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El empresario Guillermo Buces, fundador y CEO del fabricante de etiquetas Biolid, fue nombrado este miércoles presidente de Cebek después de una accidentada jornada de ... votaciones llena de problemas técnicos en las que eran las primeras elecciones en los 125 años de historia de la patronal vizcaína. Hasta ahora siempre se había consensuado la sucesión pero en esta ocasión concurrían dos candidatos. No obstante, la otra aspirante, Nuria Lekue, directora del negocio familiar de estaciones de servicio Galindo, quedó descartada en una fase previa al no lograr entrar en la junta directiva, una condición indispensable para optar a la presidencia. Esto hizo que Buces pasara a ser designado automáticamente sucesor de Carolina Pérez Toledo, que decidió no presentarse a la reelección tras cumplir sus cuatro años de mandato.
«Ha sido un proceso largo pero ha acabado bien», bromeó Buces pasadas las dos y media, cuando por fin fue proclamado oficialmente presidente de Cebek en el escenario del Euskalduna. La idea era haber resuelto la votación en torno a las 11.30 horas porque a las doce empezaba una jornada en la que intervenía la exministra Arancha González Laya y, de cierre, el lehendakari. Pero cuando Imanol Pradales dio su discurso, en el que llamó al diálogo y también a mejorar los salarios a los jóvenes, aún no se conocía oficialmente el resultado de las elecciones y los 138 miembros de la asamblea de Cebek seguían encerrados en una sala. Solo cuando Pradales acabó y justo antes de que se bajara del escenario salió el secretario general de Cebek, Francisco Javier Azpiazu, y oficializó el nombramiento de Guillermo Buces, que estaba a su lado.
El empresario empezó por agradecer la labor de su predecesora en el cargo, Carolina Pérez Toledo, y aseguró que seguirá «su legado» al abordar retos como el absentismo o la retención de talento. En declaraciones posteriores a los medios de comunicación, Buces manifestó que uno de sus principales objetivos es «intentar cambiar la relación empresa-sindicatos» porque considera que está «obsoleta» y que «la confrontación no lleva a ningún sitio». En este sentido, mostró su disposición a «fomentar el diálogo en todos los ámbitos y con todos los sindicatos» y «sin líneas rojas». No obstante, cuestionado sobre el rechazo de la patronal a negociar un salario mínimo vasco, recordó que «ya hay una mesa de diálogo social para abordar esas materias y no vamos a romper lo que está establecido».
Tras descartar cualquier tipo de herida por el hecho de que esta vez haya habido dos candidaturas para presidir Cebek, aplaudió la forma en que el equipo de la patronal había resuelto los problemas técnicos de la votación. Lo que ocurrió es que estaba previsto un voto telemático, gestionado por la firma vasca Appsamblea, pero, según fuentes de la organización, «hubo unos miembros de la asamblea que no se habían registrado correctamente». Además, también se registraron dificultades en el voto delegado. El caso es que se recurrió al sistema tradicional de papeleta y urna para que no hubiese ningún conflicto ni confusión.
Voto para la junta
El proceso, en el que participaban los 138 miembros de la asamblea, constaba de dos fases. En la primera se votaba a las personas que competían para entrar en la junta directiva, un primer obstáculo que tenía que superar Nuria Lekue porque para acceder a la presidencia es condición indispensable entrar en ese órgano de gobierno, integrado por 32 personas. Buces ya tenía garantizado el puesto.
La razón es que solo las grandes asociaciones como el Metal o el Comercio tienen asignados un número de puestos en la junta. A las pequeñas se les agrupa en bloques y se les otorga un número de plazas. Puede ocurrir que haya más personas interesadas en entrar en el órgano de gobierno que puestos asignados al bloque y entonces se somete a votación en la asamblea. Es lo que le ocurrió a Nuria Lekue, presidenta de la asociación de estaciones se servicio (Estaserbi), que tuvo que competir con los representantes de Acbe (consignatarios y estibadores) y Ateia (transitarios) porque solo había dos plazas para el grupo. Finalmente se quedó fuera al sacar 61 votos frente a 76 y 69, respectivamente.
Buces asume la presidencia de Cebek en un momento complicado, según destacó la presidenta saliente, Pérez Toledo, que recordó que la guerra arancelaria «pone en peligro nuestro tejido empresarial, especialmente la automoción». También mencionó la reducción de jornada promovida por el Gobierno central, que calificó de «injerencia», el debate del salario mínimo vasco y la alta conflictividad y absentismo, en los que Euskadi es líder. Aprovechó para reivindicar que en el País Vasco el salario medio supera los 32.300 euros, el segundo mayor de España. La empresaria, que fue la primera mujer en presidir Cebek, espera «rejuvenecer» tras dejar atrás la responsabilidad de estos cuatro años.
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