En 2025 se acelerarán las diferentes crisis que están incidiendo en el declive europeo.
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A ello debemos sumar la incertidumbre de las elecciones de febrero ... en Alemania y de la permanencia de Macron porque afectarán a la tecnología e industria energética y de defensa europea. Añadamos, la gobernanza financiera –con el permiso del Tribunal de Karlsruhe–, el eje París-Berlín-Roma-Varsovia como motor europeo… y la respuesta europea a la salida al conflicto de Ucrania.
Estamos ante un escenario en mutación y somos geopolíticamente débiles. Con una posición financiera equivalente al que gráficamente señaló John Conally en 1971 a sus homólogos europeos: «Nuestros dólares son ahora vuestro problema».
Lo anterior afecta directamente a nuestro sistema industrial e incide en la salud de nuestra economía productiva, porque somos herederos de las tecnologías del siglo pasado. Vivimos en el mundo de ayer y tenemos que hacer los deberes para el hoy y el mañana.
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Por responsabilidad, no hablemos reiteradamente del quinto pilar de ciencia, tecnología, industria e innovación, por el que abogan Draghi y Letta, y trabajemos más para construir una posición fuerte en ese pilar. Alineemos, por tanto, nuestros activos científicos, tecnológicos y educativos con visión estratégica y adoptemos las medidas necesarias.
Nuestro autogobierno fiscal y la solidez financiera son determinantes para hacerlo viable. En este sentido, construyamos de una vez un fondo propio con una dimensión mínima de 2.500 millones de euros y unamos recursos porque disponemos, por ejemplo, de Kutxabank, las fundaciones bancarias y las EPSV. No hay industria sólida sin músculo financiero.
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