las empresas vascas se resisten a retomar el teletrabajo incluso durante el tsunami de la variante ómicron, que está dificultando las operaciones normales de numerosas compañías debido a la cascada de bajas que está causando. Las empresas aducen que las medidas ya implementadas para combatir el coronavirus hacen que los lugares de trabajo sean seguros.

Es evidente que hay actividades para las que la presencialidad es consustancial. Pero el debate está sobre la mesa de muchas empresas en las que no es tan evidente. Un trabajador de una compañía vasca de automoción critica que el teletrabajo no se haya recuperado durante la ola actual «para proteger la salud de los empleados y el propio negocio, porque las bajas en algunos departamentos son tantas que ya no se pueden cubrir ni cancelando vacaciones», lo cual está teniendo impacto en actividades comerciales.

En algunas cooperativas industriales del grupo Mondragón, no obstante, se están adoptando medidas adicionales, como puede ser el aumento de la distancia de seguridad en las fábricas, posible gracias a la automatización de numerosos procesos, o el establecimiento de más turnos con menos operarios. «El componente de mano de obra es elevado y sin el trabajo presencial no se puede fabricar», explican desde la firma de máquina herramienta Danobat. «Estamos juntos, pero no revueltos», añaden.

Otras empresas del grupo cooperativo, como Orbea, ya han incorporado a sus convenios el teletrabajo para los puestos que pueden desempeñarse de forma remota, aunque no se han adoptado medidas adicionales. Lo mismo sucede en Iberdrola, que no ha activado, «por el momento», un protocolo diferente para ómicron. No obstante, la eléctrica sí que reguló elementos de la flexibilidad laboral en el convenio colectivo aprobado en marzo del año pasado. «Todos los empleados de oficina que así lo deseen pueden teletrabajar dos días a la semana», informa la compañía, que para tal fin ha dotado a todos sus empleados de ordenador portátil y conexión wifi.

El BBVA es una de las pocas empresas que sí han modificado su forma de trabajar para hacer frente a la sexta ola. «Debido al rápido incremento de contagios en España, BBVA vuelve a aplicar el criterio de voluntariedad respecto al trabajo presencial para empleados de servicios centrales. No obstante, los edificios corporativos continúan siendo seguros y permanecen abiertos para aquellas personas que prefieran trabajar de forma presencial. Esta medida se mantendrá mientras los datos de evolución de la pandemia así lo aconsejen», explican desde el banco a este diario.

Kutxabank no ha tomado ningún tipo de medida adicional para evitar los contagios por ómicron. Y siguiendo la tónica general, en la mayoría de las administraciones públicas vascas -Gobierno vasco, diputaciones forales y los principales ayuntamientos- tampoco lo ha hecho, aunque algunas reconocen estar a la espera de que el lunes concluyan las vacaciones navideñas para hacer un balance del número de bajas por covid y evaluar la posibilidad de incrementar el teletrabajo.