La compra de empresas vascas se dispara por la presión de los fondos y la falta de relevo
La llegada de capital internacional y el desgaste del empresario llevan a récords las adquisiciones con más de 150 operaciones previstas para este año
«El 95% de las pymes de Euskadi está a tiro de fondo». Así lo asegura un representante de los más altos círculos empresariales del ... País Vasco. Lo redondo de la cita expresa una percepción que los datos corroboran. Así, el último estudio sobre compraventa de empresas -lo que en el argot financiero se conoce como operaciones de 'M&A'- elaborado por Deloitte contabilizó en Euskadi el año pasado 144 grandes compras, un 63% más que hace ocho años. Se trata de unos procesos que movilizaron un total de 2.850 millones.
La dinámica no se detiene y tal como señala a EL CORREO el director general de Kutxabank Investment, Manuel Martín-Muñio, «para 2025 esperamos un mercado de fusiones y adquisiciones más dinámico». En el mismo sentido advierte el presidente de Norgestión, Josean Barrena. El responsable de la firma vasca de asesoramiento empresarial y mercantil reconoce que en este año se puede establecer un nuevo récord, pero advierte también de la «sensibilidad de este sector a la incertidumbre». «Las dudas sobre el impacto de una guerra arancelaria -insiste- pueden paralizar muchas operaciones en un sector extremadamente sensible a la inestabilidad».
El caso es que Euskadi presenta un caldo de cultivo perfecto. Las razones son variadas. Unas descansan en el contexto económico financiero general que, como explica Martín-Munio, «presenta recortes de tipos de interés, disponibilidad de capital y crecimiento sostenido de la economía». Son ingredientes que excitan al mercado de capitales en la búsqueda de inversiones.
Pero otras razones son propias del ecosistema vasco y combinan una «cultura de gestión que mantiene a las compañías saneadas», como apunta el presidente de la Fundación Artizarra, Jon Ander de las Fuentes, junto a una presencia importante de empresa familiar en un tejido económico industrial. Si a esto añadimos una conflictividad laboral que desgasta al propietario se genera una tormenta perfecta. De las Fuentes señala una sensación de «hartazgo en el empresario» e insiste en la «necesidad de reivindicar su figura para generar nuevas vocaciones y recambios en la empresa familiar».
Las cifras
7.392 son los millones
del extranjero que han llegado a Euskadi para la compra de empresas en los últimos cinco años.
145 son los millones
que tiene disponibles el fondo Finkatuz del Gobierno vasco para tomar participaciones en empresas. En cuanto a las últimas compras suma 125 millones: 65 en ITP Aero, 15 en Arania y 45 en la operación de Talgo.
200 millones
es la inversión más importante realizada sobre una empresa vasca en 2024. Se trata de la compra del 49% del negocio de tubos para la extracción de gas y petróleo (OCTG) de Tubacex por parte del fondo de Abu Dabi Mubadala.
Empresa familiar
En esa misma línea incide Barrena, que apunta a un cambio de paradigma: «Hoy todos los empresarios están dispuestos a escuchar una oferta por su empresa, cuando antes nadie quería ni oír hablar. Te decían que esto es para mis hijos, no quiero fondos aquí». El dirigente de Norgestión va más allá y habla de un «efecto contagio» entre empresarios conocidos. «Todos tienen -explica- un amigo que ha vendido su actividad y que, mientras tú estás en mitad de un problema, te envían una foto desde el monte o la playa. Parece una nimiedad, pero incrementa la sensación de soledad del empresario».
Noticia relacionada
«Hay más inversores locales que refuerzan el arraigo»
La posibilidad de coger el dinero y dejar en la nave los problemas de costes, de personal o con el crédito del banco gana fuerza si además supone resolver un enfrentamiento con un hermano. Por eso la empresa familiar es uno de los activos más expuestos a esta situación. El director de la asociación de estas compañías en Euskadi (Aefame), Gaizka Zulaika, señala la importancia de trabajar bien la visión para la empresa entre los accionistas de este tipo de compañías. «Se trata de hacer bien esa alineación porque sino, no hay forma de resistir el envite de los fondos que, en los últimos años, han aumentado su agresividad».
Herramienta útil y positiva
En la otra cara de la moneda hay un elemento que no se puede obviar sobre estas herramientas que aterrizan en el accionariado de las compañías vascas. Y es que en muchos casos están cubriendo el hueco de financiación que ha cedido la banca tradicional. Jon Ander de las Fuentes explica que presentan muchas alternativas válidas con las que combinar operaciones.
Es, precisamente, la apuesta de la fundación Artizarra, que gestiona recursos para participar en compras de empresas cuando se da una operación de gran tamaño tratando de asegurar el arraigo de la compañía en Euskadi. De las Fuentes recuerda que, bien asesoradas, las empresas pueden lograr una buena fuente de financiación para el crecimiento gracias a los fondos.
La llegada de Anton Arriola a la presidencia de Kutxabank ha supuesto una apuesta por la presentación de servicios para este objetivo. Así desde la oficina de Investment, su director Manuel Martín-Muñio explica que «estamos incrementando las capacidades para dar respuesta a empresas e inversores aumentando personal y con un acuerdo estratégico con Alantra». Además, desde Norgestión, Barrena recuerda el papel de grandes 'family Office' de empresarios como José Galíndez, los Riberas, Iñaki López Gandásegui o el propio Jainaga, que acaba de hacerse con Talgo. Suponen agentes con una importante capacidad de inversión que apuestan por compañías vascas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.