Los destellos de la economía vasca

Los analistas tenían puestas sus esperanzas en 2021, el año postpandemia, pero el golpe de la tercera ola del Covid-19, con el mantenimiento de las restricciones sociales y económicas, supuso un nuevo mazazo. Su traducción en el primer trimestre del ejercicio fueron caídas de empleo; un exiguo crecimiento del PIB vasco (+0,2%) y incluso caída del español (-0,5%); y la necesidad de volver a prorrogar los ERTE en servicios y ampliar la moratoria para evitar la presentación de concursos de acreedores hasta el próximo diciembre.

Pero ahora mismo todo parece haber cambiado: las vacunas llegan a raudales, se agilizan en Euskadi las inoculaciones con grandes vacunódromos que incluso dispensan dosis en fines de semana... Ahora sí. Aunque se mantengan muchas restricciones, se percibe que se puede doblegar a la pandemia.

La economía ha reaccionado con rapidez y la creación de empleo en abril ha sido intensa. Toca certificar si estas luces son destellos fugaces o sólidas columnas de recuperación.

El presidente del Consejo de Relaciones Laborales vasco (CRL), Tomás Arrieta, recuerda que hasta marzo los datos del mercado laboral no eran buenos y la recuperación se retrasaba. El panorama cambió en abril: menos paro y creación de empleo. Se empieza a respirar esperanza.

-¿Ha llegado la recuperación al mercado laboral?

- Las cifras hasta marzo no inducían al optimismo. Pero ahora parece que efectivamente la situación empieza a despegar y los datos comienzan a dar perspectivas positivas

- ¿Cree que es un crecimiento sólido?

- Se puede decir que estamos viendo luces al final del túnel. Pero también eso quiere decir que seguimos en el túnel, aunque queda mucho menos trecho para salir. Los datos muestran que se logra crear empleo con menores alzas del PIB y ahora tenemos el reto de hacer que sea un empleo de calidad.

- Aún quedan 25.000 personas en ERTE

- Todo el mundo reconoce que los ERTE han sido muy positivos porque han impedido que el brusco parón de la economía se trasladase directamente al empleo. Esto ha sido muy bueno, pero no sólo para parar el primer golpe inicial, sino para propiciar el regreso posterior al trabajo. En otoño, que ya parece que nos queda muy lejos, el debate era si los ERTE terminarían como ERE y esto no ha pasado. En el pico de la pandemia y del confinamiento llegamos a tener 175.000 personas en ERTE a la vez y ahora estamos en unas 25.000 y la tasa de paro no se ha descontrolado. Eso significa que esos trabajadores, en su mayoría, se han reintegrado en sus puestos.

- ¿Cree que hace falta prolongar más el apoyo público a los ERTE?

- Lo que podríamos llamar ERTE pandémicos han cumplido una función y tengo la sensación de que ya es una etapa que, aunque no está definitivamente superada, no se va a extender en el tiempo mucho más.

- Los ERTE han venido para quedarse ante posibles nuevas regulaciones.

- Hasta ahora con cada crisis, y a igual caída del PIB, España destruía mucho más empleo que otros países europeos. Era porque en esos países se utilizaban con carácter general mecanismos de este tipo -ajustando jornadas, salarios, etc.- lo que nosotros conocemos como ERTE. Los ERTE ya existían desde hace tiempo, pero no se utilizaban. Durante la crisis de 2008 España perdió empleo a chorros y en Euskadi se frenó, porque aquí si se utilizaron los ERTE; sobre todo, en la industria. Por eso nuestra tasa de paro se mantuvo siempre muy por debajo de la media española. De cara al futuro ya hemos aprendido que esta es una herramienta que tenemos que consolidar como un mecanismo de ajuste ante las oscilaciones del ciclo económico.

La catedrática de Economía y profesora de Marketing de la UPV/EHU es una de las mayores expertas en el sector comercial y constata que el consumo empieza a despegar: crece el gasto con tarjetas, también las reservas de vuelos y hay una gran bolsa de ahorro en los hogares.

- ¿Empiezan a verse datos de reactivación del consumo, son sólidos?

- El despegue viene condicionado por un factor fundamental que es la confianza. El hecho de que haya noticias positivas sobre las posibilidades de recuperación económica de España, como parece que se están empezando a notar y que también perciben instituciones como el FMI o la Unión Europea, que le colocan en los puestos de cabeza en recuperación, ayuda a generar una confianza colectiva. Y eso anima al consumo.

- Se estima que el alza del consumo va a tener un papel vital en esta recuperación.

- Las expectativas de crecimiento se sustentan en la previsión de que la demanda interna crecerá, al igual que el consumo público, que se mantendrá en años posteriores aunque de un modo menos acusado. Tenemos una gran bolsa de ahorro de las familias que está disponible para el gasto, pero una vez más esto estará condicionado por el 'factor confianza'.

- Aquí el control de la pandemia y el avance de la vacunación son críticos.

- Claramente. Se está empezando a ver que antes del verano puede haber un porcentaje muy significativo, entre el 60 y 70% de la población española, que vaya a estar inmunizada. La gente empieza pensar que puede tener opciones de una mayor movilidad y se puede plantear gastos, como el vacacional, que no se había planteado antes, porque no se podía mover.

- ¿Hasta qué nivel cree que se dinamizará el turismo?

- Las previsiones de llegadas de turistas extranjeros se han cifrado en 45 millones, algo más de la mitad de los que vinieron a España en 2020, aunque finalmente todo dependerá de las facilidades para ingresar en nuestro territorio: si los países de origen obligan a cuarentena o no, los requisitos de entrada en España para los viajeros, etc. De todas formas, todo dependerá del avance de la vacunación y de la responsabilidad de todos con las medidas de prevención.

- ¿ Para cuándo la recuperación del sector comercial?

- Se estima que en 2020 cerraron sus puertas el 15% de los comercios, principalmente los muy pequeños. El sector venía tocado de antes por los cambios de hábitos e internet, y la pandemia aceleró todo. Es posible que no se recupere todo el tejido perdido, como ya pasó con la anterior crisis. Pero poco a poco veremos florecer nuevas propuestas comerciales más innovadoras.

Para Mikel Larreina, experto en financiación y relaciones internacionales, el punto de inflexión para la recuperación es el visto bueno que ha dado del Constitucional alemán al despliegue del Fondo de Reconstrucción de Europa. España ha logrado que le asignen 140.000 millones de euros para su transformación

- ¿Desde el punto de vista internacional, cuáles son los brotes verdades?

- A mí me interesa mirar al medio plazo más que a la intensidad del crecimiento que vamos a experimentar en 2021. Me preocupa si estamos sentando las bases para que en 2030 la economía funcione. Porque lo que hagamos mal ahora nos va a pesar durante las próximas décadas. Nunca nadie más nos va a volver a regalar dinero y los 140.000 millones de Europa es algo que sólo pasa una vez y más vale que lo usemos bien. Esa es la asignatura clave y para Euskadi, exactamente lo mismo.

- ¿En qué prioridad hay que centrarse?

- Durante excesivo tiempo se ha orillado la transición hacia una economía no dependiente de los combustibles fósiles. Nunca se ha tenido ni el dinero ni la capacidad de inversión para acometerla. Ahora el dinero está encima de la mesa. Y aquí afortunadamente las empresas vascas están bien posicionadas para la transición energética. Tenemos compañías líderes en energías renovables, en electrificación... Creo que podemos aprovechar bien esos fondos.

- Con los planes de estímulo de la UE y de EE UU, junto con el dinamismo chino, ¿qué oportunidades se abren para nuestra industria exportadora?

- El grueso de nuestro crecimiento exterior lo vamos a seguir teniendo en Europa. El mercado europeo va a tirar y Alemania, Francia e Italia siguen siendo muy importantes para Euskadi. Con el Reino Unido hay más incertidumbres. En cambio Joe Biden hace mucho hincapié en hacer crecer el tejido productivo interno y en crear empleos de calidad allí. Entiendo que será beneficioso para las empresas vascas que tengan filiales manufactureras en EE UU.

- ¿Se cierra el mercado global?

- Mi sensación es que va a haber una vuelta, no hacia el nacionalismo económico, pero sí hacia la idea de comprar más a productores locales. Con la globalización hemos pasado a cadenas de suministro 'just in time' muy lejanas y con muchos intermediarios. Hemos visto cómo esas cadenas se paran con el Covid o con un accidente en el canal de Suez. Además desde el punto de vista de uso de los recursos es absolutamente ineficiente. Ahora, como el coste ecológico no está incluido en los precios, eso hace que parezca rentable y no lo es en absoluto. En el medio plazo esos costes se van a incluir, y también los sociales.

El director del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa y profesor de la Deusto Business School, Joseba Madariaga, pone el acento en la recuperación del motor industrial, pero iremos más lento de lo que esperábamos.

- Hasta hace dos días todos los indicadores eran negativos y ahora todo son luces. ¿Son efímeros o sólidos?

- Para mí la luz son las vacunas, es el elemento clave. El hecho de que la vacunación se haya acelerado y siga a buen ritmo es el elemento que tira de la normalización económica.

- En diciembre la previsión de Laboral Kutxa era que la economía vasca crecería este año en torno a un 7%. ¿Se mantiene?

- A grandes rasgos está en línea, pero un poco a la baja. Entonces ya dijimos que la recuperación vendría en el segundo trimestre, pero esperábamos que el proceso de vacunación hubiera empezado de manera más acelerada en el primer trimestre. Pero no ha sido así y la economía ha sufrido. Calculo que igual rebajemos alguna décima la previsión de crecimiento del PIB para el conjunto del año.

- Por sectores, ¿cómo ve esta aceleración?

- La industria es el elemento tractor de la recuperación, ya empezó el pasado año y ahora se confirma. Es un proceso a nivel global y también de la industria vasca. Los niveles del PMI Manufacturero son brutales, Alemania está en 66 puntos, Francia en 58,9, Italia en 60 y España en un 57,7 puntos. Esto hará que la inversión vaya a tener un comportamiento razonablemente bueno, en bienes de equipo este año y el próximo, porque la actividad industrial requiere inversión.

- Casi estaba olvidada la inflación y ahora parece que empieza a haber tensiones.

- No creo que vayamos a tener un problema de inflación, aunque ya hay tensiones por el exceso de demanda de la industria, que tensiona los precios de las materias primas y, en algunos casos, se produce escasez como con los semiconductores, los chips, para los vehículos. Habrá un repunte del IPC, pero no creo que haga necesario que el Banco Central Europeo deba plantearse cambios en su política monetaria.

- Cuándo terminen las ayudas Covid, ¿qué es lo que vamos a encontrar?

- Cuando se terminen las ayudas a las empresas -ERTE, subvenciones, aplazamientos de pagos-, veremos qué parte del tejido económico ha destruido esta crisis. De ahí que los fondos europeos Next son un elemento clave. Esos fondos tenemos que usarlos para regenerar tejido económico e industrial y asegurar el crecimiento a medio plazo. Es absolutamente crítico que los utilicemos bien y que acertemos con las inversiones.