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Puede que Cofides no sea muy conocida por el gran público, pero es una vieja socia de las empresas vascas, a las que lleva años ... apoyando con financiación para los procesos de salida al exterior. Esta sociedad público-privada, dependiente del Ministerio de Industria y Comercio, va a cobrar todavía más protagonismo estos meses al gestionar el fondo para recapitalizar a medianas empresas. Dotado con 1.000 millones, está dirigido a compañías afectadas por el Covid que facturen entre 15 y 400 millones.
«Unas 650 empresas vascas podrían acceder a él», explica el presidente de Cofides, José Luis Curbelo, que cita datos del Instituto Vasco de Competitividad (Orkestra), que él mismo dirigió entre 2009 y 2012. Este economista, con una larga trayectoria en múltiples organismos, ha estado de visita en Bilbao, ciudad en la que nació y estudió -en la Universidad de Sarriko-, para presentar el fondo a entidades como Kutxabank y para participar hoy en un foro de Elkargi, entidad con la que Cofides colabora desde 2019. En la jornada se va a firmar un nuevo convenio en el que se incluye al Gobierno vasco.
- ¿Cuándo van a activar el fondo de capitalización de las medianas empresas?
- El fondo, dotado con 1.000 millones de euros, fue aprobado en un real decreto ley de marzo. Ahora estamos desarrollando la letra pequeña con objeto de aprobar el desarrollo normativo en Consejo de Ministros a finales de este mes o principios del siguiente. En paralelo estamos trabajando en el proceso de lanzamiento, que es complejísimo. Hay que contratar, mediante concursos, a consultoras financieras y bufetes para que validen que las empresas en las que se va a invertir son elegibles y viables a largo plazo. En Cofides nos encargamos de la supervisión y establecemos los criterios, pero hace falta externalizar esa parte. Espero poder llevar en julio al comité de inversión las primeras operaciones.
- ¿Qué compañías van a poder acceder al fondo?
- Toda inversión va a tener que cumplir tres requisitos. La primera es que la empresa fuese viable en 2019, según la definición que establece la propia Comisión Europea. La segunda es que muestre el impacto que ha recibido por el Covid. La tercera es que tenga un modelo de negocio creíble, que permita pensar que puede afrontar el futuro una vez esté reestructurada. Nuestra financiación, a través de tomas de capital o préstamos participativos, tiene que servir para que la empresa sobreviva a largo plazo. La idea es que la presencia pública sea transitoria, de dos o tres años, y habrá incentivos para que el empresario saque al Estado cuanto antes.
- ¿Es para pymes o se requiere un determinado tamaño?
- Es para empresas que facturen entre 15 y 400 millones de euros, con lo que pueden optar unas 650 compañías en el País Vasco y 14.000 en el conjunto de España. El tamaño de las operaciones será entre un mínimo de tres millones y un máximo de 25 millones. Estimamos que llevaremos a cabo entre 100 y 150 inversiones con una media de ocho millones.
- Es un fondo similar al que gestiona la SEPI para empresas estratégicas, pero dirigido a compañías de menor tamaño, ¿no?
- Eso es. Es un fondo complementario al de la SEPI, que exige un mínimo de inversión de 25 millones. En este caso no hace falta que la empresa sea estratégica ni que pertenezca a ningún sector específico. El fondo se dirige a un segmento de empresas de tamaño medio que se ha modernizado considerablemente en los últimos años, pero que debido al impacto del Covid corren el peligro de quebrar o de ser vendidas a precio de saldo. Hay riesgo hasta de que las compre un competidor para luego cerrarlas.
- El fondo de la SEPI ha quedado tocado por el cuestionado rescate de 53 millones a la aerolínea Plus Ultra. ¿Qué opinión tiene?
- Creo que se ha creado una polémica ficticia, que es un debate muy politizado por razones espurias. Se trata de una empresa que cumple los criterios de elegibibilidad y su modelo de negocio de ha validado.
- ¿Cómo se va a controlar que las ayudas del fondo no terminen en entidades zombis?
- Como he explicado antes, primero se estudiarán las operaciones con la ayudas de las consultoras y bufetes contratados. Una vez estructurada la inversión, se elevará a un comité técnico interministerial, que lo validará. El reto es determinar qué empresas pueden seguir adelante una vez superado el golpe del Covid, lo que no es fácil. Todo tiene que estar bien documentado y ser transparente. Además, hay que ser ágiles porque el objetivo es invertir los 1.000 millones para diciembre.
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