La desbocada subida de la inflación pone en peligro el poder adquisitivo de los salarios

Augurar cuál será la tendencia para el conjunto del año y cómo afectará a las retribuciones se antoja muy complicado, ya que por una parte el incremento de los precios energéticos y de las materias primas muestra una ruta ascendente de la inflación, mientras que en otros ejercicios el segundo semestre las tensiones inflacionistas fueron menores y se cerraron con alzas del IPC inferiores.

Pero de cara a los ingresos de los trabajadores también influye otro factor. Hasta hace unos años la inmensa mayoría de los convenios colectivos vinculaba los salarios al IPC, lo que establecía una especie muro de contención ante la subida de precios para mantener el poder adquisitivo. Sin embargo, tras un periodo de ocho años de precios más o menos estables, con alzas por debajo del 2% de incremento medio anual -con la excepción de 2017- en una parte de la negociación colectiva se ha desvinculado los salarios respecto de la evolución de la inflación, virando hacia otros baremos más personalizados con el puesto de trabajo y la situación financiera de cada empresa. Así, el Consejo Vasco de Relaciones Laborales (CRL) en su último informe de balance de 2020 constata que «desde hace varios años se viene observando una proliferación» de cláusulas de revisión en los convenios «condicionadas al cumplimiento de objetivos empresariales, cuyos efectos no nos es posible conocer», pero que ha discurrido paralelo a la «disminución de cláusulas convencionales de garantía salarial con referencia única y exclusivamente a la evolución del IPC».

Desde CC OO de Euskadi, su responsable de Acción Sindical y Negociación Colectiva, Fran Osuna, atribuye a la reforma laboral la «atomización» de la negociación colectiva al permitir la prevalencia del convenio de empresa sobre el convenio sectorial, lo que a su juicio ha devaluado algunas condiciones y ha favorecido las cláusulas salariales desligadas del IPC.

En el informe del CRL se señala que los nuevos convenios colectivos firmados en Euskadi en el primer semestre de 2021 incluyen un incremento salarial medio del 2,02%, casi un punto por encima de lo logrado en los convenios de empresa en los que el alza media es del 1,11%.

Osuna cree que tras el verano se retomará la negociación colectiva que quedó paralizada como consecuencia del Covid-19 y la crisis económica, pero que ahora, con la recuperación que en Euskadi crece con fuerza -el PIB del segundo trimestre avanzó un 2% con respecto al primero y un 18,5% interanual-, CC OO reclamará no sólo la vinculación salarial con el IPC, sino ganancia neta, «subidas salariales superiores a la inflación» porque «los trabajadores se merecen ser partícipes de la recuperación económica, máxime tras los sacrificios realizados este último año y medio de pandemia».

Sin embargo, desde el otro lado de la pista, el panorama se puede complicar mucho para algunas empresas, ya que además de tener que asumir el inesperado incremento de los precios, habrán de hacer frente al alza de los costes laborales ligados al IPC.