Xabier Sagredo | Presidente de la Fundación BBK
«Hemos dado autonomía a Kutxabank para que pueda ser predador y no presa»Reivindica el papel de BBK como accionista del banco al reducir su dependencia del dividendo y dejarle margen para crecer
La banca vive uno de los mejores momentos tras la crisis financiera de 2008. Ha completado un saneamiento de sus balances y una transformación del ... negocio que, con la subida de tipos de interés de 2022 y una economía con el empleo y el ahorro sólidos, ha disparado sus beneficios. La fundación BBK, propietaria del 57% de Kutxabank, no ha sido ajena a esa situación y su presidente, Xabier Sagredo, reivindica la capacidad que han tenido para dotar el fondo de reserva que le pidió el Banco de España a cambio de que Kutxabank no saliera a Bolsa y para iniciar las inversiones empresariales. Operaciones como las de Talgo o Ayesa, en plenas negociaciones en el momento de esta entrevista, y en las que BBK se ha convertido en actor principal.
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Asentada esa dinámica y la de la obra social, Sagredo plantea un nuevo ciclo en el que defiende la gran capacidad de Kutxabank tomar sus decisiones siendo «un predador y no una presa» en un escenario de fusiones bancarias que muchos analistas apuntan entre los bancos medianos tras el fracaso de la opa de BBVA sobre Sabadell.
– Acaba de conocerse que la oferta que han presentado con el Gobierno vasco y Kutxabank por Ayesa ha sido la elegida para negociar la compra en exclusiva, ¿cómo se ha gestado la operación?
– Es una compañía que tiene todos los elementos para que la analizáramos y la llevamos desarrollando desde hace mucho tiempo. Nuestra oferta ha sido muy competitiva y está abierta a la participación de los que quieran estar con el objetivo del arraigo.
– ¿Cuál es la aportación de los socios del consorcio vasco? ¿Entrará la familia fundadora de Ayesa, los Manzanares?
– No hablo de otros. Lo que sí puedo decir es que nosotros hemos apostado con una cantidad que está en el entorno de los 100 millones. En cuanto a los Manzanares, hay que ver qué van a decir y qué posición toman, pero incorporaremos un socio industrial.
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– ¿Si usted hubiese sido presidente de Kutxabank hubiera vendido Ibermática a Ayesa? ¿Fue un error esa operación?
– No voy a responder a nada que tenga que ver con la gestión de Kutxabank. Soy muy respetuoso. De todos modos, no sé si los gestores que estuvieron en ese momento tenían mucha libertad para tomar esa decisión o estaban muy condicionados.
– En dos años han llegado a 600 millones las inversiones en empresas y quieren elevar su patrimonio hasta los 7.000 en 2035, ¿qué ha cambiado?
– Ha cambiado muy poco. Fuimos pioneros en defender a las fundaciones bancarias como entes que podían hacer el papel de las cajas de ahorros combinando gestión bancaria, haciendo inversiones y destinando un 30% de los resultados a la obra social. Y lo hemos conseguido. En esa línea, en 2017 comenzamos a montar una cartera de participadas.
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– ¿En qué medida el Gobierno vasco ha acelerado esas inversiones?
– Tengo una visión muy positiva del movimiento que ha liderado Lehendakaritza para aunar esfuerzos. Pero nosotros el salto lo dimos ya en 2017.
– Talgo es otra de las grandes operaciones del año, ¿cuándo se sumaron al consorcio vasco?
– Desde el principio, y estamos con 45 millones y otros 10 de financiación de la deuda. Esta empresa, con un plan industrial, va a ser lo que siempre ha tenido que ser, va a recuperar su credenciales.
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– Sí, pero los dividendos tardarán en llegar.
– En nuestras inversiones el primer objetivo fue asentar un suelo con renta fija y variable. Al haberlo construido con cantidades importantes podemos empezar a jugar ya con otro tipo de inversiones que tengan el dividendo más diferido, como ésta de Talgo. Lo tenemos perfectamente medido. En esa línea tenemos que empezar a contemplar también la posibilidad de estar en empresas no cotizadas.
– El consorcio vasco en Talgo tiene derecho a nombrar dos consejeros, ¿van a tener representante?
– BBK es también accionista de CAF con un 3% directamente, pero al que se añade indirectamente la participación que tiene Kutxabank. No nos parece recomendable pedir un asiento porque puede provocar alguna distorsión. Talgo necesita tranquilidad y un plan industrial.
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– Talgo y CAF son vascas, tienen negocios complementarios y comparten accionistas ¿deberían abordar colaboraciones?
– Tenemos que mantener un respeto escrupuloso. Es una pregunta que tendríamos que derivar a los consejos de administración de CAF y Talgo. No soy nadie para responder a eso.
– ¿Qué pensó al conocer la investigación de la Audiencia Nacional a Jainaga por las ventas de acero a Israel?
– He conocido las explicaciones de la propia persona, tanto verbal, como por escrito. Si atiendo a la presunción de inocencia y a la fiabilidad que me genera Jainaga, no tengo más que decir.
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– ¿Cree que el juez se ha pasado de frenada?
– El juez hará lo que tenga que hacer. La empresa ha dado las explicaciones en un gesto de transparencia muy importante. No parece que haya nada.
– ¿CAF debería hacer «una reflexión ética» sobre su contrato del tranvía en Jerusalén como exigen determinados partidos y sus propios trabajadores?
– Estoy seguro de que la empresa ya ha realizado las reflexiones al respecto. Me mantengo al margen desde el respeto absoluto a CAF y sus decisiones.
– Este año Kutxabank va a ganar cerca de 600 millones, ¿cómo valora su evolución?
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– Muy satisfactoria. Desde BBK me ha dado tiempo a ver pasar a tres presidentes del banco. A Mario Fernández le tocó hacer la fusión de las tres cajas y lo hizo de manera excepcional. A Gregorio Villalabeitia le tocó el trabajo industrial en un momento muy importante y en el que había que transformar el negocio. Por eso no queríamos una operación de salida a Bolsa, porque no valoraba el banco en lo que valía. Ahora, con Anton Arriola como presidente y Eduardo Ruiz de Gordejuela como consejero delegado, toca el reto de hacer la Kutxabank del futuro.
– ¿Ese futuro pasa por transformar solvencia en rentabilidad, el banco tiene mucho capital?
– Si algo ha caracterizado a BBK es la prudencia. Somos un accionista de permanencia, no hemos estresado el resultado del banco con la exigencia de dividendos. Nuestra obra social puede sostenerse sin ellos. Y Kutxabank es el banco más solvente del Estado, tiene un capital muy superior a lo que pide el regulador y una dotación de provisiones muy elevada. Pero no sé si estamos a la cabeza de las rentabilidades. Esperamos que el plan del banco en los próximos tiempos le permita hacer lo que tenga que hacer, crecer orgánicamente, inorgánicamente, avanzar en digitalización…
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– ¿Se está haciendo una banca extremadamente conservadora?
– No. Estamos a gusto así. Lo que digo es que estamos dando independencia al banco y a la fundación. Los que están ahora tienen un trabajo en el que pensar ¿qué hago con un banco mediano con un 20% de capital de calidad? Les estás diciendo: oye, si inorgánicamente no creces, no es por mí. Puedes ir al mercado y ser tú el comprador y no el comprado. Si quieres comprar, puedes. Hemos dado autodeterminación al banco y a la fundación para que cada uno pueda hacer su camino.
– ¿Cree que es el momento para abordar una fusión bancaria?
– No hay un momento bueno o malo. Hay oportunidades y las fusiones tienen que darse cuando es buena para el banco, los accionistas y el resto de agentes. Lo que digo es que ahí Kutxabank es un banco mediano que puede ser más predador que presa.
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– El préstamo está creciendo con muchísima fuerza por las hipotecas, ¿temen una burbuja?
– Me da más miedo que la banca no sepa diversificarse. No es lo mismo el cliente jubilado, que el tradicional de 40 o 50 años o que la gente joven. Lo que me preocupa es que haya una sensibilidad hacia la digitalización y el uso del dato. Tenemos que seguir siendo muy buenos en lo que hacemos, adaptándonos y siendo muy especializados y ofreciendo un producto 'boutique' en todos los segmentos de banca.
«El talento hay que pagarlo»
– ¿Qué espera de la apuesta que han hecho con 50 millones de inversión en APK2?
– Es la tercera empresa del Estado con parkings en propiedad y contemplan la salida a otros países. Tiene una gran vocación de crecimiento y de convertirse en la primera de España. Hemos hecho la inversión con un fondo extranjero y les hemos convencido para traer la sede al País Vasco. Acaban de abrir sus oficinas en la Torre Iberdrola y las contrataciones las están haciendo desde aquí.
– Energía, tecnológicas, movilidad… Falta en su cartera la aeronáutica. ¿Invertirían en Aernnova?
– Tenemos un 'pipeline' de inversiones potenciales para estudiar y, desde luego, que esa empresa puede estar ahí. Otros sectores en los que creo que debemos trabajar es el de las cooperativas. Tienen las mismas problemáticas de capitalización y crecimiento y es un espacio en el que nos apetece estar. Hay que arbitrar fórmulas como las del socio colaborativo, que no puede ostentar más de un 30%, o a través de la creación de sociedades por debajo para canalizar la participación.
– Iberdrola es la protagonista de de su cartera de inversiones. ¿Teme que se jubile Galán y se debiliten los lazos de la eléctrica con Euskadi?
– Galán es una persona a la que admiro en lo profesional y en lo personal y tenemos que pedirle que siga estando al mando de la empresa por el amor que ha demostrado a Euskadi y porque la ha llevado a Iberdrola a lo más alto. De todos modos, no entra en mis cábalas que Galán lo deje.
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– ¿En Euskadi se está pagando lo suficiente a los jóvenes para retenerles y que no se vayan fuera?
– Las empresas están obligadas a competir por el talento. Y el talento hay que pagarlo. Cada compañía tendrá su situación, pero me parece obvio que el talento aporta valor añadido. Yo estaría dispuesto a tener diez personas con talento y no 200 sin él.
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