«La crisis de los chips es puntual y puede ser una oportunidad»
La mejora económica se irá reflejando en las ventas a final de año y los vehículos de nuevas energías continuarán ganando fuerza
El automóvil del futuro será eléctrico y autónomo. Manuel Terroba, presidente ejecutivo del Grupo BMW para España y Portugal, no tiene dudas al respecto. Pero ... no se atreve a pronosticar cuándo se hará realidad. «La tecnología ya la tenemos. Falta desarrollar la infraestructura y la normativa necesarias», explica. Hasta que llegue ese momento, la transición se irá dando de forma paulatina: el coche híbrido es un paso intermedio previo al eléctrico puro, y los sistemas de ayuda a la conducción van sofisticándose antes de que se pueda aumentar el grado de autonomía.
«Hasta Bilbao hemos venido en el X7, con el que ya puedes soltar el volante en autovía y el vehículo toma solo las curvas», comenta Terroba, que ríe cuando se le pregunta si su tradicional lema '¿Te gusta conducir?' se convertirá en '¿Te gusta que te conduzcamos?'. No obstante, estos vehículos cada vez más inteligentes y conectados requieren un mayor número de chips, y en estos momentos el sector de automoción está sufriendo las consecuencias de su escasez y de la dependencia de Asia para su fabricación.
- ¿Cómo les ha afectado la crisis de los semiconductores?
- Está claro que el sector sufre por la escasez de chips y de microprocesadores, pero el grupo BMW está afrontando mejor la situación porque contábamos con suficiente abastecimiento. No hemos sufrido parones en las plantas y solo tenemos un ligero retraso en componentes de algunos de nuestros opcionales. Hemos decidido realizar ligeros cambios en la configuración para sustituir chips que escasean por otros que sí tenemos y así el cliente recibe el vehículo a tiempo, aunque eso suponga un deterioro en nuestro margen de beneficio. Por ejemplo, si el navegador que eligió ha sido sustituido por otro de gama más alta, nosotros asumimos el coste. En cualquier caso, creo que es una crisis puntual debida a una demanda embalsada y que el reto que plantea es una oportunidad para los fabricantes de componentes, también españoles.
- Esta coyuntura se suma a la crisis económica provocada por la pandemia. ¿Qué previsiones tienen?
- Lamentablemente, esta situación ha supuesto un mazazo para todos los sectores. Nosotros hemos sufrido de manera importante el cierre de los concesionarios en España y, a nivel europeo y mundial, el parón de algunas fábricas que ha retrasado la producción. Pero en general somos optimistas. Todavía estamos lejos de alcanzar los niveles de antes de la pandemia, pero acabamos de cerrar el mes de mayo y vamos recuperando algo de camino. Esperamos que el mercado avance de forma ligeramente positiva a final de año, sobre todo entre particulares y empresas.
- Los vehículos de nuevas energías son los que más crecen, aunque parten de una base muy baja. ¿Cuál es su apuesta en este segmento?
- No apostamos por una única tecnología, porque debemos ofrecer al cliente las soluciones que mejor se adapten a sus necesidades. Estratégicamente, no obstante, apostamos por la sostenibilidad y hemos hecho en los últimos años grandes inversiones en I+D de nuevas tecnologías. De momento, el vehículo híbrido es una magnífica transición hacia el eléctrico, y en BMW tenemos ya una gama suficientemente amplia. Para Mini -también perteneciente al grupo- vemos un futuro completamente eléctrico a medio plazo.
- ¿Hemos aceptado ya que los coches deportivos pueden ser eléctricos?
- Creo que es fundamental que los potenciales conductores prueben la conducción eléctrica para que se convenzan. De hecho, con estos coches estamos en las ratios más altas de conversión de prueba a compra. Las sensaciones de deportividad al volante en los híbridos y eléctricos están a la altura o incluso por encima de los motores de combustión. La aceleración sorprende y apenas hacen ruido. Así que trabajamos con los concesionarios para impulsar la prueba a través de los coches de cortesía, por ejemplo.
- ¿Qué falta entonces para que se popularicen?
- El ser humano es resistente por naturaleza y nos cuesta cambiar. El mercado debe madurar. Luego, a nivel de infraestructuras de carga, España está a la cola de Europa y debe dar un empujón muy importante. También necesitamos más planes como el Moves, porque dinamizan el mercado y mitigan el coste extra que tiene la mecánica más sostenible, que debe ser incentivada.
- ¿En qué situación se encuentra el desarrollo del vehículo sin conductor?
- Llegará. Nos queda poco. Pero lo importante es que los coches de hoy ya incorporan muchos dispositivos de ayuda a la conducción y conectividad que se han desarrollado pensando en la conducción autónoma, y que incrementan la seguridad y facilitan el uso. El reto es no añadir complejidad a la conducción aunque se incorpore tecnología. Cada vez seremos capaces de controlar más aspectos del coche a través de una 'app', pero el vehículo también se adelantará a nuestras necesidades. Por ejemplo, hoy ya contactan con un concesionario y proponen una cita automáticamente cuando detectan que hace falta mantenimiento.
«Trabajamos la sostenibilidad en toda la cadena de valor»
De poco sirve el valor medioambiental que aporta un coche eléctrico si se fabrica en instalaciones con un elevado consumo energético, se carga utilizando fuentes de energía sucias y no se reciclan correctamente sus baterías. Por eso, Manuel Terroba, presidente de BMW en la Península Ibérica, hace hincapié en las medidas que su empresa toma para reducir las emisiones contaminantes a lo largo de la vida útil del vehículo. «Trabajamos la sostenibilidad en toda la cadena de valor. Desde la extracción de materiales, hasta el ensamblaje, pasando por la logística y acabando en el reciclaje», afirma. Por otro lado, el directivo niega que marcas como la suya hayan llegado tarde y a remolque a la movilidad eléctrica. «Llevamos muchos años desarrollando la tecnología y hemos sido pioneros con el i3, por ejemplo. Ahora lanzamos el IX y el i4», comenta.
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