Castilla y León se suma a las rebajas fiscales y eliminará el Impuesto de Sucesiones

La decisión del Ejecutivo castellano leonés tiene su influencia en el País Vasco, ya que no solo es un territorio limítrofe sino que su normativa fiscal, además, se aplica a los habitantes del Condado de Treviño, enclavado en Álava y a una decena de kilómetros de Vitoria.

La decisión hay que enmarcarla dentro de los planes anunciados por los populares y el partido naranja para aplicar rebajas fiscales en las comunidades en las que gobiernan. La supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones -el que se paga al heredar bienes de fallecidos o al recibirlos en vida de forma gratuita-, figura entre las prioridades manifestadas por ambas formaciones. Castilla y León se suma así a la rebaja de este tributo aprobada por el Gobierno de Andalucía el pasado mes de mayo -también gobernada por PP y Ciudadanos, con el respaldo de Vox- y equipara sus condiciones a las que ya estaban vigentes en Madrid. El nuevo Gobierno de coalición PSOE-Podemos de La Rioja, comunidad que contaba con una bonificación similar, ya ha anunciado que se dispone a aumentar la presión fiscal.

Aunque por el momento no existe más que el anuncio de su presidente, todo apunta a que Castilla y León va a armonizar su normativa de Sucesiones a la que ya está vigente en Madrid y Andalucía. Esto es, una bonificación del impuesto del 99%, lo que sitúa el pago en una cantidad puramente testimonial, para los dos primeros grados de relación: padres, hijos, cónyuges, hermanos y nietos. Esta bonificación, además, no se aplica únicamente en las herencias, sino también en las donaciones.

En el caso del País Vasco, con una normativa propia, el primer grado de parentesco -padres, hijos y cónyuges- tiene un tipo fijo de gravamen del 1,5% y una exención total para los primeros 400.000 euros del valor de los bienes a heredar. Paradójicamente, Euskadi fue durante décadas la comunidad autónoma con un mejor tratamiento en este impuesto, en el que llegó a aplicar un 'gratis total' en las herencias entre familiares directos, independientemente del volumen del patrimonio. Esa situación cambió con la reforma de 2012.

Según un estudio realizado por la firma Cuatrecasas a finales de 2017, la tributación de Sucesiones en Madrid -por lo tanto también ahora en Andalucía y en Castilla y León- era la más baja de España. Las de estas dos últimas comunidades, sin embargo, que tan solo contemplaban algunas bonificaciones para la transmisión de la vivienda habitual de los fallecidos, se situaban en el rango medio-alto del ranking nacional. La cuestión tiene una trascendencia reducida en el caso de herencias y donaciones de patrimonios pequeños -las reducciones y los tipos bajos en los primeros tramos hacen que las diferencias sean muy pequeñas- , pero adquiere tintes decisivos en los medianos y de forma muy especial en la transmisión de las grandes fortunas. Así, por ejemplo, hasta ahora heredar un patrimonio valorado en 2,8 millones de euros en Castilla y León, de padres a hijos, podía suponer una carga tributaria -es variable en función de los bienes con que cuenten de antemano los herederos- cercana a los 600.000 euros. A partir de ahora, como sucede en Madrid y Andalucía, esa factura quedará reducida a tan sólo 6.000 euros.

El aumento o rebaja de la presión fiscal se ha convertido en un asunto polémico en los últimos meses, en especial tras el anuncio del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid de reducir el IRPF para hacer aún más atractivo ese territorio. Hay que tener en cuenta que Madrid, además de mantener los tipos de IRPF más bajos, no aplica el Impuesto de Patrimonio.