La construcción busca 3.500 trabajadores en una Euskadi que solo titula a 197 personas este año

Este ámbito empresarial es el que mejor escapa al enfriamiento económico y el que mayor empleo viene generando. Su capacidad de incorporar profesionales a la obra se fija en 3.500 personas anuales en los próximos años. En cambio, del sistema vasco de Formación Profesional solamente saldrán este año 197 titulados dibujando un descuadre de cifras que evidencia un problema que todavía puede agravarse. Y es que en el departamento de Educación del Gobierno vasco confirman a EL CORREO que de las 796 plazas ofrecidas en ciclos de Construcción solo se han demandado 467, el 58,6%. La falta de trabajadores en el sector es una cuestión, por lo tanto, que amenaza al crecimiento de la construcción y se convierte, según explica el director general de Jaureguizar-Urbas, Miguel Salaberri, «en un quebradero de cabeza para las compañías antes, incluso, que el coste de las materias primas».

Mientras tanto, las previsiones del Gabinete Urkullu para este año fijan que el sector crecerá un 2,7% frente al 0,2% de la industria o la caída del 4,7% que se prevé para el sector primario. Traducido en cifras, 211 millones más hasta alcanzar los 8.014 millones que se prevé que sume la construcción al PIB vasco en este 2023.

Las bases de esta evolución están, según explican los analistas, en el mercado inmobiliario, que a pesar del frenazo en los dos últimos meses en la compra de viviendas tiene margen de crecimiento porque sigue faltando oferta. Además, hay que añadir las reformas y rehabilitaciones de edificios para mejorar la eficiencia de las viviendas que empiezan a beneficiarse de la llegada de los fondos europeos. El Ejecutivo vasco se ha planteado renovar 350.000 hogares en los próximos 15 años con apoyo de dinero público.

El secretario general de la Asociación de Constructores de Bizkaia (Ascobi), Iñaki Urresti, confirma en conversación con EL CORREO que «hay actividad porque la rehabilitación de vivienda está tirando con fuerza y la obra pública está creciendo. Se están notando los fondos europeos».

Además la obra civil y las edificaciones de las administraciones también han ganado vigor. Ambas líneas acumulan un crecimiento en los últimos seis años del 36,7%, hasta los 1.490 millones de 2021. Según el informe de Ascobi, en el último año esta subida ha sido del 48% con 488 millones más, especialmente en la edificación pública.

Toda esta carga de trabajo va a seguir necesitando empleados, especialmente operarios de obra. El ritmo previsto en función de las medias y las previsiones fija la demanda de nuevos trabajadores en 3.500 personas cada año. No es algo nuevo, ya que el empleo de la construcción viene creciendo desde 2018 un 17% hasta alcanzar los 58.900 trabajadores, gracias a la incorporación de 8.600 personas. Son datos mucho mejores que los que presenta un sector más importante en Euskadi como la industria, que en el mismo periodo de tiempo ha perdido 13.500 trabajadores, un 6,5%, aunque con sus 192.200 empleados sigue siendo el tractor de la economía vasca.

La falta de titulados obliga a las empresas a buscar alternativas. Según explica el responsable de Ascobi, Iñaki Urresti, apostando por perfiles en otros colectivos entre los que destaca la inmigración. La situación, señala Urresti, «fuerza a las empresas a desarrollar formación a personas que empiezan poco a poco en la profesión o a recurrir a Lanbide y a sus certificados profesionales».

Miguel Salaberri, el director general de Jaureguizar, uno de los principales actores del sector en Euskadi y recientemente adquirido por Urbas, señala la importancia de «favorecer la inmigración y la contratación en origen». Y es que los jóvenes, como explica la directora del centro de FP Construcción Bizkaia, Irene Delgado, están ante una «barrera psicológica» que no superan por unas «condiciones laborales que no atraen».

De todos modos, Urresti destaca que el convenio en Bizkaia es uno de los que mejores condiciones ofrece con salarios para los operarios que van desde los 21.876 euros de un auxiliar técnico de obra de segunda hasta los 32.226 euros de un capataz o encargado de obra. Salaberri, de Jaureguizar, insiste en la necesidad de «industrializar el sector» porque «facilitará la estabilidad y la mejora de las condiciones».