La demanda en el sector del gas permite a Tubacex aspirar a un récord de negocio

El cierre de la actividad en marzo, en el que se alcanzó el mejor resultado bruto trimestral de los últimos 14 años, es una de las claves para apuntar «que la empresa está en el buen camino», ha señalado Jesús Esmorís. La buena marcha de la actividad ha llevado incluso a que se alcancen ya algunos hitos previstos para la recta final del plan estratégico que vence en 2025, de ahí que la compañía va a hacer algunas revisiones en los próximos meses. Una de ellas será la aceleración en el proceso de reducción de su deuda. La junta de accionistas ha aprobado la propuesta del consejo de repartir 8,1 millones de euros de dividendo con cargo a los beneficios del pasado año, así como amortizar 2,4 millones de acciones. La operación se materializará en la primera semana de junio.

Junto a la recuperación de las inversiones del sector del gas -que utiliza los tubos inoxidables de Tubacex por su resistencia a la corrosión y a las altas presiones y temperaturas- la compañía se beneficia también de la reactivación de los proyectos de energía nuclear en todo el mundo -hay 20 centrales de este tipo en proceso de desarrollo-, así como de las nuevas tecnologías en energía. Es el caso de los procesos de captación de CO2 y también de la industria del hidrógeno, para la que la firma ya ha desarrollado aleaciones de acero específicas y en la que espera una demanda creciente en los próximos años.

En la última década esta empresa ha expandido de forma notable su actividad internacional, especialmente en Estados Unidos, Asia y ahora Oriente Medio, al tiempo que ha modificado de forma importante su producción para escalar en productos más sofisticados y de mayor valor. En la actualidad tiene 22 factorías, 20 de ellas fuera del País Vasco, con presencia en 14 países. Jesús Esmorís ha indicado en una comparecencia previa a la junta de accionistas que el grupo Tubacex ya obtiene dos tercios de su facturación, el 66%, de sus plantas situadas fuera del País Vasco y que operan en gran medida sin depender del suministro de la materia prima que se produce en las factorías alavesas. En plantilla también los empleados en el País Vasco suponen aproximadamente un tercio sobre el total. De los 2.360 empleados del grupo tan sólo 700 tienen su puesto de trabajo en Euskadi.

El consejero delegado se ha referido también a los costes elevados del gas, que influye en los procesos de producción, y que ha circunscrito a Europa ya que, ha añadido, no un problema en Estados Unidos o Asia. Así, ha señalado «los problemas de competitividad que tiene en estos momentos Europa, donde nos estamos pagando un tiro en el pie, mientras que otras zonas del mundo se actúa de forma diferente».