Consejeros independientes del IMQ advierten del riesgo de «una venta precipitada»
La aseguradora encarga un sondeo para conocer qué porcentaje de accionistas se desprendería de sus títulos
Cuatro conocidos empresarios vascos, que participan como vocales independientes en varios consejos de administración del grupo IMQ, han remitido una carta a los más ... de 1.000 accionistas de la compañía en la que advierten de los riesgos de una «venta precipitada». Como ya es conocido, un nutrido grupo de accionistas que representa aproximadamente al 20% de la sociedad -agrupados en la plataforma PAI- aboga por una venta a quien presente la mejor oferta económica.
Al mismo tiempo, el consejo de administración ha iniciado negociaciones con SegurCaixa Adeslas y la Fundación BBK, con el objetivo de que ambas entidades formen parte del accionariado del grupo. SegurCaixa Adeslas ya participa en dos filiales de IMQ, la sociedad que comercializa los seguros de salud y también en la propietaria de la Clínica de Zorrozaurre.
Mientras tanto, IMQ ha encargado a una empresa de sondeos de opinión que haga una encuesta entre los accionistas de la compañía. El objetivo es tener una imagen aproximada de cuál es el sentir de este colectivo, en el que conviven intereses contrapuestos. Para los de mayor edad, ya jubilados o a punto de estarlo, cobra fuerza la idea de vender sus acciones al mejor precio posible. En el resto, se entiende, puede haber más intereses de permanencia en el capital. Y, de forma transversal, en unos y otros, también existe la idea extendida de preservar el actual modelo, con una importante presencia de médicos en el accionariado y un modelo asistencial que es singular en España. Con ese encargo, la cúpula de IMQ quiere tener una fotografía más exacta de lo que piensa el accionariado.
Los críticos solicitan formalmente mediante notario una junta extraordinaria
Plataforma PAI
Liberación de acciones
Hay que tener en cuenta que el sector que persigue que se libren las acciones para favorecer su venta, la PAI, va a exigir la celebración de una junta extraordinaria de accionistas -tan sólo necesita el 5% del capital para ello- en la que pretende cesar a una parte del consejo de administración. Un movimiento táctico para acelerar el proceso de venta de la compañía. De hecho, fuentes de este colectivo aseguran que ya han recogido en tan solo 48 horas firmas que representan al 7,5% del capital; de ahí que un notario ya haya solicitado formalmente a IMQ la celebración de esa junta. Su celebración debería producirse antes del 12 de mayo.
El grupo de cuatro consejeros independientes y externos, así lo indican en la misiva, cree que es necesario «valorar si existen fórmulas para satisfacer el entendible interés de los accionistas que quieren vender sin poner en riesgo el valor que la empresa tiene para todos los demás». Y ya anticipan que, en su opinión, existen vías para preservar el control de los médicos sobre la compañía sin dejar la empresa en manos y bajo el control de terceros. Así, apuntan a la posibilidad de vender algunos activos de la firma que no sean parte del corazón del negocio; también la incorporación de algunos «socios institucionales» que no pretendan ejercer el control, así como la entrada como accionistas de médicos de Gipuzkoa y Álava. Hasta ahora el accionariado estaba limitado a Bizkaia. Con esos recursos, proponen, se puede facilitar la salida de quienes quieran desprenderse de sus acciones.
Por último, no ocultan su preocupación por el hecho de que la tensión interna pueda pasar factura y dañar a la empresa. «No podemos dejar de compartir -indican- la preocupación que nos genera el que este proceso pueda traducirse en inestabilidad dentro de la propia compañía. Son más de dos mil los trabajadores que, dando lo mejor de sí, también han participado en que la compañía valga ahora mucho más que hace no muchos años», concluyen.
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