Despedida de una tienda de moda por insultar y amenazar a sus compañeras con arrastrarlas «del pelo por la calle»

El comportamiento de la empleada comenzó cuando finalizó la reducción de jornada que disfrutaba

Martes, 21 de octubre 2025, 17:50

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia declaró procedente el despido disciplinario de una trabajadora de una tienda de moda que insultó, amenazó y mantuvo conductas violentas con sus compañeras de trabajo, a las que llegó a tirar un zapato entre otras cosas.

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La empleada, con 17 años de antiguedad en Oysho, llamaba «putas zorras» o «cerdas» al resto de compañeras, a las que también amenazó con hacerles la vida «imposible» o arrastrarlas «por el pelo en la calle». Además, a dicha trabajadora también se le reprochó que recomendara a los clientes a que fueran a otras tiendas de la competencia en Vigo.

El origen de este comportamiento comenzó en abril de 2022, cuando su hija cumplió 12 años y finalizó la reducción de jornada por razones de cuidado que disfrutaba hasta el momento. La trabajadora reclamó por vía judicial este derecho, pero le fue denegado. Ante esa situación, exigió a una compañera que renunciara a esa adaptación horaria que estaba percibiendo, y al negarse esta, la amenazó con «arrastrarla por el pelo en la calle». Además, le llamó «muerta de hambre por trabajar» y golpeó con violencia las taquillas.

Meses después vació su taquilla porque quería un traslado a otra tienda. Preguntó a sus compañeras por esa adaptación horaria y las llamó «putas zorras», diciéndoles que, si le obligaban a volver, les haría «la vida imposible».

Unos hechos que continuaron con el tiempo. De hecho, en febrero de 2024 montó una bronca tremenda cuando se enteró de que una compañera tenía determinados horarios y ella no. Al no poder contactar con Recursos Humanos, lanzó el teléfono delante de compañeros y clientes.

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En una ocasión, le dijo a una clienta que no sabía si unos leggings transparentaban porque el deporte le parecía «una mierda». Además, llegó a recomendar a clientes que fueran a tiendas de la competencia, alegando que en Oysho era «muy caro».

Reclama el despido

La trabajadora, no conforme con el despido, decidió reclamar, aunque el Juzgado de lo Social Número 1 de Vigo desestimó su demanda, declarando que el despido disciplinario era procedente. Sin embargo, la mujer no desistió e interpuso un recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, pidiendo que el despido se declarase nulo o, de forma subsidiaria, improcedente.

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El Tribunal Superior de Justicia de Galicia volvió a dar la razón a Oysho y declaró que el despido disciplinario de la trabajadora era procedente. Este tribunal señaló que la empresa cumplió con su obligación probatoria al justificar el despido en las ofensas verbales y el comportamiento violento que había mantenido.

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