La cogeneración vasca tiene congelados 180 millones de inversión por falta de regulación
Sigue siendo la segunda fuente de generación eléctrica en Euskadi, a pesar de tener el 35% de las 81 instalaciones paradas
La cogeneración forma parte del ADN del sistema eléctrico vasco. Lo es de tal modo que, durante muchos años, ha sido la principal fuente de ... toda la generación eléctrica de Euskadi. Así, hace diez años, de los 5.425 MWh de electricidad producidos en País Vasco, el 37,4% provenían de esta tecnología, más incluso que de los ciclos combinados. Pero la incertidumbre que afecta a la regulación del sector –espera desde 2021 un marco de retribución y la adjudicación de nuevas potencias– está dejando en el limbo a las 81 plantas con las que cuenta Euskadi. Todas ellas están ligadas a empresas de los sectores del refino, el papelero, el químico y el alimentario. Se trata de compañías históricas como Petronor, Michelin, Iberpapel Smurfit Kappa, Papelera del Oria, General Química, Iparlat, Unilever o los Hospitales de Basurto y Galdakao.
En total, hay encima de la mesa un total de 180 millones de inversión en Euskadi para mejorar la eficiencia de estas instalaciones o adaptarlas al hidrógeno verde o la biomasa. La primera señal de alarma está en que hoy ya están paradas 28 de esas plantas, es decir, el 35%. Así lo explica a EL CORREO el director general de la Asociación Española de Cogeneración (ACOGEN), Javier Rodríguez que reclama que «Euskadi no puede renunciar a una herramienta que ha sido sinónimo de productividad y sostenibilidad».
Todas las actividades que desarrollan esas firmas en sus instalaciones requieren calor para su producción fabril. Y en el mismo procedimiento que se genera, se crea también electricidad, una energía que sirve tanto para el autoconsumo de la propia fábrica, como para vertirla a la red. Juega, así, un rol clave en un sistema eléctrico vasco que sigue siendo totalmente dependiente, ya que las empresas y los hogares vascos consumen mucha más electricidad de la que se genera en la comunidad autónoma.
La potencia de las 81 plantas vascas suma un total de 361 MW de potencia, más del doble que los 153 MW de eólica que hay instalados en los montes vascos. A pesar de que solo está en funcionamiento el 65% del parque, el año pasado la cogeneración fue la segunda fuente de generación eléctrica con 1.221 MWh, el 22% del total y solo por detrás de los ciclos combinados, que volcaron a la red 2.837 MWh de electricidad. Se trata de cifras muy superiores a los 247 MWh de la eólica o los 66.121 de la fotovoltaica. Por eso, Rodríguez reclama que «Euskadi no puede renunciar a una herramienta que ha sido sinónimo de productividad». Y es que la cogeneración, en solo cinco años ha caído en el País Vasco un 40% y «no por razones técnicas o económicas, sino por la parálisis normativa».
La denuncia del sector es que mantiene inversiones paralizadas –1.300 millones en España y esos 180 en Euskadi– a la espera de la clarificación del marco de retribución que el Estado fijará por esa electricidad.
Cuello de botella regulatorio
Se trata de una regulación que se viene retrasando desde 2021 y que las empresas piden para conocer las tasas de la rentabilidad para las inversiones en sus instalaciones. Además, deben publicarse las adjudicaciones de 1.200 MW anunciadas para el periodo 2025-2027 y que se han retrasado al primer trimestre del año que viene.
El cuello de botella regulatorio se ha agravado tras las modificaciones que requiere el sistema por el apagón del pasado abril. Además, el modelo de retribución a los gestores de la red también al atasca al sector, ya que la fijación de sus cuotas de acceso afecta a las plantas de cogeneración.
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